Hay volumen, pero falta variedad de productos en las góndolas regionales

En la mayoría de los casos los clientes consiguen la mercadería, pero no siempre la marca que fueron a buscar. Hay espacios sin productos en las estanterías, lo que atribuyen a que los proveedores tienen dificultades para cumplir con los pedidos.

Las góndolas de los supermercados de la región muestran claramente los efectos de la crisis económica del país, con altos niveles de inflación y el desastre que provocó la pandemia.

Los estantes de mercadería presentan faltantes muy notorios, abundancia de segundas y terceras marcas y fuerte presencia de productos propios.

Los supermercadistas aclaran que trabajan como pueden y con los productos que les entregan los proveedores, ya que ellos no fabrican la mayoría de lo que comercializan, según comentó el gerente regional de La Anónima, Eduardo Del Prete.

Se consiguen harinas, aceites, lácteos, pero no hay muchas opciones de precios y marcas. La imagen se repite en cada sucursal recorrida y ante este escenario el consumidor se ve obligado a llevar lo que hay.

En el reparto de responsabilidades los supermercadistas son reacios a culpar a un determinado eslabón de la cadena, aunque no se hacen cargo de los faltantes. Aseguran que la provisión de los alimentos no es la misma que hace dos años atrás y sobre todo ponen la mira en las empresas líderes, que abastecen a los supermercados pero no mandan ni las cantidades ni las marcas solicitadas. La escueta respuesta que reciben es “no hay”. Y la contrapropuesta es “no tengo ese producto, pero tengo este otro”. Por eso aparecen cada día nuevos productos de calidades por descubrir.

La góndola de los yogures. Pocas opciones.

Un mayorista consultado en Roca, que también pidió reserva de su nombre, explicó que “hay empresas de alimentos que centralizan 50 productos y ellos mismos te arman una propuesta que de algún modo reemplaza tu pedido. Si pido mil cajas de aceite de tal marca me dicen tengo cien, pero te ofrezco 900 de otra. Y nosotros, los mayoristas, entre no tener productos o instalar otras marcas optamos por la combinación entre productos líderes y otros casi desconocidos”.

“Nos pasa con las yerbas. Hay 10 marcas muy prestigiosas, pero existen mil de muy buena calidad que no se conocen. Cuando compramos y me dicen que de las líderes la mitad no se consigue, aceptamos alternativas que muchas veces no tienen nada que envidiarles a los productos más famosos”, agregó.

Llamativo también resulta que cada cadena consultada deriva la pregunta a otro sector de la empresa. Incomoda el tema porque unos necesitan del otro. Pero para el consumidor esa explicación no alcanza.

Hay claros en la góndola de leches. Las calidades intermedias prácticamente desaparecieron.

Ni hablar del abismo que separa los precios de una marca líder respecto de otra. Por ejemplo, el viernes una leche envase tetra brick de marca líder estaba en 130 pesos y una de menor renombre costaba 73 pesos, casi la mitad. Pero si el consumidor quisiera comprar la más cara, en ese nivel sólo hay un par de opciones.

Los sectores más complicados en cualquier supermercado de los recorridos en la región muestran el mismo síntoma. Faltan aceites de marcas reconocidas, los lácteos, puntualmente quesos y leches están muy acotados, las opciones de yerbas son pocas y costosas si se trata de las marcas más renombradas. Pero también en harinas aparecieron etiquetas que el consumidor prácticamente no conocía, en azúcar pasa lo mismo con una diferencia de calidad muy notoria y aunque no esté en el rubro alimenticio los pañales tienen una oferta acotada.

En un súper de Roca le dijeron a este diario que “tenemos una góndola con una marca líder de cerveza que hace más de dos semanas está vacía”. La cerveza no es de primera necesidad, pero sí es parte del escenario de faltantes que también incluyen otras bebidas y limpieza.

No solo faltan productos básicos. Hay vacíos entre las cervezas.

