Video: alegatos de Fuentealba II, el juicio contra la cúpula policial, ¿Cuál es el eje del caso?

El tribunal deberá definir si los que dirigieron y ejecutaron el operativo, que terminó con el asesinato del maestro en 2007, bajo el gobierno de Jorge Sobisch, hicieron un uso ilegítimo de la fuerza.

Carlos Fuentealba, profesor del CPEM 69 del barrio Cuenca XV, fue trasladado el 4 de abril de 2007 en gravísimo estado al hospital Castro Rendón de la ciudad de Neuquén. El personal policial que había participado del operativo en Arroyito recibió la orden de ir hasta la capital a un destino específico: la jefatura. Adrián Espinos, que integraba el grupo especial de Cutral Co como sargento ayudante, recordó que en ese momento los responsabilizaban a ellos por el crimen del docente. “Estábamos todos en la jefatura me acuerdo. Aparece en ese entonces el jefe de policía el general (Carlos) Zalazar, lo agarra a nuestro jefe, y le hace una manifestación, que yo escucho a medias, algo de «asesinos», dijo. Afirmó que «tomaron una acción rápida, casi nos están inculpando de algo que nada que ver». Pidieron que declarara el chofer de su grupo, Juan José Benegas, que vio al cabo José Darío Poblete, de Zapala, ingresar al móvil de Cutral Co después del disparo. «Lo subieron encubriéndolo», aseguró Espinos al tribunal, que debe juzgar, 16 años después, a la cúpula policial de aquella época.

Los jueces Luis Giorgetti, Diego Chavarría Ruiz y Raúl Aufranc escucharon hoy los alegatos de clausura de la fiscalía, la querella y las defensas. Luego tendrán como máximo dos días para emitir un veredicto de culpabilidad o absolución, en la que incluso pueden plantear que los delitos están prescriptos.

Más allá de la decisión que tomen, en base a la prueba, el eje central de esta causa es: en el operativo de Arroyito, ordenado por el entonces gobernador Jorge Sobisch, para evitar la protesta del sindicato ATEN sobre la Ruta 22 ¿la policía hizo un uso ilegítimo de la fuerza?

Las defensas expondrán, sucintamente, que los jefes cumplieron una instrucción que era impedir el piquete, y que la responsabilidad de Poblete, como autor del disparo, ya fue saldada en el primer juicio. También que los manifestantes agredieron a la policía con piedras -equiparándola a las armas- y que en ese contexto se produjeron los hechos.

Es cierto que Poblete no está imputado en este juicio, pero sí fue parte del operativo, que comenzó en el puente Arroyito y terminó a 5,5 kilómetros cuando él le tiró con una pistola federal a la luneta de un Fiat 147, a menos de siete metros, después de que alguien gritara: «paren ese vehículo». Según el relato del chofer Benegas, el cabo se resguardó en un móvil del grupo especial Cutral Co. Allí lo fue a buscar su jefe, Julio Lincoleo.

El tribunal puede decir que ese día hubo un solo mal policía: Poblete. Pero en esta causa está imputado Benito Matus por abuso de armas en concurso con lesiones leves, agravadas por su condición de funcionario público. Era oficial principal y su misión era llevarle el desayuno al personal que pasó la noche en el lugar. Hugo Millapán, de Bomberos, le entregó una escopeta 12/70 para que cuide la autobomba, y los videos lo registraron vestido de civil (sin uniforme) disparando en el playón de la estación de servicio YPF. Por este hecho fue sumariado y tuvo una sanción -una suspensión- que no afectó su carrera: hoy es comisario inspector en Chos Malal.

El fiscal jefe Maximiliano Breide Obeid intentó introducir en el juicio un aspecto más de la trayectoria policial de Matus: antes de 2007 ya lo habían pasado a disponibilidad porque tenía una condena por vejaciones de 2001.

Para el ministerio público no hay responsabilidades penales más allá de Matus, por el que actualmente sostiene los cargos, o la de Poblete en su momento. La fiscalía desdobló la investigación y nunca impulsó que la causa conocida como «Fuentealba II» llegara a juicio.

Los abogados querellantes, Ricardo Mendaña y Marcelo Medrano, que representan a Sandra Rodríguez y sus hijas, Camila y Ariadna Fuentealba, consideran que sí se hizo un uso irracional de la fuerza y que los jefes podrían haberlo detenido. En esta línea, Matus y Poblete no son eslabones perdidos, ya que en el operativo se disparó en inmediaciones de la estación de servicio, con los riesgos que eso conllevaba, y se persiguió a personas que escapaban por el campo cuando se habían retirado de la ruta. Aún cuando llegaron a una tregua, siguieron tirando mientras la caravana se iba rumbo a Neuquén, y posteriormente no preservaron la prueba.

El defensor Gustavo Lucero anticipó que los imputados -asiste a cinco de los ocho- hablarán después de los alegatos, así que quizás se refieran a estos hechos. De todas formas no tienen obligación de decir verdad.

¿Cuánto cambió la policía de Neuquén respecto a la gestión de los conflictos sociales después de 2007? Los efectivos que ya no están en actividad confirmaron en el juicio que la pistola federal dejó de usarse en las manifestaciones después del asesinato de Fuentealba. Sin embargo se registraron casos de lesionados en protestas: en 2017 el efectivo Sergio Palominos le disparó por la espalda al exdiputado Raúl Godoy con una escopeta 12/70. Fue condenado a cinco años de prisión efectiva.

El dato

34
testigos declararon durante las 8 jornadas de audiencia. El lunes, a partir de las 9.30, comenzarán los alegatos de clausura.

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