Cómo mantener la casa cálida en invierno sin subir la calefacción

Desde el uso inteligente de cortinas hasta la ubicación estratégica de muebles, estas ideas te ayudan a estar más cómodo sin pagar de más.

Cuando bajan las temperaturas, el primer impulso suele ser subir la estufa o prender un calefactor más. Sin embargo, en contextos de tarifas altas y recomendaciones de consumo responsable, es importante buscar alternativas.

La buena noticia es que sí. Existen estrategias sencillas y económicas para conservar el calor en el hogar, mejorar el confort y reducir la pérdida de energía. Muchas de estas soluciones vienen del saber popular, otras se inspiran en principios de eficiencia energética que ya se aplican en países con climas extremos.

Además, en regiones como la Patagonia, donde el frío se siente con más intensidad y los ambientes pueden volverse muy secos, lograr una temperatura agradable sin gastar de más es no solo una necesidad, sino una forma de cuidarse física y emocionalmente.

Estas ideas no requieren reformas ni grandes inversiones: con un poco de planificación, podés hacer que tu casa sea más cálida, acogedora y eficiente, incluso en los días más helados.

1. Usá las cortinas a tu favor


Durante el día, abrí las cortinas y persianas para aprovechar al máximo el sol, incluso en jornadas frías. El vidrio actúa como un invernadero y eleva la temperatura del ambiente.

Fotos gentileza.-

Por la noche, cerralas bien para evitar la pérdida de calor. Las cortinas gruesas o de tela térmica ayudan a aislar mejor las ventanas.

2. Colocá burletes o sellos en puertas y ventanas


Una de las formas más simples de conservar el calor es evitar que se escape. Revisá las rendijas por donde entra aire frío y colocá burletes adhesivos, goma espuma o hasta toallas enrolladas si no tenés otra opción.

Una puerta mal sellada puede hacer que la casa se enfríe en pocos minutos.

3. Alfombras: aliadas del calor en pisos fríos


El piso es una de las zonas por donde más calor se pierde, especialmente si es cerámico o de cemento. Las alfombras gruesas o de lana ayudan a mantener una temperatura más estable y a crear un ambiente más acogedor.

En dormitorios, pasillos o bajo la mesa del comedor, hacen una gran diferencia.

4. Reorganizá los muebles


Ubicá los sillones o camas lejos de ventanas y paredes frías. Si es posible, acercalos a zonas más protegidas o que reciban sol.

También es importante no tapar los radiadores o estufas con muebles, para permitir que el calor se distribuya bien.

5. Usá textiles que retengan el calor


Sumá mantas, fundas de vellón, cubrecamas pesados y almohadones grandes. Además de decorar, crean una sensación térmica más cálida. En invierno, la casa se vive más desde el abrigo.

6. Aprovechá el calor de la cocina


Cocinar es una forma indirecta de calentar la casa. El vapor y el calor del horno ayudan a subir la temperatura. Si preparás comidas al horno, dejá la puerta abierta unos minutos después de apagarlo (con cuidado si hay niños).

7. Ventilá bien, pero poco tiempo


Aunque haga frío, ventilar la casa es indispensable para renovar el aire. Hacelo de forma breve, unos 10 a 15 minutos diarios, y si es posible con ventilación cruzada. Elegí el momento más cálido del día para hacerlo.

8. Usá velas o lámparas de sal como apoyo


Además de dar un toque estético, las velas ayudan a templar espacios pequeños y aportan calidez visual. Las lámparas de sal también emiten un leve calor y son ideales para dormitorios o escritorios.

Cuidar el calor es cuidar el bolsillo


Reducir el consumo de calefacción no solo baja las facturas, también es una forma de vivir más sustentable. Con cambios simples y planificación, es posible hacer del hogar un refugio cálido, cómodo y eficiente durante todo el invierno.

No se trata de pasar frío, sino de ser más inteligentes con la energía.


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