Vaca Muerta “On Fire”: el venteo de gas

El crecimiento de la producción de la mano de la formación shale disparó los niveles de venteos de gas en la Cuenca Neuquina. Son necesarias nuevas estrategias de mitigación y uso de ese gas.

Venteo o gases de aventamiento (flaring gas) es la quema de gas natural asociado con la extracción de petróleo. La práctica ha persistido desde el comienzo de la producción de petróleo hace más de 160 años y se lleva a cabo debido a una variedad de problemas, desde limitaciones económicas y de mercado hasta la falta de una regulación adecuada y voluntad política. La cantidad de gas que actualmente se quema cada año en miles de antorchas en el mundo (alrededor de 142.000 millones de m3 en 2020) podría abastecer a toda África subsahariana.

¿Cuáles son los impactos ambientales? Cada m3 de quema de gas genera 2,8 kg de emisiones de CO2 equivalente (más de 400 millones de toneladas/año). Las emisiones de metano resultantes de la ineficiencia de la combustión contribuyen al calentamiento global y el carbono negro (hollín) a la contaminación local.

A nivel mundial desde principios de los 90 hubo mejoras marcadas en una variedad de regiones y contextos. Estados Unidos a través de la construcción de infraestructura para usar gas logró una reducción que representó el 70% o 5.500 millones de m3 de la disminución global.

Análogamente en nuestro país los venteos han estado asociados a la explotación hidrocarburífera en campos distantes a infraestructuras de captación. Por mucho tiempo en la cuenca Neuquina era común ver los “fósforos” quemando en antorchas. Con el descubrimiento a mediados de los 80 y la puesta en producción de petróleo del yacimiento Filo Morado, se arrojaron durante años a la atmósfera varios millones de m3/día de gas.

Desde Neuquén, en forma innovadora, pretendíamos aprovecharlo con inversiones privadas y de riesgo. Pero la provincia no podía disponer del gas producido, sino solicitar sólo el 12% de regalías en especie.

Para ello a instancia local en 1991 el Congreso nacional sanciona la ley nº 24.009 que transfería con carácter gratuito a las provincias el gas venteado por Y.P.F. Sociedad del Estado dentro de sus jurisdicciones. Permitió que se pusiera en marcha la central Filo Morado que sigue aun aportando al sistema eléctrico del norte Neuquino.

Con el incremento de la producción y los venteos asociados, sumado al inicio de una toma de conciencia ambiental por parte de la ciudadanía, las empresas y los gobiernos se generaron recomendaciones, normativas e inversiones tendientes a limitarlos.

Fue así que la Legislatura de Neuquén sanciona en el año 1996 la ley n° 2175 con el objetivo de garantizar la preservación del ambiente, el resguardo de la salud de la población y la explotación racional del recurso. Prohibía los venteos y creaba una tasa ambiental a este tipo de emisiones.

Paralelamente desde Nación, dos años después se dictó la Resolución 143/98 que establecía restricciones a los aventamientos con máximos de relación gas/petróleo y con excepciones; debía ser quemado, presentar un estudio técnico-económico que demuestre la inconveniencia de su consumo, tratamiento, reinyección u otro tipo de aprovechamiento y medirse y registrar el caudal aventado y su composición.

Estos paquetes de medidas resultaron exitosos y lograron bajar drásticamente las emisiones. Lamentablemente hoy asociado a su crecimiento, como una recidiva, reaparece el dilema de los venteos como efecto colateral en Vaca Muerta.

La denuncia del diputado Raúl Muñoz por daños caudados del venteo de gas, requiriendo conocer la cantidad de infracciones y el destino del dinero de las multas, muestra la preocupación de una parte de la dirigencia en esta problemática. Muñoz se preguntó: “¿si además de la pérdida por el venteo legal, existe pérdida por el venteo ilegal? y si se han otorgado indiscriminadas excepciones a los límites de venteo ya que no se visualiza un detalle de las declaraciones juradas, ni los volúmenes de venteo en las páginas oficiales.

En la página web de skytruth (cielo verdadero) se muestra un mapa de la quema de gas en todo el planeta. Se actualiza diariamente para agregar nuevas detecciones infrarrojas que son lo suficientemente calientes como para ser consideradas como aventamientos. En forma notoria emergen los venteos del shale de Vaca Muerta:

No figuramos entre los primeros 10 países más venteadores pero hay señales de alarma por incrementos de volúmenes totales y de intensidad (ratio de m3 de gas venteado por barril de crudo producido). También aumentó el IFG argentino al incrementarse las importaciones de combustibles sin miramientos de su origen (Índice de Venteo Global que tiene como objetivo cuantificar el concepto de que, si un país está importando crudo de países productores, entonces también está importando la intensidad de quema de estos países productores en proporción a la cantidad de petróleo importado).

En el ámbito del Banco Mundial se ha creado un fondo fiduciario de múltiples donantes compuesto por gobiernos, compañías petroleras y organizaciones multilaterales comprometidas con poner fin a la quema de gas rutinaria: el Global Gas Flaring Reduction Partnership (GGFR o Asociación Mundial para la Reducción de Venteos de Gas) y publica el Global Gas Flaring Tracker 2020 que es un indicador líder mundial e independiente de la quema de gas. Nuestro país no participa.

La quema es, por supuesto, totalmente improductiva y se puede evitar mucho más fácilmente que muchas otras fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La tecnología y la innovación han demostrado ser aliadas en estas mejorías. A diferencia de 20 años atrás, existen mediciones de menores costos y más precisas, visualización-seguimiento-estimaciones satelitales y opciones más eficientes, más económicas y nuevas alternativas ya sea para captar o reinyectar:

*- Generación de electricidad con gas de antorcha (utilizado para crypto-mining in situ, para conexión a red o utilización en el yacimiento), mediante micro y grandes turbinas de gas o de vapor, motores alternativos de combustión interna o en la cogeneración.

*- Reinyección de gas de antorcha en la recuperación secundaria de petróleo: se puede inyectar en pozos viejos para restaurar la presión de formación natural en disminución y mantener los resultados de producción. Este ciclo autosuficiente es bastante económico ya que los desechos generados son mínimos y se aumenta la eficiencia general del proceso.

*- Transformación en GTL, LNG o GNC: Gas A Líquido: en la última década hubo una tendencia acelerada de conversión de gran escala a tecnologías de pequeña escala y las plantas más pequeñas se han convertido en una opción viable para la monetización de antorchas, con costos de capital por unidad iguales o menores que plantas a escala mundial; Gas Natural Licuado, licuar y almacenar el gas asociado es una alternativa más segura y económica a la quema de gas. Tras procesos de depuración, el LNG puede almacenarse para su uso tanto a escala industrial como doméstico; Gas Natural Comprimido a alta presión como uso vehicular.

Deberíamos ocuparnos pronto y con seriedad de esta problemática, ajustando normativa, focalizando los controles y la fiscalización, publicando las estadísticas, adhiriendo y participando del GGFR, minimizando con captaciones el efecto no deseado derivado de la producción del shale de Vaca Muerta y evitando que se repitan experiencias negativas para la industria cómo con el tratamiento de los residuos de la industria.

El gran peligro es que la impaciencia y la improvisación se alíen y destruyan el esfuerzo en disminuir los venteos como se consiguió hace 20 años: “Aquel que no puede recordar el pasado está condenado a repetirlo”.


(*) El autor es ingeniero. Es Ex secretario de Energía de Neuquén.


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