El hijo de Ottavio Gigli no volverá a Roca

CRIMEN Y MISTERIO

ROCA.- Taddeo Gigli, el joven de 18 años que tras el crimen del abogado Guillermo Martínez desapareció junto a su padre –uno de los principales sospechosos del asesinato– no volverá a Roca en un corto plazo.

Según trascendió en las últimas horas el joven no tiene previsto regresar a la ciudad y sólo mantiene vínculo con sus familiares más cercanos.

Al parecer, el muchacho, decidió no regresar al Valle hasta tanto se aclare un poco el panorama con respecto a la causa que involucra a su papá, Ottavio Gigli, quien tiene pedido de captura internacional.

Si bien ayer trascendió que el joven se encontraba en pleno viaje desde Buenos Aires a Roca, hace instantes su círculo más intimo ratificó que por ahora no tiene previsto viajar. La misma confirmación llegó de fuentes judiciales.

Taddeo es una pieza clave dentro de la investigación aunque para la Justicia prácticamente es intocable. Es que el artículo 220 del Código Procesal Penal establece que “no podrá testificar en contra del imputado, bajo pena de nulidad, su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermano, a menos que el delito aparezca ejecutado en perjuicio del testigo o de un pariente suyo de grado igual o más próximo que lo liga con el imputado”.

Por eso la jueza Margarita Carrasco aseguró que Taddeo no figura “como testigo ni como nada”. Cabe recordar que sobre él no pesa ninguna sospecha sobre el crimen.

Pero seguramente el testimonio del muchacho resultará revelador para saber qué sucedió luego de que su padre lo contactó para reconocerle que se había “mandado una cagada”. Eso fue en la madrugada del martes 1 de septimbre. Luego emprendieron el viaje a Buenos Aires a bordo de la Toyota Hilux propiedad de “El Tano”.

Fuentes policiales señalaron que el chico nunca estuvo en la escena del crimen y que Ottavio Gigli (53) pasó a buscarlo tras la brutal pelea que terminó con las siete puñaladas en el pecho de Martínez.

El abogado apareció muerto en al casa de “El Tano” ubicada en calle Córdoba 991. Tres de las puñaladas que recibió abajo del brazo izquierdo sellaron su destino ya que una atravesó un pulmón y otra el corazón.