Combustibles: el Estado dejó de recaudar US$ 1800 millones por frenar aumentos

El aplazo en la aplicación de los impuestos de la nafta y el gasoil generó una importante pérdida de recursos fiscales. Hay seis trimestres atrasados que condicionan las actualizaciones impositivas de este 2023. El aumento en abril debería ser del 137%.

Las reiteradas postergaciones en la actualización de los impuestos a los combustibles por parte del gobierno nacional no fueron gratis y en 2022 el Estado dejó de recaudar unos casi 1.800 millones de dólares. Actualmente hay un atraso de seis trimestres que podrían acoplar al primero de 2023, si se mantiene la misma estrategia.

Para poner en contexto, la cifra equivale a casi lo mismo que la segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner. Pero como si fuera poco, la no actualización de los impuestos del primer trimestre de este año sumaría a la cuenta otros 600 millones de dólares.

El Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el del Dióxido de Carbono (IDC) debían actualizarse a partir del primero de enero, sin embargo, durante el último día hábil de diciembre el gobierno anunció la postergación hasta el 1 de abril de 2023. De esta manera se llegaría al final del primer trimestre del año con 7 trimestres acumulados sin aplicarse (ver adelante).

Los datos se desprenden de la secretaría de Energía y de los montos del ICL y IDC publicados por la Agencia Federal de Impuestos Públicos. Fueron recopilados en un informe de la consultora especializada del sector, Economía y Energía (E&E).

En números

US$ 600
millones es lo que se perderá de recaudar el Estado durante el primer trimestre por no actualizar los impuestos.

“La no actualización de las alícuotas del ICL y CO2 determinará una pérdida de recursos fiscales por aproximadamente US$ 1.800 durante 2022 y US$ 600 durante el primer trimestre de 2023”, señalaron desde la consultora.


Por qué aplazan los impuestos


Las postergaciones de los impuestos a los combustibles tienen como principal objetivo evitar un aumento en el precio de los combustibles. Por lo general, cada vez que el Estado aumenta la carga impositiva en los surtidores, las productoras lo trasladan al precio final que pagan los consumidores.

Con lo cual, a través de estas medidas, el gobierno busca quitar presión a las productoras que se ven condicionadas por el precio del petróleo, la devaluación y los aumentos de los biocombustibles (obligatorios) para la mezcla con la nafta y el gasoil.

Esta estrategia no es otra cosa que pan para hoy y hambre para mañana. Y el escenario actual no solo deja en evidencia esto, sino que resalta la necesidad de modificar una normativa que no respetó la administración de Alberto Fernández, ni tampoco la de Mauricio Macri.


Cuál es el atraso y qué dice la normativa


Según la última postergación (decreto 864/22), el 1 de abril deberán aplicarse los seis trimestres atrasados, más el del primer trimestre de 2023. Están pendientes los últimos 2 trimestres de 2021 y los cuatro de 2022.

Acorde a la normativa vigente, que rige desde 2017, los impuestos a los combustibles deben actualizarse por trimestre, en línea con las variaciones registradas por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Nación.

Teniendo en cuenta esto, los porcentajes a aplicar por trimestre serían así: 9,3% y 10,2% (tercer y cuarto trimestre de 2021) y 16,1 y 17,3% (primer y segundo de 2022) y, el de los últimos trimestres del año pasado, 22%; y 18,6% (este último aproximado).


Los aumentos de la nafta programados


A pesar de las postergaciones de los impuestos, los combustibles continuaron aumentando en los últimos meses y todavía quedan, por lo menos, dos subas programadas.

En noviembre del año pasado, el gobierno acordó con las productoras de combustibles subas escalonadas para la nafta y el gasoil hasta marzo de este año.

Según comunicaron, el promedio país de aumentos era de 4% para diciembre, enero y febrero, y de 3,8% para marzo. Sin embargo, en la región los aumentos fueron más altos, principalmente los productos de mayor calidad y este mes rozaron el 7%.

En número

4%
es el aumento en los combustibles que se aplicará en febrero y el de marzo será de 3,8%.

Con lo cual, la expectativa para los dos aumentos que quedan es que sean mayores a lo informado, aunque aún no está confirmado, al igual que el día para aplicar las subas.

Si bien el último incremento de precios está fijado para marzo, si el gobierno decide descongelar los impuestos a los combustibles en abril, es probable que las productoras lo trasladen a los consumidores, aunque en un año electoral no sería descabellado un escenario de congelamiento de precios en general.


La nafta y el gasoil deberían aumentar un 137% en abril


El aplazo de la aplicación de los impuestos a los combustibles genera un atraso acumulado difícil de revertir y es que, cuando el gobierno los aplica, lo hace en cuotas, con lo cual, se condicionan los trimestres venideros y así se genera una bola de nieve. De aplicarse en abril todos los trimestres atrasados, la nafta y el gasoil deberían aumentar hasta un 137%.

De tomar vigencia todos juntos, generaría un aumento en los precios de los surtidores que sería inédito. Es por esto que lo más probable es que mientras se apliquen los impuestos adeudados de 2021, se acumulen los de este año.

Para tener en cuenta, según analizó la consultora E&E, los impuestos a los combustibles hoy representan cerca de $27,7 por litro, en el caso de las naftas, y de $17, 9 por litro, en el caso del gasoil.

De aplicarse la carga impositiva atrasada, que hoy es de seis trimestres, en abril de este año, los impuestos deberían representar $65,7 por litro en las naftas y de $42,5 en el gasoil. Es decir, un salto del 137% en ambos casos.


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