El día que “un Limay” pasó por Cutral Co

NEUQUÉN (AN).- Un día, hace 40 años, una cantidad similar de agua a la que corre por el río Limay arrasó la ciudad de Cutral Co. Sembró muerte e incertidumbre, pero también espíritu solidario para la reconstrucción.

“El zanjón era un hilito apenas, por eso la gente avanzó con las construcciones y cuando vino el aluvión quedó un cauce de 100 metros de ancho”, recordó el entonces intendente de la localidad, Carlos Rosso, quien memoró que una vez que pasó se recorría el zanjón y se observaban restos de construcción de la cantidad de casas que el aluvión se tragó.

Fue el miércoles 12 de marzo de 1975. Por esa fecha nadie podía prever. “En ese momento sólo nos manejábamos con los pronósticos que hacía Bernardo Razquin desde Mendoza en base a señales que dan los animales”, recordó Rosso. Se estima que cayeron unos 250 milímetros en un día, y la cantidad de agua se derramó por gravedad desde Portezuelo y Cerro Bandera y tomó el cauce natural de lo que era el zanjón que semejaba una acequia de escasa profundidad.

El intendente recordó que el lodo se embancó en el puente que hay en la calle Roca y entonces rompió hacia los costados. “Después daba la sensación que había habido un terremoto, había grietas en la tierra que había abierto el agua de tres o cuatro metros de profundidad y muy anchas”, dijo.

Sostuvo que en Cutral Co no llovió tanto pero el agua vino de la altura de Portezuelo que se dirigió hacia Arroyito borrando todo a su paso.

Hubo 24 muertos. Quedó gente en la calle que fue necesario evacuar en los edificios de las escuelas, unas 2.500 personas. “Los comunistas y otras fuerzas de izquierda reclamaron que había que comenzar las clases, no aportaban ninguna solución, sólo cabalgaban sobre los problemas, y me proponían hacer una villa con carpas y cartones, yo les dije que estaban locos”, contó y aseguró que gracias a la gestión que se hizo con YPF se logró que le permitieran usar las gamelas de Challacó que estaban deshabitadas.

“Trasladamos 500 personas”, contó y se aseguró con la designación de un delegado, un destacamento de policía, se reactivó una escuela primaria y una sala de primeros auxilios. Se afectaron dos o tres vehículos. Hubo una convivencia muy tirante y fue necesaria una intervención estatal para reordenar. “Le pedí a Chiquito Morel que me trajera al más apto y me trajo a Rosario Pérez a quien la nombré delegada municipal para mantener ordenado y limpio Challacó y fue esa la solución, fue un corte transversal de la sociedad, los tenía cortitos a todos porque vivían ahí y no trabajaban”, rememoró Rosso.

El fenómeno afectó sólo a Cutral Co. No afectó a Huincul más allá de la famosa Casa de la Lata, el prostíbulo que tenía YPF al otro lado de la ruta. El último gerente, de apellido Guiñazú, había establecido turnos de acuerdo a la jerarquía que tenían en la empresa después de que las mujeres fueran al hospital.

Después que pasó el aluvión hubo muestras de solidaridad poco usuales. Rosso contó que los turistas que pasaban por la ruta (todavía no estaba hecha la ruta por Piedra del Águila) paraban y dejaban frazadas, el termo, la yerba, el azúcar.

La reconstrucción costó mucho trabajo. El intendente de entonces destacó la solidaridad de mucha gente que ayudó, actores, el Ejército que trajo cocinas de campaña par alimentar a la gente, y realizó un viaje a Buenos Aires donde por gestión del entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega, se logró la construcción de las 500 viviendas al oeste del barrio Aeroparque, hoy barrio San Martín.

“Había un concejal justicialista que cuestionaba y lo puse encargado a él del depósito de alimentos que funcionaba en el cine, tenía que recibir y entregar, se formó una comisión en la Legislatura que presidía Carlos Arias para fiscalizar”, dijo.

mario rojas

mariorojas@rionegro.com.ar

HISTORIAS