El origen de Cutral Co, para entender la actualidad

Por Graciela Iuorno - Susana Palacios (*)

A partir del descubrimiento de petróleo en 1918, en el área de Plaza Huincul, región patagónica extra-andina semiencerrada por la sierra del Portezuelo al oeste, el Mirador y cerro Chato al sur y cerro Loma Negra, se generó una actividad económica y administrativa estatal del recurso. Esto operó como un polo de atracción poblacional, que le otorgó una fisonomía particular, posibilitando de esta manera la fundación de nuevos asentamientos (Cutral Co, Challacó). En 1929 se le asignó trascendencia a las perforaciones en Plaza Huincul realizadas por la empresa Astra y Standard Oil apenas surgido el petróleo de los primeros pozos. Recordemos que Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue creada en 1922.

El área de estudio, desde el punto de vista geográfico, se trata de un relieve árido, caracterizado por una extensa depresión de médanos sobre los cuales abundaba la jarilla. Este vegetal, siempre verde, tiene la virtud que arde con facilidad. Por lo tanto, los primeros habitantes contaron con leña para calefaccionar ambientes y elementos naturales para construir pequeñas casas y ranchos. El lugar era recorrido por crianceros que contaban con algunos «piños» de animales. A medida que creció la población, la tala indiscriminada de estos arbustos privó a la zona del único vegetal, generando un acentuado proceso de desertización.

La Laguna Colorada era uno de los lugares de la zona más «urbanizados». Provisto de una fuente natural de agua, ubicada a pocos kilómetros de Campamento Nº 1, atraía a los trabajadores de las compañías petroleras YPF, Standard Oil, Sol y Astra. La población que se fue ubicando en este espacio vivía en casas de adobe con techos de chapas de cinc. Constituyó un asentamiento ilegal, ya que se encontraba dentro del octógono fiscal. Sin embargo, fue permitido su establecimiento ante la imposibilidad de dar alojamiento en las casas del campamento oficial.

Otros pobladores se instalaron en torno de otra vertiente de agua, en un paraje denominado La Aguada, en las proximidades de la posta La Pasto Verde, habitando en condiciones infrahumanas, según el testimonio de una antigua pobladora:

«Mi madre era chilena. Vino de Zapala y se instaló en La Aguada, cerca de La Pasto Verde. Lavaba en una casa de familia. En una cueva grande de piedra tosca hizo agujeros para poner unos palos y luego la techó con pichana…».

A inicios de la década del «30, los habitantes de estos asentamientos ilegales fueron prácticamente expulsados por las autoridades de la administración local de YPF y obligados a radicarse más allá del octógono fiscal. De este modo, se congregaron en torno de dos pozos de agua, uno de ellos el de Wenceslao Navarrete. Allí, construyeron albergues precarios, carentes de agua, luz y gas. Así surgió un poblado espontáneo en un medio hostil para el establecimiento del hombre, debido a sus temperaturas extremas con grandes amplitudes diarias, su aridez, sus médanos y los fuertes vientos. A esto se le sumaron la escasez de agua superficial y el peligro de aluviones de barro causados por lluvias de tipo torrencial.

Las precarias condiciones de vida de estos pobladores, denunciada en un informe producido en abril de 1933 por un inspector de la Dirección General de Tierras y elevado al Ministerio del Interior, comenta:

El hacinamiento y la promiscuidad de estas poblaciones son lamentables, carecen de agua y de servicios de alumbrado y limpieza, y como consecuencia no se observa ninguna regla de profilaxis e higiene; los residuos son arrojados en las inmediaciones de las casas y los niños pululan en cantidad asombrosa por estos terrenos desprovistos de vegetación y llenos de inmundicias…».

Una integrante de las primeras familias radicadas en la zona narra:

«Yo me llamo Dina Rosa Poblete de Baile … mi padre fue Francisco Poblete, uno de los pioneros, que repartía agua en Cutral Co… Era el dueño de lo que es hoy la Municipalidad de Cutral Co. Todo ese terreno le correspondía a él, vivíamos ahí. Todo lo que le corresponde a la Municipalidad era terreno de mis padres, hasta el día de hoy no pude cobrar nunca nada, lo dejo ahí. Hasta el día de hoy paso notas y más notas, pero eso lo vamos a dejar ahí…».

