El especialista en fugas pide salir y no lo dejan

CIPOLLETTI (AC).- Alejandro Ramón Forno está ahora detenido dentro de la Unidad 9 de Neuquén y cumple una condena de tres años de prisión por la adulteración de documentos que usaba para cambiar su nombre y mantenerse en la clandestinidad. En las últimas semanas reclamó salidas transitorias y prisión domiciliaria pero no obtuvo respuestas favorables por parte del Tribunal Oral Federal de Neuquén, a pesar de que alegó un problema de salud. En la provincia de Río Negro fue un especialista en fugas porque se escapó de todos los penales en los que estuvo alojado. En la última resolución –que lleva la firma de los camaristas Eugenio Krom, Orlando Coscia y Marcelo Grosso– el Tribunal Oral Federal rechazó el recurso de habeas corpus y ratificó que el interno Forno tiene turno para realizarse una tomografia en el transcurso de esta semana. El detenido había argumentado que las condiciones en las que se encontraba estaban perjudicando su salud. En noviembre del año pasado, el mismo tribunal también le denegó las salidas transitorias y no hizo lugar a su pedido de “recalificación” dentro de la Unidad 9. En septiembre de 2014 Forno se cosió la boca para pedir un traslado. En ese momento estaba preso en la Unidad 11 del Parque Industrial neuquino y pretendía quedar alojado en el penal de Cipolletti, desde donde escapó. En la actualidad cumple su condena en la Prisión Regional del Sur, U9. En Río Negro, Forno estaba a disposición del juez Santiago Márquez Gauna y también lo requería una cámara criminal. Pero en Neuquén el Tribunal Oral Federal lo había declarado en rebeldía. Se fugó de Cipolletti el 17 de julio de 2014 y lo capturaron en septiembre. En Neuquén tiene otra causa que está a poco tiempo de prescribir. Ese hecho ocurrió en 2011 cuando lo atraparon en la puerta de una vivienda y con varios elementos robados aún en sus manos. Forno, además de ser un “especialista” en fugas, es uno de los pocos presos que tiene el secundario completo y maneja un alto nivel de inglés. Lo juzgaron por falsificar dos documentos que sirvieron para cambiar su identidad y así eludir los controles policiales mientras estaba prófugo. Sin embargo, fue atropellado en Cipolletti cuando cometía un arrebato y quedó preso en el Penal 5. Allí, además, purgaba una condena por robo calificado por efracción. En marzo de 2008, con un cómplice, Forno intentó huir de la cárcel de Roca adentro de una bolsa de basura. A los pocos meses preparó sogas con retazos de sábanas y ganchos de metal para otra fuga. En su historial, también tiene una evasión del hospital de Cipolletti, donde -estando esposado- pidió ir al baño, mezcló gaseosa con jabón y con ese líquido hizo “zafar” sus manos. Luego rompió una ventana y huyó.

En noviembre el mismo tribunal le denegó las salidas transitorias y no aceptó su pedido de “recalificación” dentro de la U-9.