“El caballo de Troya”

Desde la antigüedad y luego de que Homero la inmortalizara, esta expresión sirve para denominar las actitudes engañosas que se fundan en la política y en las guerras, hacer parecer algo agradable fundado en la mentira. Es así de simple: hoy Río Negro vive un presente griego producto de las circunstancias trágicas que tuvo que pasar por la desaparición del gobernador Carlos Soria. Las ansias de poder que hoy tiene el actual gobernador se expresan en cada acto de gobierno, involucrándose en asuntos que no le conciernen como la autonomía municipal, consagrada en la Constitución provincial y fundada en la autodeterminación de los pueblos. Son los casos de Viedma, Bariloche y ahora San Antonio Oeste, donde por una cosa u otra está en juego la decisión de sus habitantes. Los costos políticos no los paga el gobernador sino el Frente para la Victoria y en especial el Partido Justicialista, que tardó 28 años en llegar al poder y es gobernado por un integrante de otro partido que, además, mantiene vínculos muy aceitados con los adversarios a los que decía combatir, no esconde a la hora de realizar una “negociación” política como lo hace comúnmente con Sartor, Mendioroz y Pascual; ha subyugado voluntades dentro del justicialismo y sin miramientos ha dividido al socio mayoritario. En esta jugada maquivélica, ¿no estará la mano sabia de la oposición, para que los rionegrinos no volvamos a votar al PJ por años? ¿Qué más esconde este caballo de Troya? Luis César Pérez, DNI 10.106.687 Valcheta

Luis César Pérez, DNI 10.106.687 Valcheta


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