“El salto cuántico está en coordinar las fuerzas sociales”

Hace tiempo que pasó de los dichos a los hechos y como integrante de instituciones médicas, deportivas y docentes sabe que la diferencia solo se logra con una mirada y una voluntad que supere el interés sectorial.

Redacción

Por Redacción

Las instituciones exitosas son las que cumplen una función social o cubren una necesidad de la población. O ambas a la vez. Al mismo tiempo, ellas crecen a través de los talentos que impulsan en su seno y que desde la tarea individual realimentan el trabajo con un fin colectivo.


Consciente como pocos de ese poder generador que tienen las instituciones, Ariel Yoiris, cirujano y judoka, se halla estrechamente relacionado con niños y adolescentes, con estudiantes de Medicina, con médicos noveles, con residentes de Cirugía y, finalmente, con pacientes de la más variada condición, edad y actividad.


En su doble condición de médico y deportista extiende su práctica profesional a la docencia ya que es maestro de judo sexto Dan en el Club del Progreso y también parte del equipo que forma a los residentes de Cirugía -especialidad que se cursa en el Sanatorio Juan XXIII-.


P. ¿Cómo definirías hoy la situación de Roca?
R.
«Comparando con las demás ciudades de la zona, la ventaja que tiene es que creció en forma un poco más organizada, más lenta. Roca surgió y creció de la mano de la agricultura: la manzana, la pera. Eso hizo que miles de personas vengan de todo el país. Ahora que por diferentes cuestiones está mutando esa fortaleza que era la agricultura en la economía, quedó mucha gente arraigada y las oportunidades que tiene la ciudad de ir cambiando de rubro las veo como una potencialidad. Veo a estas crisis -más chicas o más grandes- como oportunidades. Lo veo con un sesgo optimista».

Foto Gonzalo Maldonado


P. En esa sociedad en cambio, ¿ves un capital humano de inteligencia y talento en cantidad?
R.
“Sí. No sé si en cantidad porque no estoy en situación de conocer tanto. Me muevo en una esfera que es la médica, la académica, donde sí estoy en relación con los alumnos de la facultad porque en el Sanatorio Juan XXIIIsomos una unidad académica de la Facultad de Medicina de la UNCo. Eso lo fuimos sembrando desde hace un montón de años. Tenemos las residencias de Cirugía, Cardiología, Clínica Médica y Diagnóstico por Imágenes y no es que no abunden los talentos pero cuando aparece uno, es muy identificable y hay que cuidarlo”.
“El otro mundo donde me manejo es el deportivo, con el tema del judo y el Club del Progreso. No es una escuela grande… de 200 chicos; vienen entre 15 y 20 por turno y cuando surge el talento, sí lo identificamos. Es notorio. Normalmente cuando surge ese talento que estamos buscando continuamente, seguro es una persona especial. Es un talento en judo pero si lo ponés a jugar al fútbol, es en fútbol, o karate, lo que sea. Es buen alumno, su inteligencia le permite hacer todo eso”.
“En Medicina, nos pasa lo mismo. Cuando surge ese alumno o residente diferente uno empieza a ver por qué es diferente: tiene una buena carrera, la hizo rápido, no gastó tiempo, tiene las ideas muy claras”.


P. ¿Por donde pasa la identidad de Roca?
R.
“La identidad hoy del roquense es tratar de trascender a su ciudad pero llevándosela como un sello. En lo que haga, cultural, comercial, profesional, de ser lo mejor que se pueda pero comentando siempre que es de Roca. Ese amor propio que tenemos por ser roquenses creo que es nuestra identidad. Es una especie de rebeldía o de tratar de que la ciudad trascienda en la zona».


P. ¿Existe una alianza perceptible en Roca entre lo cultural, lo social, lo político, lo económico? ¿O cada una va a su aire?
R.
“Roca tiene esos pequeños universos. El polo cultural con la Casa de la Cultura y la Fundación Patagonia; el polo de salud, con el hospital que es la parte pública y las dos clínicas como parte privada; y los clubes. Noto que cada universo trata de trascender con los medios que tiene para lograrlo. Pero de lo que sí estoy seguro es que es el momento de que todos esos mini universos estén coordinados en alguna forma. Que realmente se pongan en la misma órbita porque no hay dudas de que esa es la forma de pegar el salto cuántico con respecto al esfuerzo que hace cada grupo. Todo se potencia, se multiplica si se está en relación con otro grupo y que se comparta lo que pueda compartirse”.


