Estudiantes de Río Negro fabricarán medidores de dióxido de carbono

Lo realizarán alumnos de seis escuelas técnicas de la provincia con la colaboración y asesoramiento de profesionales del Instituto Balseiro que diseñaron el prototipo.

Estudiantes de escuelas técnicas de Río Negro, con ayuda de científicos del Instituto Balseiro, fabricarán medidores de dióxido de carbono para medir la calidad del aire en espacios cerrados y determinar la necesidad de ventilación para mejorar las medidas preventivas de contagio de Covid 19.

En una primera etapa estarán involucradas en el proyecto seis escuelas técnicas, que recibieron por parte del Instituto Balseiro dos sensores medidores de dióxido de carbono cada una. Se trata de los CET 2 y 28 de Bariloche, 30 de Cipolletti, 21 de Catriel, 18 de Villa Regina y 12 de Sierra Grande.

Estos medidores sirven para determinar la calidad del aire y espacios cerrados para diminuir los riesgos de contagio de coronavirus. El prototipo fue diseñado a nivel mundial y optimizado para su fabricación económica y portable, por los investigadores y docentes Alejandro Kolton, Eduardo Jagla y Pierre Arneodo Larochette.

En base a ese prototipo, los estudiantes ahora podrán fabricar los medidores como una “práctica profesionalizante” de sus últimos años de la cursada del ciclo superior, explicó a RÍO NEGRO Damián Romano, secretario técnico de la Dirección de Educación Técnica de Río Negro.

Patricia Mateos, referente del Instituto Balseiro, junto a Sergio Pérez del CET 28 de Bariloche. Foto: Gentileza IB

El funcionario señaló que el primer acercamiento de la Dirección de Escuelas Técnicas con el Balseiro se dio en julio con un webinar y a partir de allí comenzaron a trabajar en conjunto para que los estudiantes puedan poner en práctica la teoría.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ahora compró 12 sensores, que implica el componente más costoso para armar el medidor debido a que se trata de dispositivos importados, que fueron entregados por el Balseiro a las escuelas para que inicien la primera etapa de este proyecto colaborativo.

“El resto de los materiales que se necesitan serán comprados por cada escuela con fondos nacionales destinado a las prácticas profesionalizantes”, puntualizó Romano quien señaló que de los dos equipos que ensamblarán los alumnos de cada uno de estos establecimientos, uno será compartido con otra escuela técnica de la zona para trabajar en conjunto. En el caso de Bariloche, el CET 2 trabajará con el CET 26 de Jacobacci, y el 28 con el CET 25 (escuela de hotelería) que había pedido contar con uno de los medidores.

El medidor de dióxido de carbono portable adaptado por investigadores del Balseiro. Gentileza

En paralelo, Romano indicó que “se gestionan fuentes de financiamiento de distintos sectores para poder comprar más sensores con el objetivo de que las escuelas técnicas armen estos medidores y se distribuyan a más escuelas”, dijo el secretario técnico que valoró la importancia en esta instancia en las que las escuelas retornaron a las clases presenciales.

Los primeros modelos de medidores, con los sensores aportados por CNEA, serán fabricados en lo que resta del cuatrimestre y se espera poder ampliar el alcance a otras escuelas técnicas para el comienzo del próximo ciclo lectivo.

Patricia Mateos, secretaria de extensión del Instituto Balseiro, señaló que a raíz del webinar realizado meses atrás “se visibilizó el interés de las escuelas por hacer los medidores, incluso algunas ya estaban haciendo pruebas”. Y agregó: “Vimos la importancia de colaborar con esta iniciativa que, por un lado, permite mejorar la prevención de contagio y por otro, aporta a las prácticas profesionalizantes en los establecimientos educativos”.


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