Grass augura la decadencia europea
BERLÍN (DPA).- El Premio Nobel de Literatura Günter Grass no acepta mordazas. Tras arremeter contra los planes de ataques preventivos de Israel a Irán, el escritor, de 84 años, lanza otro poema en el que carga las tintas contra Europa, a la que acusa de dejar abandonada a Grecia, cuna de la cultura del continente. Bajo el título “La vergüenza de Europa”, Grass publicó en “Süddeutsche Zeitung” una poesía de doce estrofas de pareados en las que acusa al “poder, que siempre tiene razón”, es decir a los responsables europeos de las políticas de austeridad y reformas, de apretarle a Grecia “el cinturón más y más”. Grass es consciente del revuelo que genera. Su poema “Lo que hay que decir” desató airadas protestas dentro y fuera de Alemania, le deparó la prohibición de ingreso a Israel y casi le cuesta la salida de la organización de escritores PEN. Su tesis de ahora contradice la de la máxima gobernante alemana, Angela Merkel: El dictado germano del ahorro es veneno para Grecia. “Ya no voy a callar”, había anunciado el Nobel alemán en su primer poema político. Menos de dos meses después, el escritor se vuelve a servir de la lírica para expresar sus pensamientos y sentimientos. Y lo hace sin piedad. Grass resalta la importancia cultural e histórica de la cuna de la civilización occidental y recuerda que muchos de sus tesoros están en manos de países que ahora tanto la presionan: “País condenado a ser pobre, cuya riqueza adorna cuidados museos: botín por ti vigilado”. También arremete contra Alemania, cuyas tropas invadieron Grecia en la Segunda Guerra Mundial: “Los que invadieron con armas esa tierra bendita de islas llevaban, con su uniforme, a Hölderlin en la mochila”. Sin embargo, el autor no dedica ni una palabra a los acontecimientos que precedieron al actual drama de los griegos, la forma en la que consiguieron ingresar en la Eurozona o los fallos de su clase dirigente y la corrupción que dejaron al país al borde del abismo. En su lugar, Grass pone el dedo en la llaga de las duras condiciones exigidas a Grecia a cambio de ayuda. Compara el amargo remedio del dictado de la austeridad con una copa de veneno. “¡Bebe de una vez, bebe! Grita la clac de los comisarios, pero airado te devuelve Sócrates su copa a rebosar”, escribe Grass en alusión al filósofo que bebió una copa de cicuta tras ser condenado a muerte. Grass, finalmente, augura la decadencia europea: “Sin ese país te marchitarás, Europa, privada del espíritu que un día te concibió”.
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