“En ese sentido, la parte académica -me refiero al sanatorio y al Comité de docencia- armamos las Jornadas de Residentes del Comahue. Entre Río Negro y Neuquén hay más de 40 residencias médicas. Si calculamos que dentro de cada una hay un promedio de entre 5 y 6 médicos, nos da un numero enorme de residentes que todavía no salieron de su formación sea en Traumatología, Cirugía, Clínica, Pediatría, Emergentología. Todas ellas entre el hospital Castro Rendón de Neuquén, el hospital de Cipolletti, las clínicas privadas de Neuquén y Cipolletti; en Roca esta el sanatorio, la clínica, el hospital; en Bariloche lo mismo y también de Bahía Blanca». «Entonces lo que hicimos en forma inédita hace dos años fue generar estas primeras jornadas. Y en esto de coordinar, no teníamos un lugar físico que tuviese tres auditorios para hacer un congreso. Entonces lo que hicimos fue hablar con la gente del IUPA y ahí sí tienen el lugar donde hay tres aulas y un auditorio y le dimos forma de congreso. Se presentaron más de 100 trabajos, vinieron 150 médicos, algo inédito. El espíritu de esto es que sea una vez por año y ya se decidieron las próximas sedes y como es rotativo no hay celos, nadie escatima esfuerzos para que sus residentes vayan».
«Eso ya está rodando. Se hizo el año pasado en Neuquén, este año de vuelta es en el Castro Rendón y se elige la próxima sede. De eso se trata, de echar a rodar la bola y que todos los mini universos se junten».

Generar las primeras Jornadas de Residencias Médicas hizo que nos conformemos como un faro académico en el Comahue. La creatividad, la innovación nos caracteriza”.

Ariel Yoiris


P. ¿Esa iniciativa dónde surgió?
R.
“De nosotros. El objetivo es que los residentes tengan un espacio, un lugar de “cabotaje” para poder exponer todo lo que hicieron durante el año porque también están las instancias de los congresos nacionales e internacionales donde para que los residentes presenten trabajos ya tienen que haber tenido cierto rodaje. Entonces es un lugar de “entrenamiento” y de interrelación con los demás residentes de toda la zona. Con la cantidad de médicos con concurren, se inscriben y exponen, se equipara a cualquier congreso argentino de cualquier especialidad. No está motivado por ningún interés económico. Lo único que hicimos fue pensar cuál es el interés común que tenemos todos: actividad, relación. Y esto también involucra a la Facultad de Medicina, todo lo que es Posgrado se encarga de acreditar a las residencias privadas. Todo va de la mano, le sirve a la Facultad, le sirve a Posgrado, le sirve a muchos. Si a Salud Pública se le ocurriera poner un ojo sobre esto tendría a 200 médicos que están saliendo como especialistas en forma inminente, no médicos rasos, para echar mano al lugar donde corresponde. Pero eso no ocurre. Eso es el “clic” que creo que haría falta porque el recurso humano se está generando constantemente y de muy buena calidad. Hace falta que alguien en forma desinteresada o mejor dicho sin intereses extraños, más que el de poder solucionar un problema como por ejemplo que haya médicos de guardia en todas las instituciones. Actualmente hay guardias que quedan sin cobertura porque el recurso humano no se genera en forma espontánea. Se genera con proyectos, trabajo de años y años como las residencias. Se los cautiva, se los forma, se los cuida”.
“No es un problema absoluto de la institución que no pueda cubrir una guardia. Si no la puede cubrir en forma reiterada y otras instituciones tampoco, entonces ya es un problema por el que tendrían que arremangarse y decir ‘¿a ver qué pasa aquí?”.
“Tenemos una universidad nacional con una facultad de medicina y un montón de instituciones que están articuladas para hacer docencia y formar médicos pero cuando se forman, los perdemos”.

Foto Gonzalo Maldonado


P. Parece evidente que hay mucha generación de conocimiento en Roca. ¿Se traduce en una industria del conocimiento a nivel local, es decir pymes que hagan del conocimiento su capital principal?
R.
“Lo que veo es que sí están surgiendo pymes pero tienen que ver con cuestiones más rápidas y prácticas que generar toda esta curva de conocimiento de décadas. Un ejemplo es la industria de la cerveza artesanal que es lo más visible. No es sencilla pero no requiere de una carrera de siete años, más cuatro o cinco de especialidad. Es un ejemplo muy práctico y muy concreto de cómo van mutando las corrientes de productividad y los rubros económicos”.

Otra cosa que hicimos fue generar Jornadas anuales de Extensión Académica y Asistencial en la Línea Sur de Río Negro. Empezamos yendo a El Cuy, Los Menucos, Maquinchao, Sierra Colorada. Estuvo buenísimo. Incorporamos a los alumnos de la facultad. Se fueron sumando objetivos y temas. Fue un círculo virtuoso. Eso es un clásico, algo fijo que hacemos todos los años».