La explicación que dan en algunos supermercados, porque no todos están dispuestos a hablar, apunta a que ellos solo son el eslabón visible de la cadena y que si el mayorista no entrega, es muy difícil cumplir con el cliente. Pero a su vez sostienen que en muchos rubros compran directo de fábrica y tampoco el abastecimiento es constante.

Hay una sensación extraña también entre los consumidores que van por un producto reconocido e incorporado a la dieta familiar y se encuentran con que no está en góndola o está muy caro.

En un supermercado de Roca un repositor indicó que generalmente a la mañana temprano se consiguen más productos que cerca del mediodía. ¿Por qué?, porque hay reposición de primeras marcas pero en poca cantidad y se hace antes de que abran las puertas. Es decir, los primeros que llegan al supermercado consiguen productos que con el correr de las horas desaparecen de la oferta.

Y hablando de ofertas, ese es otro tema que muestra faltantes. Se pudo observar carteles con productos a menor precio, pero el espacio de la góndola vacío.

¿Y qué se hace en ese caso? En algunos casos se reemplaza por otro más caro, lo que obliga a leer bien los carteles porque quedó el precio de la oferta pero el producto exhibido no es el de bajo costo sino uno más caro.

Según dicen en la caja no todos los precios de góndola coinciden con el que finalmente aparece cuando el cliente llega a pagar su compra. Explican que eso se debe a que hay una dinámica de cambio de precios que a veces supera los tiempos de los repositores.

Lo real es que los supermercados muestran faltantes, que no hay demasiadas opciones y que en algunos rubros hay que conformarse con lo que se ofrece.


Del Prete, gerente regional de La Anónima: «Cuando el proveedor no entrega se busca en otro lado»



Atento y cordial, el gerente regional de La Anónima, Eduardo Del Prete, siempre tiene un lugarcito para responder a la requisitoria periodística. Consultado sobre este tema de faltantes en las góndolas el directivo se apuró en aclarar que “lo que no hay ni hubo fue desabastecimiento, lo que sí pasa ahora es que si vos vas a buscar una marca de arroz que compraste siempre no la encontrás, si antes había 10 marcas de arroz a la venta ahora tengo 4, aunque mejoramos respecto de lo que fue enero y febrero”.

“Los proveedores están entregando lo que pueden, en muchos casos por el tema Covid, en otros será por una cuestión de costos, no lo sé exactamente. La realidad es que hoy nos pasa con menos familias, nos pasa con la familia de arroz, de aceites. En este último caso vas a ver varias marcas pero no son muy conocidas, es lo que conseguimos”, indicó Del Prete.

“La calidad de las segundas o terceras marcas está muy controlada, no es igual que la primera y por eso vale distinto, pero son buenos productos”.

Eduardo Del Prete, La Anónima.

El referente supermercadista explicó la situación imperante en muy pocas palabras: “Volumen hay, lo que no hay es surtido”.

A lo que agregó que “hay determinadas marcas que están teniendo inconvenientes con la distribución de mercaderías, esto pasa en masivos, más que nada en productos de almacén, no tanto en limpieza y perfumería, y en algunos productos perecederos. De perecederos hay solo dos proveedores prácticamente en el país que entregan mercadería, son grandes, La Serenísima, Mastellone, Sancor prácticamente no está entregando nada. Nos envían lo que pueden, y también se puede ver a veces menos variedad en cuanto a las marcas que maneja ese proveedor”.

“Yo de última si me falta una marca vendo otra, pero el que es proveedor no lo puede hacer, tiene que fabricar y vender”.

Eduardo Del Prete, La Anónima.

Respecto de la influencia que puede tener la empresa en esta situación indicó: “Nosotros no elaboramos nada, si el proveedor no me entrega estamos fritos. Lo que podemos hacer es buscar nuevos proveedores como hicimos con el arroz, que tenemos marcas que nunca las habíamos trabajado, lo hicimos en su momento con la yerba y con el café, que también estuvieron faltando”.

