“El desinterés, el desamor, la ruptura del vínculo”

La fiscal Laura Pérez, respaldada por el fiscal general Marcelo Álvarez, había reclamado la prisión perpetua al afirmar que la tensión, la hostilidad y las agresiones verbales que percibieron los invitados antes del crimen ya eran parte del “código de la pareja”, y que por lo tanto ninguna “circunstancia extraordinaria” había destruido la relación para justificar una reducción de la condena. Lo mismo dijo con respecto a las sospechas de infidelidad y a la búsqueda permanente de indicios para confirmarla, situaciones que por ser de larga data habían permitido a Freydoz un “acomodamiento psicológico” a las circunstancias. Contra ese argumento, cuatro de los jueces del STJ opinaron que “la determinación de la magnitud o significación de las circunstancias no puede realizarse solamente por la constatación de determinados datos objetivos, sino en su relación con la psiquis de la imputada”. Y reprodujeron entonces las conclusiones que habían plasmado los psiquiatras y psicólogos en el primer juicio: una personalidad “antisocial – narcisista” con “baja autoestima”. Contemplando esas características, los jueces valoraron que “un desaire tal como ‘no brindar con ella’, para algunos no implicará nada (…) y para otros la cuestión adquirirá una importancia superlativa, como ocurrió”. “Sobre lo que para algunos pudo ser ‘un detalle’, Freydoz se quedó rumiando, tal que, cuando los invitados se fueron, pasadas más de tres horas del brindis, se dirigió al cuarto a recriminar a su esposo ese desplante, frente al cual no recibió sino la confirmación de lo que en definitiva para ella representaba el hecho de que éste no se haya acercado en ese momento a chocar su copa: el desinterés, el desamor, la ruptura del vínculo”, sostuvieron los jueces en el fallo para justificar la atenuante de la pena.