Gennuso y empresarios de Bariloche molestos por la poca ayuda de Provincia

El sector turístico reclama a Carreras y a Nación la declaración de la emergencia por la parálisis económica que implica la cuarentena. Cuestionan que el gobierno no tiene claras las prioridades cuando pide por la fruticultura, que sigue exportando.

El intendente Gustavo Gennuso envió ayer un mensaje directo a los gobiernos provincial y nacional por la magra asistencia que recibe Bariloche en el marco de la pandemia por coranavirus y pintó un panorama complejo para el municipio “si no remonta la actividad” comercial y turística.

Gennuso tradujo así el resultado de una reunión multisectorial realizada el jueves, en la que intercambió opiniones y diagnósticos con las cámaras empresarias y varios sindicatos.

En ese encuentro hubo un generalizado enojo porque no existe todavía una ley de emergencia para el turismo, a pesar de la parálisis absoluta del sector, que solo en Bariloche afecta a cientos de empresas y a unos 15.000 trabajadores.

Muchos recordaron que en 2011 y ante una crisis bastante menor, cuando la ciudad padeció la erupción del volcán, hubo rápidas declaraciones de emergencia y una lluvia de beneficios para la actividad que se prologó durante varios meses.

Un punto que atizó la discordia, señalaron varios empresarios, fue el reclamo expreso de la gobernadora Arabela Carreras para que la Nación renueve la emergencia frutícola, que está vencida desde el 31 de mayo.

Y Gennuso se hizo eco de ese planteo. En declaraciones a Radio Seis subrayó ayer que la fruticultura no sufrió una afectación equivalente al turismo por efecto del coronavirus, ya que en los últimos meses “nunca dejó de producir ni de exportar”.

Dijo que Bariloche aporta en Ingresos Brutos el 30% de lo que recauda la provincia “y recibe el 17% de coparticipación”. Habló del perjuicio económico que padece en estos meses la ciudad toda y también el municipio, cuya recaudación se derrumbó en un 70%. “Hemos ayudado muchos años al resto de la provincia, es el momento de que se ayude a Bariloche -afirmó el intendente-. Lo mismo que el turismo, necesita varios meses de ayuda, sus trabajadores, empresas, emprendedores, de acá a diciembre necesitan ayuda”.

En diálogo posterior con este diario Gennuso prefirió abstenerse de ampliar esa idea. Dijo que se limitaba a lo ya dicho y no tenía más nada que agregar.

El presidente de la Cámara de Turismo provincial, Néstor Denoya, aseguró que hay una preocupación “enorme” en el sector por el sostenimiento del empleo, ya que los hoteles y restoranes siguen cerrados. “A esta altura lo que importa es que no se caigan más empresas”, aseguró.

Comparación con la fruticultura


Denoya dijo que las cámaras y los sindicatos coincidieron en la necesidad urgente de que el turismo “tenga un tratamiento especial” en materia tributaria, en razón de que “no alcanzan” los diferimientos concedidos hasta ahora tanto por la Nación como por el gobierno rionegrino. “Es endeudarse a futuro”, explicó.

“La gestión para que se prorrogue la emergencia de la fruticultura nos llamó mucho la atención -dijo Denoya-. Porque parece que no se entiende la situación gravísima que atraviesa el turismo. Hace falta una inyección de recursos mucho mayor, en políticas impositivas y en acceso al crédito”.

Explicó que la declaración de emergencia sería el instrumento ideal porque “si tenés una ley tenés los fondos y no tenés que pelearlos caso por caso”.

Recordó que durante la erupción del volcán “con una crisis mucho menor” la asistencia fue más abundante y señaló que les preocupa como empresarios “que no estén claras las prioridades«.

El contexto les impide tener algún grado de optimismo porque los tiempos se dilatan y el turismo tiene casi perdido el invierno y enfrenta un horizonte incierto incluso para los primeros meses de 2021.

Denoya dijo que las semanas pasan sin posibilidad de recuperar algún grado de movimiento económico y nadie les ofrece paliativos serios. “Seguimos cerrados por una cuestión sanitaria y es súperentendible -dijo-, pero a esta altura lo que hay es miedo, por los trabajadores temporarios que no cobraron un peso, por los permanentes a los que no habrá cómo pagarles. Y parece que nadie toma nota”.


Una emergencia turística que no llega


En la reunión convocada por el municipio se repitieron las quejas porque a esta altura, con una crisis sin antecedentes, todavía no hay una declaración de emergencia turística. Las cámaras del sector -tanto la local como la provincial- elaboraron notas ayer mismo para urgir su aprobación.

“Cuántos legisladores son de esta zona ¿no se dan cuenta de lo que pasa? -se preguntó Denoya-. Sabemos que hay algunos proyectos de emergencia, pero no tienen apoyo hasta ahora. Creemos que el de la senadora Silvina García Larraburu es el más completo”.

Pero la mira no está puesta solo en la Nación, sino también en Viedma, porque ese tipo de instrumento también debería ser aprobado cuanto antes por la Legislatura, según entienden los empresarios. Denoya aseguró que Entre Rios, Catamarca y Salta ya cuentan con leyes de emergencia “y Río Negro todavía no tiene la suya”.

El Concejo Municipal hasta ahora no se pronunció sobre el tema. Solo aprobó en su última sesión una comunicación dirigida a la AFIP en la que pide mayores beneficios tributarios para los contribuyentes de Bariloche “imposibilitados de funcionar” por la pandemia, pero nada dijo sobre una declaración de emergencia.


«la situación que se avizora es extremadamente grave»


La reducción a cero del ingreso de turistas no sólo afecta a la hotelería y la gastronomía, que permanecen cerradas desde marzo. El comercio también sufrió el impacto y quiere que no lo dejen al margen de los posibles beneficios.

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Eduardo Caspani, dijo que “cada sector tiene su necesidad”, pero pidió que una eventual declaración de emergencia “no se limite a la gastronomía y la hotelería”, como lo prevén algunos proyectos.

Dijo que en Bariloche ningún comercio permanece ajeno al turismo “y hasta un almacén del barrio Arrayanes tiene que aportar al Emprotur” y por lo tanto debería beneficiarse si hay una política expresa de ayudas e incentivos relacionada con la parálisis del flujo turístico.

Caspani dijo que en la actual circunstancia “hace falta que las ayudas se extiendan en el tiempo” y recordó que los planes Repro en 2011 duraron más de seis meses. “La situación que se avizora es extremadamente grave -dijo el dirigente mercantil-. Todos vemos que el turismo no se va a recuperar tan rápido como otras actividades”.

También señaló que harán falta “medidas de acompañamiento directo una vez que la actividad se empiece a mover, como ya se vieron en otros países, con una reducción del IVA para los consumos turísticos. O también la garantía de pasajes a precio acorde, porque si las tarifas se disparan no va a viajar nadie, sumado a que ya hay ofertas a precios bajísimos para volar al exterior”.


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