Del Prete también aclaró que esta realidad los afecta como a todos los centros comerciales: “A mí como supermercadista me interesa venderte lo que vos querés, que son productos de marca, y no lo que yo te quiero vender… así te fidelizo como cliente y venís a comprar más, si vos comprás más nosotros cobramos los sueldos, es así”.


Dificultades para cumplir con los Precios Cuidados y Precios Máximos



Un relevamiento realizado hace algunos días por la Agencia de Recaudación Tributaria de Río Negro transparenta de algún modo el escenario que se vive en los supermercados de la región, muy similar al que presentan en el resto del país.

Uno de los aspectos más notorios es el faltante de productos esenciales incluidos en los programas nacionales como el aceite, yerbas, leche, harinas y azúcar. Las carencias fueron detectadas en sucursales de los 480 comercios fiscalizados.

El relevamiento incluyó comercios de Cipolletti, Viedma, Bariloche, Cinco Saltos, Roca, Choele Choel, Allen, Sierra Grande, Villa Regina, Río Colorado, Catriel, San Antonio Oeste, Lamarque y Fernández Oro.

Según el informe, sobre el plan Precios Cuidados, sólo 3 de 24 sucursales de las cadenas adheridas cumple con el mismo en su totalidad. En otras se cumple parcialmente y se advierte que productos esenciales incluidos en el programa figuran como faltantes. Resta establecer si esa ausencia de los productos se da porque las fábricas no los proveen.

En cuanto a Precios Máximos, de 87 controles, 67 estaban en infracción. No exhibían precios, existía diferencia entre el valor publicado en góndola con el de caja y productos con precio más caro de lo que establece el programa. El caso más notorio fue el del aceite de girasol que se vendía a un 60% más de lo que establece el programa.




“Ayer-por el viernes- vi mucha gente llevando leche en cantidad”. La frase la dijo una cajera de la Cooperativa Obrera, espectadora de las compras hogareñas cada día. Y ante la consulta sobre la frecuencia de esa imagen respondió: “pasó muchas veces, pero hace rato que no veía que cada cliente llevara tantas cajas, tal vez será porque no hay tantas opciones o por los precios, porque llevaban la más barata”.

Y efectivamente, en ese y en otros supermercados las góndolas de la leche están mostrando poco, o casi nada. Uno de los supermercados roquenses tenía solo chocolatada de la más cara y cajitas pequeñas de leche para bebé. El resto brillaba por su ausencia.

El panorama en los lácteos no es uniforme. Quesos se consiguen, cremas y yogures también, pero cada cadena tiene una realidad diferente. Eso sí, el denominador común es la escasez de las leches fluidas. Están las más caras y con suerte las más baratas, pero la franja de precios intermedia es la que desapareció de la góndola. Tampoco hay abundancia de leches en sachet.

Un encargado de un súper en Cipolletti explicó que normalmente cuando hay baja de provisión de lácteos se da en todos los productos y que por estos días la señal más fuerte es la de la leche.




La caída interanual de consumo en supermercados y mayoristas alcanzó el 25,9% en marzo, según un informe privado. Explican que se debe al elevado nivel de stockeo que se dio en marzo del año pasado cuando se anunció el cierre de actividades por la pandemia.

En los supermercados sostienen que los precios máximos, medida impulsada por el gobierno nacional que mandó a verificar esta semana, no se pueden sostener porque algunos proveedores ya mandan productos con valores superiores a los pactados. Incluso detallan que no se están concretando las entregas de productos tal como fueron pactadas.

En los últimos días los alimentos y artículos de limpieza tuvieron un incremento importante. Las leches subieron alrededor de un 8%, los aceites comestibles entre el 3 y 4% y las yerbas entre un 5 y un 6 por ciento. El rubro limpieza mostró incrementos del 8%.

Dato

15 a 20%
es la diferencia de precio promedio que hay entre un producto de primera línea y una segunda marca no tan reconocida.

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