La venta de certificados falsos en la causa contra la empleada judicial de Cipolletti
La investigación reveló que no se trató de un hecho aislado y que el robo de sellos era recurrente. Echaron al implicado, pero no hubo denuncia penal.
El certificado falso que una empleada judicial de Cipolletti presentó para excusarse de ir a trabajar formaba parte de un sinfín de adulteraciones de firmas y sellos de profesionales de la salud. Un grupo de médicos del Policlínico Modelo también habría sido víctima de la maniobra, pero no hubo denuncias y la fiscalía tampoco continuó la investigación. El tema se cerró cuando despidieron al empleado.
Hubo a lo largo de la investigación una gran sospecha respecto del trabajador del centro privado de salud de Cipolletti. Ese muchacho fue el que estaba vacacionando en un centro de esquí con la empleada judicial.
Para justificar su inasistencia a la defensoría penal, la joven escribiente envió por Whatsapp el certificado de una médica del Policlínico. Como se descubrió que esa profesional de la salud no estaba trabajando, ni siquiera de guardia, la hipótesis – no comprobada finalmente – fue que el empleado de la clínica hacía certificados usando los sellos de los médicos y que incluso después los vendía.
No hubo denuncias formales ni de la institución ni de profesionales de la salud. La fiscalía tampoco optó por continuar la pesquisa. El empleado del Policlínico fue despedido y la judicial renunció para optar por una suspensión de juicio a prueba como salida al conflicto y, evitar así, llegar a un juicio oral y público.
Una fuente que formó parte del proceso confirmó que el hombre que estaba con la empleada judicial accedió al sello de una médica para facilitarle el certificado adulterado. Se supo también que ambos se encontraban juntos realizando actividades de nieve en un centro de esquí de la cordillera.
La mujer, que luego de tres años decidió renunciar para acceder el beneficio de la suspensión de juicio a prueba, le envió una foto del certificado el domingo 23 de julio de 2018 a su jefa. Decía que por su cuadro de salud no podía ir a trabajar al día siguiente.
Era fecha de feria judicial, pero la empleada judicial había decidido voluntariamente trabajar en esa ventana de parate en el Poder Judicial. Durante las ferias judiciales solo hay un cronograma de guardias.
Su jefa, una defensora oficial de Cipolletti, desconfió del certificado y rápidamente supo que era una falsificación.
Además, los investigadores pudieron confirmar que se encontraba de vacaciones en un centro de esquí de la cordillera. Un “pase” para esquiar a su nombre fue confirmado por los organizadores. Uno de los argumentos que utilizó el defensor de la mujer para acceder al beneficio fue que el delito no pudo concretarse ya que descubrieron la maniobra antes. Igualmente fue imputada por la tentativa del delito.
Al principio, la mujer manifestó que se trató de una persecución y que no era la primera vez que le sucedía en el Poder Judicial de Río Negro. Otra versión sostiene que era una práctica recurrente de la escribiente.
Cuando la noticia llegó a oídos del Procurador Jorge Crespo exigió que no pudiera acceder a un criterio de oportunidad, pero si se le dio en la suspensión de juicio a prueba.
Recién tres años después de la denuncia se homologó el acuerdo entre el fiscal Guillermo Merlo y el defensor Ricardo Mendaña. En julio pasado se cumplió con el periodo acordado y la mujer fue sobreseída.
El certificado falso que una empleada judicial de Cipolletti presentó para excusarse de ir a trabajar formaba parte de un sinfín de adulteraciones de firmas y sellos de profesionales de la salud. Un grupo de médicos del Policlínico Modelo también habría sido víctima de la maniobra, pero no hubo denuncias y la fiscalía tampoco continuó la investigación. El tema se cerró cuando despidieron al empleado.
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