«Las rusas»: tres actrices y el deseo de volver a actuar

La obra de Maite Aranzábal pone en escena la incertidumbre generada por la pandemia en el ámbito del teatro y cómo la ficción puede ser un lugar donde encontrar una salida a los encierros. Puede verse los sábados y domingos de marzo.

El repentino encierro con final incierto que impuso la pandemia en marzo de 2020 y la imposibilidad de seguir haciendo teatro (y casi todo lo que hacíamos hasta entonces), fue el origen de origen de “Las rusas”, la obra de Maite Aranzábal, cuya dramaturgia contó con la colaboración de las actrices que la protagonizan, Magui Aguirre, Laura Raiteri y Mariana Calcumil, “las rusas” en cuestión. Puede verse sábados y domingos de marzo a las 11 (ver abajo). La puesta en escena, de una hora de duración, es al aire libre.


«Las rusas» pone de manifiesto la angustia e incertidumbre que afrontó el mundo del teatro a partir de la suspensión de actividades y de la incerteza acerca de si iba a ser posible volver. Y, de ser así, en qué condiciones y bajo qué circunstancias. Por eso, esta obra es, sobre todo, un gesto de amor al teatro.

Mientras transcurrían las primeras semanas de cuarentena estricta, Aranzábal supo, a través de las noticias, de un teatro de Buenos Aires que, ante la imposibilidad de seguir ofreciendo funciones, ponía a la venta todas sus pertenencias.

Las rusas. Magui Aguirre, Laura Raiteri y Mariana Calcumil. (Foto: Viviana Portnoy)

«La obra surgió como un lugar de intercambio de angustia social a partir del encierro que se generó con la pandemia, una invitación a expresarnos artísticamente y en la intimidad de la amistad que tenemos», revela Maite Aranzábal en un diálogo con Río Negro. 

«Más adelante, en 2021, cuando pudimos reencontrarnos, decidimos empezar a juntarnos para improvisar sobre algunas ideas, estados anímicos, las percepciones de pasar a la esperanza y que todo eso también le podía dar a un trabajo futuro una vertiginosidad de los estados de los personajes», sugirió. 

Y efectivamente así fue porque entonces, a partir de aquellos primeros ejercicios de improvisación la obra tomó forma: una compañía de actrices está varada en un centro cultural e intenta vender sus cosas para poder regresar a su lugar de origen. “La sensación era que nunca más íbamos a poder hacer teatro”, describe Aranzábal a Río Negro.

Maite Aranzábal, sostenida por «la rusa» Magui. (Foto: Viviana Portnoy)

La compañía en cuestión estaba representando “Las hermanas”, del dramaturgo ruso Anton Chejov. Tres hermanas que, como ellas, se encontraban varadas lejos de casa.
Las actrices en cuestión comienzan a identificarse cada vez más con los personajes que interpretaban y que habían tenido que dejar de hacerlo por la pandemia (que nunca se nombra. El deseo de (volver a) hacer teatro se espeja con el deseo de sus personajes de volver a casa. O, como dirá su directora: “Una fuga para el lado de la ficción”.

¿Por qué Las rusas? En parte, porque fue el modo en que directora y actrices se referían a la obra, que aún no tenía nombre, cuando organizaban ensayos o hablaban de ella: «la obra de las rusas…» Pero las rusas toman otro significado dentro de la dramaturgia: esas tres actrices varadas en algún lugar de la Argentina mientras interpretan una obra sobre tres rusas varadas en algún lugar de Rusia encuentran en ellas, las rusas de la ficción, la liberación. Así, las rusas también son ellas.

Las entradas pueden conseguirse a través del 298 431-8704. Allí se le dará el lugar de la obra, ya que se trata de una casa particular.


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