En este contexto, de miseria y marginalidad de los pobladores, motivó en 1933 la intervención del Dr. Víctor Ezio Zanni, director del Hospital en Plaza Huincul, con la anuencia del gobernador Carlos H. Rodríguez, el trazado y la creación oficial de un poblado en «Barrio Peligroso», finalmente denominado Cutral Co. Desde la fundación de la localidad, las diferencias sociales se evidencian en las relaciones cotidianas, en las relaciones de vecindad, debido fundamentalmente al lugar que ocupan los actores sociales en la actividad económica local. Las hermanas Di Paolo, cuyo padre llegó a Cutral Co con el objeto de instalar una usina eléctrica, relatan:

«y había diferencia de clase… En YPF había diferencia, por ejemplo los ingenieros, los técnicos, los doctores, los geólogos, todos ésos eran los de la clase alta y los obreros… Pero el ingeniero no se juntaba con el obrero» (Delia Di Paolo) «y no… no se juntaba … (medita un momento) … no, no si había demasiada diferencia de clase» (Blanca Di Paolo).

Dada la relación comercial del noroeste neuquino con el país vecino, cabe señalar que a principios de la década del treinta, debido a la crisis capitalista internacional, Chile aplicó severos controles aduaneros a fin de cubrir con producción propia las necesidades de su consumo interno. Entre las medidas de carácter fuertemente proteccionista acordes con toda una política iniciada por el Estado trasandino años atrás, podemos citar el alto importe de internación establecido para el ganado argentino, que superaba el precio de venta cordillerana. Hacia 1932, la crisis se manifestó con toda crudeza en Chile. Prueba de ello es la drástica disminución de las importaciones que se redujeron a la octava parte de las realizadas en 1929. En la década del cuarenta esta situación se profundizó, al entrar la Argentina en la fase de industrialización y por lo tanto establecer mayores barreras aduaneras para el área.

Durante la crisis del «30 llegaron muchos pobladores a Cutral Co, atraídos por las perspectivas de trabajo y expectativas comerciales desde Zapala, la zona cordillerana de Neuquén, el Alto Valle, Bahía Blanca y del Territorio de La Pampa. Había pocos extranjeros (algunos israelitas, libaneses y sirios), excepto un contingente numeroso de chilenos. Entre los comerciantes radicados en esta etapa podemos citar a los hermanos Filkestein, los hermanos Sapag, los Majluf, Aberbuj, Silvestein, los hermanos Rosell Per, Weinstein, Robles Bentham, Guerreiro Chavier, los Ferrera.

Una antigua pobladora relata:

«La prestación del servicio asistencial durante los primeros años de la vida comunitaria se resolvía con la presencia de un odontólogo que venía de Zapala y que atendía a sus pacientes en el negocio de la familia Sapag. El comercio era un corralón de materiales de construcción. Asimismo, las instalaciones y el predio colindante eran cedidos para la realización de eventos culturales y recreativos».

Asimismo, las relaciones socio-económicas que surgieron como consecuencia de la satisfacción de bienes y servicios a la población recién afincada, iban conformando un «espacio local» que demandaba, además, una organización comunal. La incipiente organización social, sin expresiones políticas, condujo a modalidades de prácticas informales, que movilizaron a algunos actores sociales a la conformación de asociaciones. De este modo, se fue constituyendo el espacio público. El desarrollo de las instituciones estaba centrado en el principio del «vecinalismo», expresado en las diversas sociedades y en las comisiones de fomento, embrión de la municipalidad.

En este contexto, citamos la formación simultánea de las primeras comisiones: «Amigos del pueblo» y «Pro-escuela Pueblo Nuevo», enfrentadas entre sí. Es de destacar que entre comerciantes y obreros en la primera comisión estaban: Rosell Per, Robles Bentham y Navarrete. Por gestión del Dr. Zanni, a solicitud del gobernador coronel Enrique Pilotto, se conformó la comisión vecinal «Pro-obras públicas de Pueblo Nuevo». Entre sus miembros se registran a Nathan Weinstein, Naum Filkestein y Alberto Rosell Per. Esta fue, a su vez, desplazada por otra comisión, conformada por Elías Sapag, Roberto Robles Bentham, el ya mencionado Alberto Rosell Per y Antonio Guerreiro Chavier, entre otros. Cabe señalar que estas comisiones funcionaron con las contribuciones voluntarias de los vecinos, sin contar con los aportes financieros oficiales necesarios.

En 1936 la Gobernación creó la primera Comisión de Fomento, con un mandato de dos años, designando a sus integrantes. La misma fue presidida, por elección de sus propios miembros, por Elías Sapag.

(*) Historiadoras e investigadoras

de la UNC


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