Los lupinos de la ruta 40 pintan de violeta y rosa el camino más lindo de la Patagonia

Todo el año los colores de la naturaleza copan la parada en la cordillera. Pero con la llegada de los días cálidos, las flores ganan la escena de una manera particular. Por estos días la floración de primavera y verano estalla con sus mejores pétalos, perfumes y locales y visitantes, salen a disfrutarlas. En la ruta 40, miles de lupinos pintan los campos y se promociona este trayecto entre Villa La Angostura y San Martín de los Andes como una forma de turismo de naturaleza.

El violeta y el rosado son los colores característicos de este tipo de flores a los que muchos también llaman chochos. Son originarias del norte del continente, más precisamente de Canadá y Alaska, pero fue introducida en el sur argentino por los primeros pobladores europeos y norteamericanos que llegaron la Patagonia.

Al recorrer el Parque Nacional, puede rozarnos alguna brisa fresca y húmeda característica de las zonas boscosas, que alterna con el clima más seco de la estepa.

Si tomás los caminos internos que bordean las laderas montañosas, te sorprenderás con este espectáculo fantástico: un extenso sector poblado de arbustos pequeños de flores muy vistosas. Y no están solas, el notro, también conocido como “fosforito” por el formato de su hermosa flor, se esconde detrás de la vegetación baja y suma su color.

Lo mismo sucede con la floración de las retamas que, con su amarillo intenso cubre los costados de las rutas, anuncia un tiempo más templado.