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Riego complementario para estabilizar la producción

El déficit hídrico en la región obliga a optimizar el uso de este recurso natural clave. Desde el INTA trabajan con experiencias locales para incrementar la eficiencia de los sistemas de riego en el valle de Covunco Abajo.

Redacción

Por Redacción

Por INTA.

Ante la escasez hídrica, el riego por aspersión es una alternativa viable para productores familiares locales que buscan complementar el riego gravitacional. El INTA realiza ensayos junto a productores ganaderos con experiencias colaborativas que fomentan la resiliencia en un contexto de cambio climático, generan capacidades y estabilizan la producción con bajos costos asociados.

El paraje de Covunco Abajo está inserto en un valle productivo de 200 hectáreas bajo riego en la zona Centro de la provincia del Neuquén. El clima característico de la zona es templado y seco, con bajas temperaturas, bajas precipitaciones y vientos secos del oeste. Frente a estas condiciones y en un contexto de cambio climático, surge la necesidad de buscar estrategias de adaptación ante eventos climáticos más extremos como la sequía y los cambios en las temperaturas y vientos.

En Covunco Abajo hay unas nueve familias productoras dedicadas a la producción caprina-ovina con parcelas de forraje y hortalizas que durante el 2020 y el 2021 trabajaron junto a técnicos del INTA para lograr un uso eficiente del agua. Se propusieron optimizar el uso del agua de riego, mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo a través del uso de abonos orgánicos, y utilizar recursos genéticos adaptados a las condiciones climáticas locales.

El déficit hídrico en la región obliga a optimizar el uso de este recurso natural clave.

En el campo de “Polo”, productor forrajero-caprino, se diseñó un sistema de riego por aspersión complementario para alfalfa con el objetivo de afrontar mejor las sequías o demoras en los sistemas de canales. En su caso la mayor parte de la superficie se riega gravitacionalmente (manto, melgas y, en menor proporción, por surcos).

“El riego es poco eficiente, ya que los cultivos aprovechan menos de la mitad del agua que se aplica y los valores de eficiencias de aplicación rondan entre 25% y 40%”, expresó Rodrigo Navedo –técnico del INTA Zapala– y remarcó: “Si bien esto puede mejorarse, hay épocas donde el caudal del arroyo no genera dominio sobre el sistema de riego gravitacional. Además, el riego presurizado, goteo y/o aspersión es casi inexistente y tampoco hay sistemas de drenaje parcelario”.

El riego presurizado, goteo y/o aspersión es casi inexistente y tampoco hay sistemas de drenaje parcelario

Rodrigo Navedo, técnico del INTA Zapala.

Por su parte, Alejandra Gallardo –profesional de la misma unidad del INTA– señaló que los productores hicieron sus propias observaciones y evaluaciones de los cauces del arroyo, lo que permitió determinar que la disminución del caudal a valores extremos es cada vez más frecuente, sobre todo durante enero y febrero. “Por esa razón, decidimos en forma conjunta implementar un sistema de riego por aspersión para las pasturas, principalmente alfalfa consociada”, dijo Gallardo.

La chacra en la que se realizó la experiencia tiene tres cuartas partes de su superficie destinada al cultivo de alfalfa. Aquellos años que tienen muy buena disponibilidad de agua en todo el verano se realizan 4 a 5 cortes con una producción aproximada de 400 fardos/ha por temporada. Sin embargo, lo habitual es que durante el verano el agua sea escasa y que sólo se obtengan 200 fardos por hectárea.

Decidimos implementar un sistema de riego por aspersión para las pasturas, principalmente alfalfa consociada.

Alejandra Gallardo, profesional del INTA Zapala.

Por esa razón, se diseñó un sistema de riego por aspersión para media hectárea con la posibilidad de cubrir posteriormente la superficie restante y así complementar las situaciones de déficit del riego gravitacional utilizado.

En el diseño del sistema de riego por aspersión se contempló la protección del suelo y semillas de la erosión por el tamaño de gota, la menor influencia del viento, la uniformidad de riego y el costo energético. Con el sistema instalado se evaluó su desempeño y los parámetros del funcionamiento del equipo como la uniformidad de caudales, la uniformidad de presiones y la uniformidad de distribución que arrojaron resultados satisfactorios.

El riego complementario es una buena alternativa para estabilizar la producción de forraje en años secos

De acuerdo con la experiencia del productor durante enero y febrero se utilizó riego complementario con las frecuencias y los tiempos de riego recomendados, lo que permitió alcanzar niveles de eficiencia muy cercanos a los valores estimados por el equipo técnico.

“Si bien los pequeños valles de la provincia de Neuquén no tienen costos de electricidad diferenciales para sistemas de bombeo para riego, se determinó que el costo operativo de complementar el riego es insignificante en comparación con el resultado productivo”, explicó Vicente Buda –técnico del INTA Alto Valle– y señaló que en términos de costo de inversión, se estima que el sistema se paga en dos temporadas productivas. “En la primera temporada se obtuvo un corte adicional de 100 fardos producto del riego complementario. Esta ganancia en fardos genera una diferencia neta monetaria entre costo por riego extra y el beneficio por el aumento de producción”, explicó.

Se determinó que el costo operativo de complementar el riego es insignificante en comparación con el resultado productivo.

Vicente Buda, técnico del INTA Alto Valle.

La incorporación del riego complementario en estos sistemas agrícolas es una buena alternativa para estabilizar la producción de forraje en años secos, ante sistemas de riego colapsados o en momentos críticos de la producción forrajera cuando hay déficit hídrico por bajante del arroyo.


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