El Limay superó el máximo estimado, pero por ahora no hay inconvenientes

Se superó el pico de erogación informado. Sin embargo, no supera el tope que puede soportar el cauce. Desde Defensa Civil aseguran que no hay riesgo.

Por necesidades de despacho eléctrico, a requerimiento de Cammesa, el caudal del río Limay, aguas abajo de Arroyito, llegará hasta el sábado a los 995 metros cúbicos por segundo (m3/s). El incremento ya puede observarse a simple vista en la zona urbana de la Confluencia y si bien no afectó a pobladores no se descartan consecuencias en caso de mantenerse el nivel de erogación.

Desde Defensa Civil aseguraron que no hubo inconvenientes en la zona ribereña para los residentes con una erogación de 850 m3/s según el informe que la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) compartió con los organismos de contingencias.

Sin embargo fue notorio el “crecimiento” del río porque los sectores costeros quedaron anegados en lugares donde hace pocos días estaba seco.
El río está por encima de sus niveles tradicionales, aún cuando puede soportar más caudal, en los diferentes tramos del Paseo de la Costa, en el barrio Costa Verde, Futaleufú y Nogoyá al fondo.

También en los balnearios públicos ubicados a la vera del Limay en distintos puntos están anegados.

El mismo panorama se vio con preocupación en Confluencia, en el sector poblado detrás de la planta cloacal ubicada en la calle Tronador al fondo.

En números

995 m3/s
de agua se prevé ingresar a las turbinas en Arroyito hasta el 6 de julio, por lo menos, según el informe de la AIC.
1290 m3/s
es el máximo caudal autorizado para erogar aguas abajo de Arroyito, en el caso del río Limay.

Las “lagunas”, que los barrios cerrados de la zona de ribera tienen, crecieron porque las napas alimentaron los ojos de agua.
Pero hasta ayer no había vecinos aislados ni viviendas afectadas por la crecida.

El agua que desde las últimas horas inunda las costas es la que se guardaba de reserva en los embalses, porque el “caudal turbinado” alcanza a los 890 metros cúbicos por segundo, pese a que el río Limay ingresa a la presa en Arroyito con 495 metros cúbicos por segundo.

El río se alimenta de la descarga de deshielos y desde el 2008 arrastra una de las peores sequías del último siglo en los cauces del Neuquén, Limay y Colorado.

A mediados de junio desde la AIC se informó de un planteo a Cammesa en el que se pedía una menor erogación para reservar agua para el riego y para la hidroelectricidad en el verano.

“Hasta ahora todo está normal. En el sector de Isla Verde está alto pero transitable, el paso no está cortado. Lo mismo en Anaya al fondo, en el sector de los barrios cerrados donde hay unas lagunas, no se registraron inconvenientes”.

Raúl Ricar, titular de Defensa Civil del Municipio.
Los balnearios de la capital neuquina están bajo agua. Foto: Mauro Pérez.

Pero la orden de Cammesa fue en contrario: hubo un pedido de despacho eléctrico de llegar a 900 m3/s en esta semana. Según el informe de la AIC el nivel del Limay se mantendrá, al menos, hasta el 6 de julio en un caudal de erogación de 995 metros cúbicos por segundo.

El titular de Defensa Civil de la municipalidad, Raúl Ricar, dijo ayer que “hasta ahora todo está normal. En el sector de Isla Verde está alto pero transitable, el paso no está cortado. Lo mismo en Anaya al fondo, en el sector de los barrios cerrados donde hay unas lagunas, no se registraron inconvenientes”.

Destacó que Defensa Civil recibió llamados de preocupación ante la subida abrupta pero que en los recorridos “no registramos sectores que pudieran quedarse bajo agua o caminos que provocaran aislamientos”.

El paseo de la Isla 132 casi desaparece y se funde con el brazo de la zona de los clubes. Foto: Juan Thomes.
Los postes de la iluminación quedaron bajo agua en los balnearios. Fotos: Juan Thomes.

Por Federico Airngoli

El manejo discrecional de los caudales de la región por orden de Cammesa para la generación eléctrica es un capricho histórico y que nunca tuvo solución. No son pocos los especialistas que advierten sobre los riesgos ambientales de alterar repentinamente los ecosistemas de la fuente de riego del Valle. Además de exponer a las poblaciones cercanas. Los acuerdos con la Autoridad Interjurisdiccional de Cuenca (AIC) funcionan casi a modo de escribanía porque finalmente se cumple el requerimiento del administrador del mercado eléctrico. Incluso en las épocas de embalses bajos hay pedidos que solo consiguen tapar la falta de planifiación y de los que las generadoras privadas no reniegan por los ingresos conseguidos.
Sin embargo hay un interrogante que recorre a toda la cuenca hídrica. En los próximos tres a cinco años vencen la mayoría de las concesiones hidroeléctricas y los recursos pasarán al Estado provincial. Nadie se anima, por ahora, a sostener que no habrá prórrogas, pero quizá sea la chance para incluir cláusulas de blindaje para los ríos.


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