Ariel Yoiris


“Una fábrica de conocimiento y talento es el polo cultural que tenemos en el IUPA. Eso es innegable. No es mi rubro pero habría que ver qué pasa con las decenas de chicos egresados con un nivel superlativo en música; si terminan dando clases en una escuela o qué porcentaje emigra. Desconozco, pero ahí tenemos un foco de recursos humanos y de conocimiento muy claro”.


P. ¿Por dónde pasan las demandas de los roquenses?
R
. “En medicina, por no perder la calidad de atención que la gente se acostumbró a tener. Nos acostumbramos a una atención médica muy buena en la ciudad. Recibimos pacientes derivados del interior y de otras provincias. Eso tiene que ver con la complejidad de atención médica que pudimos obtener y la demanda hoy pasa por mantener eso”.


P. ¿Lo escuchás en los pacientes?
R.
“En los pacientes y es lo que más nos cuesta porque mantener ese nivel de calidad de atención médica tiene un precio: insumos médicos, tecnología, usos de algunos aparatos para hacer cirugía, tratamientos. En esto entran los financiadores. Si el financiador, que es la obra social o el Estado, tuvo que ajustar por cuestiones coyunturales, el paciente quiere seguir teniendo la misma atención. No le interesa que la obra social no le quiera cubrir determinado tratamiento y es lo que exige y el médico está en esa función de “buffer”, de amortiguador, de tratar de seguir con la misma calidad y mejorando. Por eso te digo que queremos hacer algo superador, pero con las reglas que nos juegan en contra también es una de las cosas que espantan un poco al médico que tiene que elegir entre formarse en la especialidad o irse a algo más tranquilo. Viene por ahí”.

Un aeropuerto -que lo tenemos- y que no se haya armado un plan serio y perdurable en el tiempo para poder tenerlo disponible, es algo inconcebible. La cantidad de gente que viene hasta del Valle Medio a tomar aviones que salen de Neuquén es algo inaudito que no se puede entender”.

Ariel Yoiris
Foto Gonzalo Maldonado


P. ¿Hay lugar para la innovación en Roca?
R.
“Sí. Todos estos años y este aire de problema y crisis justamente generan un campo en la innovación y en la creatividad que nos caracteriza. Como te decía, generar las primeras Jornadas de Residencias Médicas hizo que nos conformemos como un faro académico en el Comahue. La creatividad, la innovación nos caracteriza”.
“Otra cosa que hicimos fue generar Jornadas anuales de Extensión Académica y Asistencial en la Línea Sur de Río Negro. Empezamos yendo a El Cuy, Los Menucos, Maquinchao, Sierra Colorada. El grupo de cirujanos previamente habíamos hablado con los directores de hospital -que eran médicos que trabajaban a la par de los dos o tres más que había-. Tres o cuatro camas, muy chiquito y el director es el mismo que hace una guardia día por medio. Les preguntamos qué temas les interesaban para capacitarlos. La elección fue abdomen agudo es decir apendicitis, colecistitis, hidatidosis. Armamos charlas de 40 minutos para el plantel de salud y los mismos temas para la población. El objetivo para el plantel de salud era actualización y para la población, prevención: Que no se automediquen, que lleguen rápido a la consulta, que tengan en cuenta al médico del pueblo como consultor rápido”.
«Estuvo buenísimo. Incorporamos a los alumnos de la facultad. Se fueron sumando objetivos y temas. Fue un círculo virtuoso, todo esto con requerimientos económicos mínimos: alquilar una combi, una camioneta, cañón de proyección, pantalla, etc».
«Lo más importante o lo que no tiene precio para hacer estas cosas es el recurso humano, que lo haga con un fin no económico. Al hacerlo todos los años, después nos llamaban al celular propio cuando había un paciente, sea por tratamiento o para ver si teníamos cama. Entonces automáticamente se mejoró el nivel de atención médica porque el paciente, en vez de estar dos días dando vueltas por todos lados, enseguida era derivado o atendido. Para la contrarreferencia -que es la nuestra-, cuando enviamos al paciente con el problema resuelto es mucho más confiable. Los alumnos de la Facultad conocen así la Línea Sur, los residentes conocen a los médicos de las instituciones, saben de dónde vienen los pacientes. Eso es un clásico, algo fijo que hacemos todos los años”.


P. ¿Demandas de los roquenses, pensando más como vecino que como médico?
R.
“Bueno, un aeropuerto -que lo tenemos- y que no se haya armado un plan serio y perdurable en el tiempo para poder tenerlo disponible, es algo inconcebible. Todos los intentos que se han hecho han sido cortitos con algún fin fugaz -de acreditarse una voluntad de algo- pero la cantidad de gente que viene hasta del Valle Medio a tomar aviones que salen de Neuquén, es algo inaudito que no se puede entender”.


