Cuánto petróleo dan los pozos shale por fuera de Neuquén
Durante el año pasado entraron en producción seis pozos en Mendoza, Santa Cruz y Río Negro con destino a las formaciones shale de Vaca Muerta y Palermo Aike. Qué características tiene cada uno y cuántos barriles aportan.
La alta producción de las áreas de Vaca Muerta no solo ha generado una vuelta de campana en la industria petrolera argentina, tras largos años de declino sin visos de detenerse, sino que incluso es el trampolín con el que hoy se avanza hacia los grandes proyectos de exportación, tanto de petróleo como de gas natural. Pero toda esa revolución se da a partir de los pozos con destino al shale que se perforan en Neuquén, la provincia que capitaliza Vaca Muerta pero que no es la única con producción shale. Y precisamente eso, es lo que analizaremos en este artículo, qué producción dieron los pozos con destino shale que se han hecho fuera de Neuquén.
Para comenzar, vale repasar que el 2024 dejó un balance positivo en cuanto a la cantidad de pozos con destino a formaciones shale que se realizaron fuera de la provincia gobernada por Rolando Figueroa.
En Mendoza YPF puso en producción dos pozos con destino a la parte de Vaca Muerta que se encuentra en esa zona.
Uno de estos pozos se realizó en el bloque Paso Bardas Norte, bajo el nombre de PBN.X101 (h) cuenta con una rama horizontal de 1.059 metros en la cual se realizaron 12 etapas de fractura.
En el área CN VII A YPF realizó el pozo AN.X101 (h) sobre el yacimiento Aguada Negra. El pozo tiene una rama horizontal de 1.074 metros en la que se completaron 13 etapas de fractura y al igual que su vecino, entraron en producción el 18 de febrero del año pasado.

En agosto entró en producción otro pozo con destino a una formación shale del país, pero no se trató de Vaca Muerta sino de Palermo Aike, la hermana del sur.
Las empresas YPF junto a Compañía General de Combustibles (CGC) iniciaron el ensayo del pozo Ma-x-a (h) ubicado en el yacimiento Cañadón Deus del área El Cerrito – Campo Indio Este.
En este caso, el pozo es el primero que se hace desde cero hacia la formación shale de Santa Cruz, cuenta con una rama horizontal de 760 metros en la cual se realizaron 12 etapas de fractura y entró en ensayo de producción a fines de agosto del año pasado.
En tanto que los últimos pozos en dirigirse hacia objetivos shale por fuera de Neuquén entraron en producción a fines de octubre del año pasado en Río Negro y apuntan también a la formación Vaca Muerta, en lo que es la porción que se ubica en el subsuelo de esta provincia, dado que vale recordar que Vaca Muerta tiene 36.000 kilómetros cuadrados que abarcan incluso hasta parte de La Pampa.

Palermo Aike: lento fluir del petróleo «dorado» de la Vaca Muerta del sur
Los primeros tres pozos en Río Negro con destino a Vaca Muerta fueron realizados por la empresa Phoenix Global Resources (PGR) en el bloque Confluencia Norte, un área que está literalmente pegada a otros desarrollos de Vaca Muerta, dado que ni siquiera hay un río que las separe.
Estos tres pozos tienen pequeñas diferencias de longitud total pues, van de los 6.240 a los 6.320 metros total, pero en líneas generales poseen ramas horizontales de 3.000 metros y un promedio de 44 etapas de fractura en cada rama.
Los pozos shale de Mendoza
Antes de comenzar con el análisis de la producción registrada por cada una de las perforaciones vale aclarar que no deben ser tomadas como una comparación lineal, ya que son pozos con perfiles muy diferentes como ya se indicó y además con plazos de producción que tampoco son comparables.
Los pozos realizados hacia Vaca Muerta en Mendoza han dado con una producción de petróleo con una gravedad API liviana en Paso Bardas Norte, del orden de los 38 grados, y muy liviana en Aguada Negra, donde arrojó 43 grados API.
Emplazados sobre bloques de la Cuenca Neuquina, por lo cual apuntan a Vaca Muerta, los valores de producción han sido variables, con meses en los que se llegó a los 280 barriles diario y hasta los 180 que registró el de CN VII A en diciembre y 140 de su vecino.
En los diez meses en producción, los pozos ya acumulan una producción de 61.000 y 47.000 barriles, respectivamente.
Palermo Aike: cerraron el pozo de la Vaca Muerta del sur
El pozo con más expectativas en el entorno del shale fuera de Neuquén es el de Palermo Aike. Este pozo se conectó en agosto y solo estuvo en producción hasta noviembre, dado que los registros oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación que se utilizaron para este informe dan cuenta de que durante diciembre el pozo estuvo cerrado.
En esos meses, el pozo arrojó una producción de petróleo 68 barriles diarios en septiembre, 47 en octubre y 66 en noviembre, dando un acumulado en los poco más de tres meses de 29.700 barriles.
Si bien las empresas no informaron la gravedad API del crudo obtenido, sí se observaron fotos en las que se ve de un amarillo dorado, típico de los crudos bien livianos.
Vaca Muerta en Río Negro
Los pozos con destino a Vaca Muerta en Río Negro son los más nuevos de todos, pero también los más extensos, fracturados y con alta producción de este grupo estudiado. En el caso del pozo más productivo (x-1) registró 1654 y 1684 barriles por día en noviembre y diciembre, acumulando en esos dos meses 110.000 barriles totales.
El pozo X-2 dio 1419 y 1577 barriles por día en los dos meses de testeo, acumulando 99.000 barriles totales. Mientras que el pozo que menos producción dio (el X-3) aportó 1.047 y 1.114 barriles por día, y un acumulado total de 71.000 barriles.
Y una particularidad destacada de la producción obtenida en estos pozos rionegrinos es que el petróleo que extraen es de tipo mediano, con una densidad API de 27 grados, un valor que se creía incluso que no podía darse en el shale dado que es más pesado que el clásico Medanito del convencional que promedia los 30 a 32 grados API.
Exploración y curva de aprendizaje
Comparar linealmente la producción de estos pozos mencionados entre ellos, y peor aún con la que registra una perforación promedio de Vaca Muerta en Neuquén con sus 1.500 a 2.800 barriles diarios, sería un error dado que todos estos pozos son pozos de estudio o exploración.
El primer hito que marcaron estos seis pozos es haber dado con producción de petróleo, comprobando que allí está el recurso.
Pero desde el mismo diseño de la mayor parte de estos pozos era claro que no debía esperarse una alta producción, porque en el shale es sabido que la mayor cantidad de etapas de fractura estimula una mayor producción y se requieren para eso ramas horizontales más extensas.

