Fue a un curandero de Cinco Saltos a tratar un problema de salud y la abusó sexualmente

Heriberto Cerda fue declarado culpable del delito de abuso sexual agravado. Resta el juicio de cesura para definir la pena.

Un caso sin precedentes se juzgó en Cipolletti y terminó con la declaración de culpabilidad para un místico curandero de Cinco Saltos. En medio de un ritual de sanación, el hombre utilizó un producto para adormecer e inhibir la voluntad de la víctima. Antes que se levante de la camilla le advirtió que la próxima vez lleve un profiláctico. En el próximo juicio se discutirá la pena por el delito de abuso sexual. El hombre se autoproclama como un curador, aunque no tiene ningún reconocimiento de ninguna entidad de salud, ni formación académica.


Una mujer asistió a la casa de Heriberto Cerda para que la tratara por un problema de salud. El hombre tiene cierta popularidad en Cinco Saltos por tratar personas con malestares emocionales y físicos. La víctima accedió al tratamiento porque su pareja había concurrido en reiteradas oportunidades, incluso el hombre la acompañó ese día.


Tras un breve diálogo, Cerda llevó a la mujer a una habitación y la abusó sexualmente mientras el esposo esperaba en una sala de espera. Del juicio trascendió que la mujer no gritó ni pidió ayuda en el momento. Todo indica que no pudo hacerlo porque Cerda le hizo inhalar un producto que la adormeció.

Dijo la víctima que le provocó una especie de anestesia. El imputado inició una especie de ritual sanador, pero rápidamente comenzó a tocarla. Contra su voluntad y sin posibilidad de reacción física, Cerda la abusó sexualmente con acceso carnal.

Minutos después, el imputado le dijo que se fuera y que no le dijera nada a su marido que en ese momento la estaba esperando afuera, en un auto. Se lo dijo de forma intimidatoria y sujetándola fuerte de los brazos.

La mujer salió muy angustiada, y comenzó a llorar al subir al vehículo. En el trayecto de regreso le contó lo que sucedió:» Cerda me violó», le dijo.

El informe del médico forense del Poder Judicial Gustavo Breglia sirvió para acreditar que las marcas -hematomas en los brazos- que tenía la mujer en partes de su cuerpo eran compatibles tanto con la fecha como con la acusación.

La mujer radicó la denuncia al día siguiente del hecho visiblemente angustiada, según el testimonio de las personas que le tomaron declaración. Demoró horas en relatar lo sucedido.

En el juicio el defensor de Cerda intentó desacreditar el relato de la víctima. Insinuó que padecía una dificultad cognitiva de la mujer para restarle credibilidad a su relato. Sin embargo, una psicóloga -testigo- afirmó categóricamente en su extensa y detallada declaración que la víctima no presenta signos de simulación, disimulación o mentira.

En su declaración la mujer dijo que antes de irse de esa habitación, además de la intimidación, Cerda le dijo que la próxima vez que fuera a la casa llevará un profiláctico. Se ventiló también en el debate que el hombre se colocó guantes de látex antes de abusar de la mujer.

El tribunal de juicio integrado por Alejandra Berenguer, Laura González Vitale y el juez Guillermo Baquero Lazcano, no dudó en la responsabilidad penal del imputado. Fue declarado culpable. Ahora resta la instancia de juicio de cesura para definir la pena.


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