El proyecto de la empresa chilena que quiere traer truchas danesas a Neuquén

La AIC se opuso al ingreso de estas ovas, las que tienen un tamaño que permitiría competirle al salmón.

La oposición de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) a que ingresen ovas de truchas danesas se presentó como un obstáculo ante el ambicioso proyecto que una empresa chilena emprendió junto al Gobierno provincial en Piedra del Águila y que demandó millones de dólares de inversión. El objetivo es tener un pez que desarrolle un tamaño que permita competir con el salmón, lo que es el nuevo modelo de negocio de la acuicultura. La duda está puesta sobre el resguardo del alta estatus sanitario alcanzando en la cuenca, sin embargo, tanto el Senasa como los Gobiernos de Río Negro y Neuquén descartan que haya peligro.

La polémica que despertó la AIC surgió de que la firma chilena no presentó el estudio de impacto ambiental, según explicó el presidente del organismo, Fernando Curetti, por lo que no es viable realizar la cuarentena sobre la cuenca. El estatus sanitario es tan alto que permite producir truchas sin utilizar antibióticos ni fármacos.

El ministro de Producción neuquino, Facundo López Raggi, resaltó que entiende la posición de la AIC, pero aclaró que la empresa tiene un estudio de impacto ambiental provisorio mientras se confecciona el final. De todas formas, la decisión final la tienen el Senasa y el gobierno de Río Negro -quienes ya dieron su aval- porque de ellos depende el centro cuarentenario donde permanecerán las ovas danesas para certificar que sean seguras.

Esto favorece al gobierno neuquino, quien pretende terminar de activar la planta de procesamiento de pescados que construyó en Piedra del Águila. En una primera convocatoria se asignó a una empresa de capitales argentinos cuya concesión se deshizo. En la segunda se hizo un acuerdo por 20 años con Mar Andino, una firma con base en Chile y Perú.

La firma compró Idris Patagonia para poder trabajar en Argentina y se asoció con Aquaculture Patagonia Argentine para el hatchery, como se llama a los criaderos, lo que implicó una inversión de un millón y medio de dólares.

Una vez que las «súper» truchas danesas, que llegarían a los dos kilos y medio o tres, estén listas, serán faenadas en la planta de Piedra del Águila. El ministro neuquino destacó que esto implicaría no solo mano de obra para el procesamiento, sino el trabajo indirecto que se generaría para los servicios que requeriría, como ropa o gastronomía.

La inversión en activos más capital de trabajo en el período de concesión se calcula de 12 millones de dólares. Se estima que para fines de 2023 tendrá cerca de 140 trabajadores contratados.

La solución podría ser trasladar el centro cuarentenario, para lo que se estaría analizando Santo Tomás, pero eso implicaría más tiempo y dinero. Mientras tanto, el gobierno neuquino tratará de tranquilizar a la AIC para que otra vez no se trunque la planta de procesamiento de Piedra, que se espera que esté en marcha a finales de este año.


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