Guardianes de las semillas y protectores de la diversidad

El INTA trabaja con comunidades de Patagonia Norte para conservar variedades locales de poroto, papa y maíz. Las experiencias comunitarias y los bancos de germoplasma son clave para restituir cultivos en aquellas zonas en los que se perdieron.

Por INTA Patagonia Norte

Milenario. El saber que se transmite de generacion a generación mediante las semillas.

Las semillas son la base de la producción alimentaria y agrícola en el mundo entero y su conservación es vital para resguardar las variedades y la biodiversidad. El INTA acompaña a las comunidades en las experiencias de multiplicación, resguardo y conservación de semillas y cuenta con una red de bancos de germoplasma que desde 1958 preserva estos recursos.
“Las variedades locales son el motor de cualquier comunidad y son de vital importancia para el mantenimiento de la cultura y la diversidad en la que se sustenta toda la vida”, expresó María Rosa Lanari, coordinadora del Programa de Recursos Genéticos y Mejoramiento del INTA.
Las familias campesinas y las comunidades locales en todo el mundo son las que conservan las semillas y la diversidad. “En la Patagonia Norte la Agricultura Familiar resguarda estas variedades que son heredadas de las abuelas y en todas estas experiencias hay un fuerte componente de género porque son principalmente las mujeres las que mantienen las huertas y pasan las semillas de generación en generación”, explicó Lanari.

“En la Patagonia Norte la Agricultura Familiar resguarda estas variedades que son heredadas de las abuelas por generaciónes”

María Rosa Lanari, Coord. del Prog. de Rec. Genéticos del INTA


Existen grupos de agricultores y comunidades, que en conjunto con especialistas del INTA, muestran interés en continuar cultivando las variedades locales y recuperar aquellas con las que hoy no cuentan. Desde las agencias de extensión rural se acompañan iniciativas de multiplicación de semillas, recolección y resguardo en experiencias comunitarias como son las casas de semillas o las ferias de intercambio.
Estas iniciativas garantizan la diversidad de semillas locales para la siembra, promueven el uso e intercambio de aquellas adaptadas a la zona y buscan producir y difundir semillas a comunidades vecinas.
Con estas acciones las poblaciones contribuyen a aumentar la diversidad en los agroecosistemas, conservando variedades que están adaptadas a las condiciones edafo-climáticas locales en las que se desarrollaron y muestran resistencia natural a plagas y enfermedades.
La relevancia de estas acciones radica en que desde hace varios años se observa una disminución de la diversidad de variedades locales en las regiones donde se las cultiva. Al respecto, la curadora del Banco Activo de Germoplasma de la EEA Balcarce, Ariana Digilio, explicó que: “Las principales causas son el reemplazo de las variedades tradicionales por materiales mejorados de la misma especie o por otros cultivos más productivos o de mayor valor económico, el abandono del cultivo debido a la migración de la población rural o incluso porque pueden ser adquiridos en mercados cercanos”.

A resguardo. La vida contenida en las semillas, protegida por las comunidades.


El INTA cuenta con bancos de germoplasma en Salta, Balcarce y Pergamino que conservan variedades locales de poroto, papa y maíz, respectivamente. Asimismo, en la región está el banco de germoplasma más importante en Alto Valle que resguarda variedades de peras y manzanas. En lo que respecta a cultivos hortícolas las semillas se envían a los bancos mencionados o al de La Consulta –Mendoza– para ceder en custodia esas variedades y restituirlas a las comunidades en los casos que se requieran.
Actualmente, la actividad que realiza el INTA en relación a las variedades locales está enmarcada dentro del Proyecto “Conservación y uso sostenible de los recursos fitogenéticos locales para la alimentación y la agricultura para contribuir a la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores de Argentina”, presentado por Argentina a la cuarta convocatoria del Fondo de Distribución de Beneficios del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA).

Se busca garantizar la diversidad de semillas, promover el uso e intercambio de aquellas adaptadas a la zona y difundir comunidades vecinas.


El objetivo es revalorizar los conocimientos tradicionales asociados a los cultivos y el intercambio de saberes entre la conservación in situ y ex situ de las variedades locales y garantizar el acceso a un número específico de herramientas para la investigación y el fitomejoramiento.
En Patagonia Norte, en la primera etapa de este proyecto se trabajará con comunidades de Zapala, Picún Leufú, San Martin de los Andes y en Alto Valle de Neuquén (Plottier, Chañar, Senillosa) y Rio Negro (Campo Grande y Cinco Saltos) junto a otras instituciones como la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCo.


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