Juicio de Micaela Bravo: el hijo de la imputada no quiso declarar

Carlos Colipi era el novio de Micaela. Este jueves comienzan los alegatos por parte de la fiscalía y la defensa; el viernes es el turno de la defensa.

«Puede abstenerse de declarar como testigo. Usted tiene el derecho, la facultad de no declarar si no desea hacerlo. ¿Quiere declarar'», le preguntó el juez Marcos Burgos a Carlos Colipi, el novio de Micaela Bravo, la joven que desapareció el 23 de marzo de 2016. El 6 de abril, un hombre encontró su cuerpo en un descampado a metros de la avenida Juan Marcos Herman. «No», dijo el joven Colipi que es hijo de la única imputada por el homicidio, Angélica Paine. Rápidamente, se retiró de la sala de Tribunales.

Al término de la audiencia, el defensor Marcos Ciciarello aseguró que el joven «ejerció este derecho desde un primer momento. Ante la duda acerca de si puede perjudicar a su madre, se abstiene. Lo ideal era que no viniera, pero la fiscalía quería que venga«.

Yanira Paine, la otra hija de la imputada, también se abstuvo de declarar esta mañana.

Alrededor de las 10 de la mañana, el tribunal conformado por Burgos, Sergio Pichetto y Víctor Gangarrosa dispuso que los alegatos de la fiscalía y la querella serán el jueves; mientras que el viernes será el turno de la defensa. La sentencia se conocerá al regreso de la feria judicial.

«Cuando empezó el juicio, manifesté que había tres piezas que impedían suponer que Paine era la autora del crimen», planteó Ciciarello. «En primer lugar -continuó-, el testimonio de la portera del jardín, Silvia Carriqueo, que vio volver a Micaela a las 14.30. Ese testimonio se corresponde con el Ceballos, la directora, que fue la última persona que la vio con vida. Alegre y pendiente del celular. Ni lastimada ni con rastros de haber peleado».

Otro punto, resaltó el defensor de Paine, fue el cromosoma y que fue encontrado en la uña del dedo pulgar del cuerpo de Micaela. «Es un rastro de ADN que solo poseen los hombres (se pasa de padre a hijo, a diferencia del ADN microcondrial). Habla de la presencia de un hombre, pero nunca se determinó de quién era. Se cruzó la información con Paine, Vargas, los colaboradores de Vargas y todo dio negativo», expresó. Y agregó que, «por otro lado, los pelos que tenía la víctima no eran de Angélica (Paine). ¿De quién eran? No se sabe».

Por último, se refirió a varias huellas que se encontraron en el Hotel Mascardi. Ciciarello recordó que, días antes de que apareciera el cuerpo de Micaela, Patricio Vargas, el padre de sus hijos, dijo haber encontrado una huella en una habitación del Hotel Mascardi, a donde llegaron por el dato de una vidente. «Criminalística peritó esas huellas y se determinó que no presentaban un patrón secuencial; es decir, no eran caminando. La perito dijo que era como si una persona hubiera saltado de una pierna de ida y de vuelta».

«Cuando apareció el cuerpo de Micaela el 6 de abril, se cotejó su zapatilla con la huella. Primero detectan que la víctima tenía tierra adentro del calzado. Y luego, que eran compatibles: la huella de Micaela era la misma que la de la habitación. Si la homicida fue Paine, ¿cómo se explica esa huella?«, planteó el defensor.

Resaltó también que los estudios de Laboratorio de Genética Forense determinaron que el cordón de la zapatilla izquierda del cuerpo de Micaela «tenía ADN de dos individuos que tampoco se pueden determinar aunque también se cotejó con varios actores».


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