Intento de femicidio en San Martín: «yo me defendí y pude defender a Bárbara»

Ricardo Flores padre, su hijo y Carlos Ancatel fueron sobreseídos hoy por la muerte de Aguilera. La fiscalía explicó que intervinieron para repeler el ataque contra la joven y entendió que medió una causa de justificación.

«Yo me defendí y pude defender a Bárbara, nada más», le dijo Ricardo Flores padre al juez de Garantías, Juan Pablo Balderrama, en la audiencia de hoy en la que resultó sobreseído por la muerte de César Aguilera, junto a su hijo que lleva el mismo nombre y Carlos Ancatel. El fiscal Maximiliano Bagnat consideró que hubo una causa de justificación y por eso solicitó que sean desvinculados. Afirmó que la intervención de los imputados fue para auxiliar a la joven cuando estaba siendo apuñalada por su expareja en la calle.

Bárbara Vázquez se había separado de Aguilera y lo denunció por ejercer violencia de género. El 22 de diciembre de 2020, en San Martín de los Andes, él la atacó en plena vía pública. Recibió heridas en el pecho, en los brazos y en el abdomen. En ese momento los tres hombres involucrados estaban trabajando cuando advirtieron la agresión.

Flores padre fue el que primero se acercó para socorrerla y Aguilera lo lesionó. Cuando resultó lastimado fue que se sumaron Ancatel y Flores hijo. Ahí arremetió contra ellos «tirando puntazos en el aire». El fiscal indicó que el padre logró incorporarse y se abalanzó contra el agresor que cayó boca abajo. En ese contexto es que tomó el cuchillo y lo hirió en el brazo derecho, lo que después terminó siendo la causa de la muerte. Le afectó la arteria humeral y le provocó un shock hipovolémico, según la autopsia.

Esta información fue recopilada durante la investigación, por lo cual Bagnat pidió que Ancatel y Flores hijo, que habían sido acusados de homicidio en exceso en exceso en la legítima defensa de un tercero el 23 de diciembre pasado, sean sobreseídos.

El defensor Castañeda junto a los imputados. Foto Patricio Rodríguez.

Flores padre nunca fue formalmente imputado, sin embargo el fiscal entendió que había actuado en pleno ejercicio de la legitima defensa, primero de Bárbara, y luego de él mismo. Planteó que la agresión de Aguilera fue ilegítima: «Hay una necesidad racional del medio empleado» para poder repeler ese ataque y una «falta de provocación suficiente». Bagnat contó que todos los testigos del lugar señalaron que el agresor «estaba dispuesto a matar».

En cuanto a la zona de la herida que recibió Aguilera, Bagnat aseguró que «la puñalada no fue en la espalda o en el cuello» y que no hubo de parte de Flores padre la intención de matarlo.

Encuadró el caso en el contexto de violencia de género que lo antecedió, algo que no había hecho originalmente, y requirió que se cierre la investigación.

El defensor, Saúl Castañeda, acompañó la solicitud.

Al no haber controversia entre las partes, Balderrama explicó que su tarea era la de evaluar la razonabilidad de la petición. Indicó que la fiscalía fundó sus motivos y aclaró que si bien a Flores padre nunca se le formalizó una acusación, durante la investigación hubo una sospecha sobre su participación, por eso es que el sobreseimiento, la desvinculación del caso, le fue alcanzada, al entender que en su accionar medió una causa de justificación.

Bárbara estuvo presente en la audiencia.

El fiscal Bagnat y el juez Balderrama estuvieron de forma virtual. Foto Patricio Rodríguez.

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