Jardín: Ikebana, una tradición roquense

La florería con más historia de Roca cumple en los próximos meses 58 años en el rubro. Su dueña, Amparo García Dinar, nos cuenta cómo es el trabajo con las flores y su recorrido desde los cultivos, desde el comienzo hasta la actualidad.

Que las flores transmiten sentimientos no es novedad, ya que siguen siendo las elegidas por gran mayoría de clientes para expresar sus emociones. Sin embargo, el camino que transitan desde sus cultivos hasta llegar a destino atraviesa varios procesos interesantes.


“La flor llega deshidratada, entonces inmediatamente se procede a cortar, limpiar e hidratar para luego colocar en la cámara frigorífica”, cuenta Amparo García Dinar, dueña de la florería con más trayectoria de Roca, la reconocida Ikebana.

“Los tiempos de duración de cada flor depende de la variedad, como sucede con el precioso lilium. Esta especie viene completamente cerrada y se abre al calor, que según la variedad puede tardar cuatro días, como con los de color blanco. Otras variedades tardan tan solo un día”, indica la mujer. En cuanto a los colores vienen rojo, blanco, amarillo, naranja, rosado, maíz, atigrado color rosado con pintas negras y después está el perfumado con aroma tremendamente fuerte. “Se ha hecho conocido en los últimos años, pero las rosas rojas son las preferidas”, cuenta Amparo.

En las flores importadas, el proceso del corte hasta el negocio es mucho más largo, porque el traslado es de un tiempo aproximado de 10 días. “Siempre he trabajado la rosa importada y la mejor es la ecuatoriana, que tiene un tallo de 1,90 metros y el pimpollo de 8 a 10 centímetros” explica la dueña de Ikebana.

En la última década también se estila obsequiar el ramo de flores variadas, con yerberas, cresta de gallo coloradas, iris, lilium y astromelias, entre otras.

Amparo muestra con orgullo algunos ramos de los que se pueden obtener en Ikebana.


En el caso de las yerberas tienen un tallo bien vacío en su interior y hay que cuidar de que no se pudra, ya que al ser vacío es un tallo muy débil y de un deterioro muy fácil con el agua. Por eso el consejo de Amparo es cambiarle el agua cada 3 días mínimo por semana.

Las alstroemeria, generalmente llamada astromelia, lirio del Perú o lirio de los Incas, es un género de Sudamérica con alrededor de 120 especies, principalmente de regiones frescas y montañosas en los Andes. “Es la famosa amancay que se aprecian al costado de la ruta en caminos a Bariloche, una de las variedades que aparecen en amarillo y naranja” señala Amparo.

Se trata de una flor de larga duración, aunque los más resistentes y duraderos son los “San Vicentes” que logran una vida de hasta 15 días, una vez cortados de la planta. En esta escala de duración, le sigue el clavel. “En el caso de la rosa, siempre debe estar fresca, no hay plan B para ellas”, explica la experta. Por otro lado se encuentran las flores de trabajo, que son las que se utilizan para armar las coronas.

Una vez que las especies llegan al mercado de flores, tanto los proveedores, como intermediarios y compradores directos realizan las compras para luego reenviarlas al destino, que son las florerías que esperan su llegada abasteciendo toda la zona.

La propietaria del lugar proviene de una familia muy tradicional del comercio roquense.


Sin embargo, en el caso de las rosas importadas que Amparo suele trabajar llegan de Colombia o Ecuador. Estas espectaculares bellezas florares son a valor dólar y se hace difícil sostener los envíos de su traslado, ya que un paquete de rosas ecuatorianas de 25 equivale aproximadamente 4.500 pesos, contra la producción nacional que también son muy lindas y de buena calidad aunque mucho más chicas. “Las últimas que traje fue para el Día del Amigo del año pasado. Es difícil competir con la rosa ecuatoriana, aunque en Argentina se ha logrado la rosa sin espinas”, señala la mujer.

Según cuenta García Dinar, la calidad del tallo de la rosa tiene que estar muy derecho y rígido y para conseguir el largo debe estar dirigido y recto su crecimiento. Se planta en espacios separados por hilos dirigidos -que la mayoría de las veces, se les coloca un capuchón – ya que la gente prefiere comprar el pimpollo semicerrado de la rosa y no la rosa abierta.

La florería recibe flores de 2 a 3 veces por semana para contar siempre con flores frescas, y gracias a ello, Amparo sugiere a la gente colocar en un litro de agua media tapa de lavandina.

Cada vez que se cambia el agua a los floreros es importante cortar los tallos con cuchillos de manera perpendicular, y evitar usar tijera ya que el corte apretaría el tallo y el resultado no sería el deseado.

Rociarlas y cortarlas ayuda al mantenimiento. Además hay que cambiar el agua en los floreros cada dos días y fundamentalmente limpiar bien las paredes del florero, que es donde quedan los restos de materia babosa que se forma a medida que se va descomponiendo.


Que las flores transmiten sentimientos no es novedad, ya que siguen siendo las elegidas por gran mayoría de clientes para expresar sus emociones. Sin embargo, el camino que transitan desde sus cultivos hasta llegar a destino atraviesa varios procesos interesantes.

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