Jazmín chino: el secreto del mejor perfume para los jardines

Esta planta se destaca por el intenso aroma de sus pequeñas flores blancas. Desde el vivero Afrodita de Neuquén, Natalia Domínguez y Alejandro Vega nos enseñan cuidados y comparten consejos.

Sus flores desprenden un perfume atrevido y persistente que suele atravesar las ventanas e impregnar el ambiente, mientras divaga por el aire y se esfuma con el golpe de alguna brisa primaveral.


Esta planta trepadora y decidida a crecer, con hojas caducas o perennes dependiendo del clima donde se encuentre, en algunas zonas puede alcanzar de tres a cinco metros de altura. En pleno desarrollo visten pequeños paredones, maceteros, pérgolas o cualquier rincón del jardín o de casa, siempre y cuando le de la luz del sol de manera directa. Este jazmín no necesita de grandes cuidados para mantenerse bien.

Originaria de China se la conoce vulgarmente como jazmín chino, de China y de invierno. Su nombre científico es Jasminum polyanthum. Tiene un ritmo de crecimiento rápido y su poda se puede realizar sin problemas en cualquier época del año excepto cuando se encuentre en pleno apogeo de sus flores.

“Es muy resistente al frío y florece en invierno y primavera siendo el primero de los jazmines en florecer”, explica Natalia Domínguez a RÍO NEGRO y agrega: “En la Patagonia necesita un rincón protegido del viento y con sol directo o media sombra. También puede estar en interiores con mucha luz directa”.

Según Alejandro Vega, la planta soporta temperaturas de 5 grados y el frío y la poda en invierno benefician la floración en primavera. “Es una trepadora que necesita ser tutorada o alambrada. Es ideal para cubrir pérgolas, columnas, muros o paredes de poca altura”, dice.


Un buen consejo que nos da Vega, para quien decidan tener un Jazmín en maceta es que utilicen un sustrato adecuado y no la tierra de jardín en sus contenedores. Se reproduce por gajos, estacas o acodos.

Natalia Domínguez aconseja un riego moderado, pero siempre teniendo en cuenta las características del clima de la zona. Así, si las temperaturas superan los 30 grados en verano y no llueve mucho, habrá que regar más seguido. En cambio, en invierno, dejará de crecer, de modo que necesitará menos agua y la tierra permanecerá húmeda más tiempo. A la hora de regar asegurarse de que la tierra se humedezca muy bien. Si el jazmín se encuentra en maceta se aconseja no ponerle un plato debajo, como en otras plantas, pero si lo tiene debe retirar el agua sobrante a los 10 o 20 minutos de haber regado.

La mejor época para plantarlo en un espacio verde o jardín es en primavera cuando el riesgo de las heladas haya quedado atrás. Si está en maceta y las raíces empiezan a salirse y ser visibles, o el sustrato parece estar muy gastado se aconseja cambiarle el contenedor y es mejor hacer este trabajo en primavera.

En invierno se hará una poda de limpieza, quitando ramas muertas, enfermas o rotas, y aquellas que se hayan cruzado o que hayan crecido demasiado, quitándoles las hojas más tiernas utilizando herramientas limpias para prevenir infecciones”, concluye Vega.


Afrodita: un vivero joven



Natalia, Alejandro y sus hijos distribuyen muy bien las tareas y logran la combinación perfecta para asesorar y atender a quienes necesiten aprender sobre el cuidado de plantas. “Somos una familia de 5, Fiona de 19 años; Valentino de 17 años; Alejo de 20, Alejandro y yo. Todos llevamos adelante el vivero. Alejandro atiende al público, yo me encargo del cuidado de las plantas y los chicos colaboran y elaboran las macetas “Patagonas”, cuenta Natalia a Río Negro.

Desde el añ0 2000 se dedicaron a la elaboración y venta de comida saludable a través de restaurantes y almacenes naturales. “Somos vegetarianos desde hace 24 años y nuestros hijos desde que nacieron”, dice la mujer.

Además, desde septiembre del 2019 llevan adelante el emprendimiento del vivero urbano. En sus comienzos se dedicaron a la venta de plantas de frutos del bosque como frambuesas, moras y grosellas de diferentes variedades y aromáticas y plantines de huerta. “Nos interesa aportar a la soberanía alimentaria y a la forestación y cuidado del medio ambiente”, afirma Natalia.


Los hijos diseñaron las macetas artesanales Patagonas, para una decoración ecológica y minimalista. Basado en un diseño botánico sobrio y resistente de maceta, planta y cubre suelo con una gama de colores que orgánicamente crean un objeto único con impronta patagónica. “Trabajamos por un mundo más verde y sano”, indica.

La familia tiene un fuerte compromiso con el cuidado y el cultivo de alimentos agroecológicos y promueven las huertas urbanas en busca de un lugar definitivo y espaciosos para producir los propios alimentos y garantizar que estén libres de pesticida y fertilizantes artificiales. Vivir conectados con la naturaleza y el bienestar es el objetivo y para ello trabajan en el lanzamiento de remeras con diseños botánicos cuya funcionalidad es concientizar sobre el cuidado y el reconocimiento necesario hacia nuestro Planeta.


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