Hilda López cuenta su historia en “La reina de los mares”

Con recuerdos y reflexiones, la conductora y actriz habla en su unipersonal de las vivencias de su niñez y adolescencia en la Buenos Aires de los conventillos, la solidaridad y la esperanza.

Seguimos pensando en historias que protagonizaron otros (o quizás nosotros mismos). Una historia de memoria, reflexión, sentires, nostalgia y amores…
De esa manera se zambulle Hilda López a la historia con su unipersonal “La reina de los mares” con dirección de Ricardo Bruce.
En esta propuesta se relatan distintos momentos y vivencias de la niñez de la autora en los arrabales porteños.
Las últimas funciones serán este domingo y el domingo 31 de este mes a las 21, en el teatro Ámbito Histrión (Chubut 240) de Neuquén.
Las entradas tienen un valor de 200 pesos. Por reservas llamar al 299 154 051201. “Río Negro” dialogó con la autora.

P- ¿Cómo sintetizarías esta pieza?
R-
Es la representación de un pedazo de mi vida, como tantas otras, en un marco histórico al menos para mi memoria, con una infancia, adolescencia y juventud transcurridas en épocas difíciles para el país. Mi infancia transcurrió en un ámbito muy particular: la invasión de la gente de las provincias a la capital. La apertura de la esperanza de un país muy movilizado por lo industrial, la gente que llegaba del campo a Barracas, por ejemplo. Compartir en el conventillo, con extranjeros también, cómo va marcando una identidad, fue una escuela. La escuela de la solidaridad, compartir un espacio común con alegría, las murgas de carnaval y muchas otras anécdotas.

P- Una época fundante para el país…
R-
Exactamente, así fue, con todo lo que eso significa. Una niña que vivió todo eso con la intensidad que el marco familiar imprime. Madre que era modista, padre que trabajaba en una fábrica durante el día y a la noche hacia changas en el puerto.
El puerto estaba vivo para la entrada y salida de tantas riquezas del país. Una escuela tan distinta…
Las maestras estaban ocupándose hasta de la higiene personal… La importancia del tren y lo que significó para la vida social. Las vacaciones eran pagas por el Estado y obligatorias.

P- Casi la gloria…
R-
Claro, exactamente. Era un premio merecido, lo vivíamos con una profunda alegría.

P- ¿Hay lugar en la pieza para el amor romántico?
R-
Por supuesto, también habla de eso. Está cargada de romanticismo e ingenuidad. Te enamorabas y era la entrega a la ilusión. Iba a ser el hombre de toda la vida.
Eso está formulado en el relato: la complicidad de las amigas y la resistencia de la familia, por lo desconocido.
También el tema de la sexualidad: cuando “te venia” no se decía. Aparece en el relato muy explícitamente.
El remate está con la muerte de Evita.
Concurrió todo el a país a su entierro. El país se detuvo.
Son seis momentos. La pieza que dura una hora.
No es para nada nostalgiosa. No me lo contó nadie.

Si vas al teatro: lo que tenés que saber

  • Obra: “La reina de los mares”
  • Actuación: Hilda López
  • Dirección: Ricardo Bruce
  • Ilustraciones: Pabla Arias
  • Diseño y realización escenográfica: Marcela Sagaseta
  • Diseño gráfico: Laura Pérez
  • Sala: Ámbito Histrión (Chubut 240), Neuquén
  • Función: domingos a las 21
  • Entradas: $200

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