“El tema de la ruta 22 es algo mucho más complejo pero que nos atraviesa. La cruzo tres o cuatro veces por día y es un gran problema. Teniendo la barda norte, pudiendo hacer una ruta recta que una todo el Valle con mínimos derivadores y trastornos para toda la gente… ¡Seguimos pedaleando con la cadena suelta a ver si la ponemos acá, con un murallón o sin murallón, o si la subimos, si la bajamos y no pasa nada..! No tengo claro qué habría que hacer. Lo que sí está claro es que así como está es una falta de respeto y de consideración para todos los vecinos. ¡Es increíble que no se acrediten “la obra de la década”, realmente! Que nadie diga: ‘bueno, sabés qué, yo voy hacer esto y lo voy a hacer desde que empiece hasta que termine’. Hay cuestiones que no las comprendo”.


P. ¿Te parece que hacen falta en Roca inversiones fuertes?
R.
“Sí, un complejo de cines que pueda cumplir con la demanda. El que tenemos ahora es chiquito. En época de vacaciones te quedás sin entradas. Más teatros también…”.

Foto Gonzalo Maldonado


P. ¿En lo deportivo?
R.
“Cuando era coordinador médico con la Confederación Argentina de Judo estuve en contacto con diferentes programas que eran integrales. Por ejemplo, a una ciudad (cabecera de provincia) enviaban a los talentos deportivos de judo para que los entrene una escuela que tenía más cantidad de alumnos y ahí (un talento en potencia) podía ser visto y evaluado por los técnicos nacionales y llegar a entrenar en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard). Eso es algo individual de judo pero si en Roca -que tenemos infraestructura, clubes, centros deportivos, albergues- hacemos una pesquisa de talentos deportivos en la provincia… Cosa que ya está contemplada cómo se reconoce, es una planilla que ya está armada, no hay que inventar nada. Se los trae a Roca, se les ofrece entrenamiento adecuado, una escolaridad súper supervisada, una contención global completa y de ahí relación con los centros nacionales…».


«Eso lo tenemos: un montón de polideportivos municipales pero no contamos con una ciudad deportiva. Está el predio, hay programas, hay proyectos… Los vi. Una pista de atletismo de tartán, con una serie de consultorios médicos para que esté la nutricionista, sicólogo deportivo, profesores y demás; albergues y diferentes canchas dentro de la pista y aledaños. Hay lugares y hectáreas. Eso generaría, además de fuentes de trabajo de diferentes profesores y profesionales, una relación directa con la provincia, articular la parte deportiva y académica y educacional, como algo emergente, innovador».

¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no lo podemos tener acá si tenemos (lo necesario), lo podemos hacer sin ningún problema. Lo que hay que hacer es tener la energía para llevar a cabo un proyecto que tiene que ser a largo plazo y realmente serio”.

Ariel Yoiris


“Otra cosa que sí pedimos a gritos y que hay que hacer es la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP). Está contemplado y no es ningún invento. Ya está dentro de la Ley de Educación. Desde la primera escolaridad, no hace falta ser médico ni que el médico vaya a la escuela a enseñar. Lo que hace falta es que el plantel docente sea el que dé las clases, dependiendo en cada año de las capacidades de los chicos. Eso forma parte de algo innovador, algo creativo”.

Foto Gonzalo Maldonado


P. Si pudieras darle un solo consejo a la población para cuidar su salud, cuál sería ese único consejo?
R.
“Cuidarse a tiempo, que es prevenir pero prevenir es una palabra muy rica pero culturalmente está muy usada y quizás ya se ha perdido en la población general qué significa prevenir. Muchos dicen: ‘sí, yo me pongo el cinturón’ (de seguridad) pero andan a 220 km por hora… Prevenir sería cuidarse a tiempo”.
“Las enfermedades cardiovasculares, las que tienen que ver con los hábitos de vida, con el colesterol, algunos tipos de hipertensión una vez que se desencadenan -el colesterol se acumula en las arterias, eso no se limpia-. Entonces cuidarse a tiempo, antes de tener el evento, antes de tener hipertensión. Hacer deporte, actividad física antes de que ocurra tal cosa u otra”.


Nacido en Chos Malal, hijo de Jaime Yoiris y Magdalena Borzi. Está casado con Florencia y es papá de Lucía y Emilia. Maestro de judo sexto DAN y cirujano. Entre 2009 y 2015 estuvo en el equipo nacional como técnico y como médico en relación al entrenamiento de Paula Pareto, entre otros judokas.


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