«Reglas claras, respetadas y a largo plazo»: las claves para la transición energética

Enel Argentina junto con Deloitte presentaron los resultados finales del estudio “Hoja de Ruta para la Transición Energética en la Argentina”. Abordaron beneficios y requerimentos para acelerar la transición en el país.

La empresa de generación y distribución eléctrica Enel Argentina y Deloitte presentaron su estudio «Hoja de Ruta de Transición Energética de Argentina». En las conclusiones destacaron la necesidad de contar con un marco legal «claro, respetado y a largo plazo para el desarrollo sostenible». Participó la secretaria de Energía, Flavia Royón, junto con referentes del sector energético en la Argentina.

La hoja de ruta es un estudio que también se llevó a cabo en otros países de América Latina. En Argentina abarcó nueve meses de trabajo y contó con la participación conjunta de asociaciones, compañías, funcionarios del gobierno, universidades y especialistas del sector. 

El informe analizó cómo será el futuro energético en el país desde dos escenarios, teniendo en cuenta las oportunidades que podría traer la transición energética. Estas se dividieron en seis: el cumplimiento de los compromisos asumidos; la generación de empleo y el desarrollo económico; el aprovechamiento de los recursos; la eliminación de sobrecostos del sistema; el desarrollo tecnológico y la mejora en la eficiencia e intensidad energética del país.

El primer escenario contempla las medidas de mitigación y cambios en la matriz energética, maximizando el potencial en todos los sectores, en base a lo propuesto por las Contribuciones Determinadas nacionales. Mientras que el segundo establece un panorama donde se busca alcanzar la carbono neutralidad con políticas de mitigación y cambios en la matriz energética que maximizan los beneficios de la descarbonización. 

«La transición energética, sobre todo por nuestros recursos, es visto como una oportunidad que va a tener beneficios muy importantes y que obviamente nos tiene que preparar para una discusión sobre los mecanismos de ajustes de frontera de carbono«, señaló el exsubsecretario de Energía Eléctrica, Paulo Farina, que presentó las conclusiones del trabajo.

Respecto al cumplimiento de los compromisos asumidos como país y la protección de la industria el estudio arrojó que generará empleo, inversiones y será económicamente beneficiosa teniendo en cuenta los costos sociales del carbono. En ambos escenarios se plantearon indicadores clave de rendimientos según cada objetivo.

Uno de los indicadores refiere al consumo de derivados del petróleo, que en 2021 se encontraba en 20,35 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep). En el primer escenario a 2050 podría descender a 17,72Mtep mientras que en el segundo, que busca al neutralidad cero, llegaría a 8,39Mtep para 2050. Sin embargo, en el país el 50% de las emisiones no se produce por el consumo energético si no que se produce por el uso de la tierra, referenció.

En cuanto a la generación de empleo sostenible y desarrollo económico del país, en el informe concluyeron que la transición debe ser justa teniendo en cuenta el fuerte impacto que tendrá en determinadas áreas del país. Las propuestas se dividen en: apoyar la introducción de tecnologías; gestión del empleo y oportunidades; abordar la pobreza energética y promover una redistribución justa.

En el segundo escenario, la transición generará un impacto neto de 3,6 millones de puestos de trabajo, mientras que el crecimiento económico será de 1,8% adicional sobre el PBI a 2050. Por otra parte, «la reducción de los costos sociales por la descarbonización son mayores a las inversiones generando un beneficio neto acumulado a valor presente de 30,2MM a 44,6MM entre ambos escenarios», marcaron.

Otro de los beneficios se refieren a la movilización de los abundantes recursos naturales con los que el país cuenta para la generación de divisas tomando un rol exportador y desarrollo productivo, el estudio arrojó que «el sector privado puede tomar un rol activo en el desarrollo de la nueva capacidad«.

Para 2050, en el escenario de neutralidad cero, la generación eólica en el país será la protagonista abarcando un 33% del total, la solar será del 31% mientras que la generación distribuida alcanzará el 16%. En este caso, se proyecta que la generación térmica abarque sólo el 9%.

Destacaron el rol que podría cumplir Vaca Muerta en la Transición Energética. Foto: Enel Argentina.

Por otra parte, ante la oportunidad de la incorporación de generación eficiente y reducción de sobrecostos del sistema, desde el estudio concluyeron que «el desarrollo del transporte de energía eléctrica requerirán de 31.883 kilómetros a 34.699 entre ambos escenarios. Debemos propender
a la integración energética para aprovechar los beneficios de mercados integrados».

En cuanto a la quinta oportunidad sobre el desarrollo tecnológico será necesaria la incorporación de redes digitales y medidores inteligentes «como condición habilitante de la transición energética». «Se propone el reemplazo masivo de los medidores tradicionales existentes por medidores inteligentes en un periodo de 8-10 años financiado a través de un cargo especifico a la demanda», marcaron.

El sexto beneficio que brindará la transición energética es que traerá mejoras en la eficiencia e intensidad energética del país: “se deben atender las medidas para mejorar la eficiencia en todos los sectores en el corto plazo a través de incentivos fiscales y brindando señales que impulsen el cambio«, como es la adecuación del cuadro tarifario, ejemplificaron.


Requerimientos en el país para alcanzar la carbono neutralidad en 2050


Al final de la presentación el referente marcó que existen diez requerimientos en el país para lograr ser carbono neutral en 2050. El primero consiste en contar con el desarrollo de una política energética de largo plazo enfocada en el desarrollo sostenible del país y las oportunidades que ofrece la transición energética.

Le sigue establecer la eficiencia energética como política de Estado. Por eso promueven la sanción de una ley de Eficiencia Energética integral en el corto plazo. A su vez, promover la infraestructura necesaria para aprovechar los recursos disponibles, priorizando la integración regional.

Es requerimiento impulsar un rol activo de los usuarios a través de la digitalización de las redes, que permita medir y gestionar el consumo de energía, actualizando los valores de remuneración de estos servicios; potenciar los beneficios de la energía distribuida logrando la instrumentación completa de los beneficios previstos y una normalización de los precios de energía.

A su vez, acelerar el desarrollo de una matriz de generación eléctrica libre de emisiones a través de una planificación de largo plazo; impulsar las opciones de almacenamiento de energía como soporte del desarrollo de las energías renovables, la mejora de la calidad de servicio y reducción de costos; fomentar la movilidad sostenible en el transporte ligero.

Promover el desarrollo de Vaca Muerta como oportunidad para contribuir a la descarbonización de las economías regionales y mundiales; establecer una estrategia para el desarrollo de hidrógeno verde y promover la reducción de emisiones no energéticas y la economía circular en todos los sectores como acelerador transversal.

«Tenemos que saber construir políticas públicas y discusiones donde seguramente este plan y esta hoja de ruta va a ser un gran aporte. Este potencial único que tiene a Argentina, es una oportunidad que debemos capitalizar y aprovechar», expresó Royón.


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