A excepción de los pozos de Río Negro, que incluso están levemente por encima del promedio de Neuquén que es de 2.800 metros de rama horizontal, los demás pozos mostraron ramas cortas y una cantidad de fracturas que es comparable a los primeros pozos de Neuquén hacia Vaca Muerta, realizados hace casi una década.
Esto tiene vinculación con dos puntos claves e interrelacionados que inciden en el diseño de estos pozos más cortos. El primer punto es el acceso a los servicios especiales que requiere el fracking, y ante su poco acceso se llega al segundo punto que es la disparada de los costos.
Esto quedó en claro en el pozo de Palermo Aike que tuvo un costo de 49 millones de dólares, un monto por el que en Neuquén casi pueden realizarse 4 pozos a Vaca Muerta, incluso más extensos. Pero que se vio encarecido en Santa Cruz por las dificultades para mover el agua necesaria, el set de fractura, la arena y otros insumos.
Los planes: más pozos por venir
La política del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de avanzar sin pausa o ‘drill baby, drill’ es la clave que los desarrollos en el shale por fuera de Neuquén deben seguir.
Como sucedió con los pozos de la porción neuquina de Vaca Muerta, las empresas deberán seguir trabajando en la curva de aprendizaje para maximizar la producción que obtengan, haciéndola al menor costo posible. Para esto, ya hay varios planes en carpeta en las tres provincias.
En el caso de Mendoza, en donde se trabaja en incentivar la sinergia dentro del sector para aprovechar las grandes superficies con potencial productivo que poseen, está previsto que durante la primera mitad de este año se realicen 3 nuevos pozos por parte de YPF con destino a Vaca Muerta.
Si bien no se dieron los detalles exactos del pad de pozos que se montará en CN VII A, sí trascendió que la petrolera de bandera ya tomó la decisión de que tengan ramas laterales de 2.500 metros, en línea con el estándar de la actividad del lado neuquino.
A su vez, desde Aconcagua Energía se acordó como parte de la adquisición del bloque Payún Oeste el desrisqueo de Vaca Muerta en esa área. Un plan similar al que presentó Quintana Energy a inciarse en 2027 sobre los bloques que acaba de comprarle a YPF como parte del Proyecto Andes.
En tanto que en Río Negro son varios los pozos por venir, dado que de parte de Phoenix Global Resources (PGR) resta aún el compromiso de realizar un pozo en el bloque vecino, Confluencia Sur, que podría darse hacia fines de este año, y al cual se suma el pozo que acaba de comprometer Capex-Capsa como parte del acceso al área Cinco Saltos Norte.
Esta primera perforación para ese bloque está prevista para el 2026 y ya se anticipó que contará con una rama horizontal de, al menos, 1.500 metros de extensión.
La alta producción de las áreas de Vaca Muerta no solo ha generado una vuelta de campana en la industria petrolera argentina, tras largos años de declino sin visos de detenerse, sino que incluso es el trampolín con el que hoy se avanza hacia los grandes proyectos de exportación, tanto de petróleo como de gas natural. Pero toda esa revolución se da a partir de los pozos con destino al shale que se perforan en Neuquén, la provincia que capitaliza Vaca Muerta pero que no es la única con producción shale. Y precisamente eso, es lo que analizaremos en este artículo, qué producción dieron los pozos con destino shale que se han hecho fuera de Neuquén.
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