Fiesta de Nosiglia reunió a una galería de personajes Se casó su hija.

Fueron Macri, Alfonsín y Moneta, entre otros. Los pases de factura y los recelos dominaron la noche.

BUENOS AIRES (ABA).- El momento álgido de la noche se vivió cuando Fernando de la Rúa sacó a bailar el vals a su mujer, Inés Pertiné. Desde las mesas lo vieron moverse el ex presidente Raúl Alfonsín, el empresario de medios Raúl Moneta, el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo y el senador Mario Losada, entre muchos otros. Fue el sábado 20 en la fiesta de casamiento de Camila Nosiglia, hija del operador radical Enrique «Coti» Nosiglia, con Alexis Hoffman. Por el nivel y la cantidad de los invitados, el festejo sirvió para demostrar que los contactos y la influencia del sigiloso Nosiglia siguen intactos, a pesar de que es un supuesto enemigo del Gobierno.

Por el peronismo, con el que Nosiglia siempre tuvo muy buena llegada, estaban, además de Barrionuevo y su esposa, la diputada Graciela Camaño, los diputados Daniel «Chicho» Basile, Juan José Alvarez y el ex jefe de la SIDE menemista, Hugo Anzorreguy. Del radicalismo estaban todos: Alfonsín, Mario Losada, De la Rúa, Marcelo Stubrin, el ex gobernador de Chubut Carlos Maestro, Leopoldo Moreau, el ministro del Interior Federico Storani, Horacio Jaunarena, el intendente de San Isidro Gustavo Posse, los empresarios Chrystian Colombo y Luis Cetrá y el ex SIDE Fernando de Santibañes. Brillaban también las figuras del mundo del fútbol: el presidente de River Plate, José María Aguilar, el presidente de Velez, Raúl Gámez, y el presidente de Boca y posible candidato a senador, Mauricio Macri. Además estaban los banqueros Guillermo Stanley, ex Citibank y el titular del Macro Bansud, Jorge Brito, tal vez la figura más ligada al kirchnerismo en la fiesta. Aunque Nosiglia tiene buenos amigos en el Gobierno, como el ministro de Salud, Ginés González García, o el de Defensa, José Pampuro, nadie del oficialismo se animó a participar del festejo. Saben que al Presidente no le gusta que sus funcionarios se encuentren -al menos en público- con dirigentes que él considera parte de la «vieja política». De la Justicia la única figura resonante fue el magistrado Martín Irurzún. Los invitados fueron más de 700 y muchos se quedaron hasta las siete de la mañana.

Nosiglia y su esposa Nina Ciarlotti fueron los anfitriones de la fiesta y cuidaron de todos los detalles. La quinta Villa Rosa fue preparada para la ocasión y se montó una carpa donde se organizaron las mesas y la pista de baile. Se sirvió un cordero patagónico a las hierbas, bien regado con vino Los Alamos, de la bodega Catena Zapata, y el jardín fue iluminado por velas enormes.

Durante el festejo se vivieron al menos dos momentos políticos tensos. Uno fue a los pocos minutos de la llegada de Juan José Alvarez, diputado y ex ministro de Jus

ticia y Seguridad de Eduardo Duhalde. Como llegó tarde, fue ubicado en la mesa junto a De la Rúa: el ex presidente lo había acusado de haber coordinado los saqueos a los supermercados bonaerenses en diciembre del 2001 que culminaron con su renuncia, cuando Alvarez era secretario de Seguridad del ex gobernador Carlos Ruckauf. Alvarez tragó saliva cuando De la Rúa le recordó el episodio. Pero luego de algunas explicaciones se intercambiaron teléfonos para hablar el tema en privado.

El aire también se puso tenso cuando cruzaban miradas Macri y Barrionuevo: el presidente de Boca y el ex de Chacarita están enfrentados desde los disturbios de las barras bravas de esos clubes en la Bombonera, que terminaron en una causa judicial por la que casi va preso el gastronómico. Pero la cosa no llegó a mayores.

Luego ocurrieron momentos divertidos, como cuando De la Rúa y Pertiné se animaron a bailar «La Felicidad», de Palito Ortega. El ex presidente demostró que es un buen bailarín y descolló en las pistas ante la mirada incrédula de su amigo Santibañes y del actor Dady Brieva, amigo de Nosiglia, que se sentó en la misma mesa que De la Rúa.

Nosiglia estaba contento porque todo salió a las mil maravillas y su hija Camila se mostraba feliz. Los novios partieron de luna de miel a Tailandia.

Por supuesto, los grandes comentarios políticos de la noche versaron sobre los cortocircuitos entre el ministro de Economía, Roberto Lavagna con Néstor Kirchner, y sobre la posibilidad de que la primera dama, Cristina Fernández, se presente como candidata a senadora el año próximo. Anzorreguy, por su parte, se cansó de explicar su inocencia en la causa AMIA.

Se comentó además la noticia de que estaba al salir una biografía política sobre «Coti», y llamó la atención un ausencia inesperada: el ex ministro del Interior y empresario José Luis Manzano, un amiguísimo de Nosiglia, faltó a la cita. ¿Estarán peleados quienes fueron casi socios políticos durante décadas?

Esos rumores no bastaron para opacar la sonrisa de los Nosiglia en su noche perfecta.

Nicolás Wiñazki


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