Muerte de Gatica en una comisaría de Cipolletti: qué dijeron los policías antes de que fueran declarados culpables
El juez que dirigió el juicio les dio la oportunidad a los acusados que se dirijan al jurado antes de que pasaran a deliberar. Todos alegaron ser inocentes.
Tras los alegatos de la fiscalía, las querellas y de las defensas de los acusados, el juez Marcelo Gómez les dio a los imputados la posibilidad para que se dirijan por última vez al jurado antes de que pasaran a deliberar. Es lo que se hace habitualmente en los juicios.
Ya habían escuchado a la fiscalía y a las querellas pedirle al jurado que los declaren culpables por las torturas seguidas de muerte de Jorge Gatica, en el interior de la comisaría 45 de Cipolletti. O por la omisión funcional dolosa de evitar las torturas.
La sargento primero Andrea Henríquez fue la primera que tomó el micrófono. “Yo solo quiero decirles que hice lo que pude. Yo lo cuidé a Gatica, lamentablemente no alcanzó. Pero yo hice lo que tenía que hacer”, manifestó este jueves.
“Yo siempre fui consciente de que tenía que volver a mi casa, que mis dos bebés me estaban esperando”, explicó.
“Jamás haría algo así”, afirmó. “Veinticinco minutos dejé a dos compañeros que fichen a Gatica y confié en ellos que estaban fichando a Gatica”, aseveró con la voz entrecortada.
“Cuando fui lo paré. Lo paré y le avisó a mi superior. Lamentablemente, no alcanzó”, señaló.
“Yo no soy un peligro para la sociedad. Trabajo desde los 18 años y jamás tuve problemas con la Justicia. Jamás. Esta es la primera vez. No soy un peligro para la sociedad. Les pido por favor que resuelvan la absolución”, solicitó.
"Yo lo cuidé"
El cabo primero Walter Carrizo manifestó: “Como les dije, yo tengo que vivir todos los días pensando que le hice el RCP y que no pude hacer nada más. Todos los días voy a tener que vivir con eso”.
“Ustedes ya han escuchado que a mí me dijeron que lo cuidara. Yo lo cuidé”, aseguró. “Y quiero dejar en claro, que ya se los dije, Gatica habrá tenido sus errores como todos hemos tenidos nuestros errores, pero era un ser humano. No correspondía que le hicieran eso. Y siempre lo he dicho y lo mantengo nadie se merece eso”, enfatizó Carrizo.
El sargento Vilmar Quintrel planteó ante el jurado que cuando hay muchos imputados “normalmente todos van a querer sacarse la carga de encima. Entonces, hay que ser objetivos cuando se acusa”.
Indicó que “hay que mirar la prueba objetiva, lo que está comprobado”. Comentó que, “obviamente, todos van a decir fue el otro. Le van a echar la culpa al otro. Por eso, la prueba era tan importante”.
Lo importante: los horarios
Afirmó que “hay horarios que marcan ciertas cosas. La fiscalía, ciertos defensores e incluso la querella quieren desviar el ojo del momento importante de esa noche”.
“Yo confío en que ustedes prestaron atención en todos estos días y vieron con objetividad algunos horarios y algunas cosas que marcó el forense o que marcaron los otros peritos más que nada para que no se cometa una injusticia grandísima”, observó Quintrel.
“Después, si igual deciden condenar, es parte de lo que son estas cosas, estos procesos. Ustedes ven las noticias, ven que siempre hay versiones cruzadas, que siempre hay arreglos, que se transa”, puntualizó.
“Espero que sean objetivos. Nada más. El forense dijo 30 o 45 minutos la lesión para atrás del deceso que está a las 12.20 y yo estoy en el accidente de tránsito desde las 23.30. Es imposible que yo haya estado en la unidad cuando le dan los golpes mortales”, argumentó.
“Es imposible que mi compañero (por Carrizo) haya cumplido bien la directiva que le dieron de seguir cuidándolo (a Gatica) cuando lo cambian a las 22.43”, advirtió Quintrel. “O él se lo dejó a propósito al que todos apuntan, que es Sosa, de que lo mate o lo ayudó a matarlo o él fue el que lo mató”, planteó.
13 minutos
“En trece minutos se le hace todo eso. En esos trece minutos pasó el cambio de cuartelero, pasó Henríquez, charlamos adonde íbamos a ir a comprar. Trece minutos fueron nada más y después vienen a echarme toda la carretilla a mi con todas las lesiones”, cuestionó.
“No tengo drama que me acusen, incluso si quieran digan que soy culpable, no hay problema, pero no tapen la verdad porque tampoco pueden tapar el sol con una mano”, afirmó.
“Siempre estuve dispuesto a hablar con la familia del fallecido. Soy una persona tranquila y siempre estuve dispuesto a hacerme cargo de lo que hice o lo que no hice”, aclaró.
No hay pruebas
El cabo Jorge Luciano Sosa fue el último en hablarle al jurado. “No hay una sola prueba objetiva que me culpe a mi. Lo que ustedes vieron en el video y en todo momento intentando salvarle la vida al señor Gatica”, aseveró.
“Es la primera vez que tengo problemas con la justicia. Yo vivía en el barrio. Yo le llego a pegarle a una persona que vive en el barrio o como dicen a un malandra, a mi me prenden fuego mi casa”, planteó.
“Mi hija me tiene que ir a visitar en un calabozo, donde aprendió a decir papá, donde aprendió a abrazar, a decir te amo, donde a mi hijo de 11 años le estoy enseñando a dividir, a multiplicar por estar acá injustamente por querer salvar la vida a una persona”, lamentó Sosa.
“Una foto, un video muestren de que yo le pegué a Gatica. En la remera podrían haber encontrado ADN de los culpables, de quiénes fueron”, expuso.
“Yo no sé si Carrizo le pegó o no le pegó. A las 22.43 me mandaron para adelante yo me fui y me quedé en la guardia, están los mensajes. Ustedes vieron los mensajes, ustedes vieron las declaraciones de mis compañeros que dijeron que yo me fui a la guardia”, recordó Sosa.
Los cuatro imputados están con prisión preventiva. Sosa y Quintrel la cumplen detenidos, mientras que Henríquez y Carrizo tienen arresto domiciliario.
Este jueves, los cuatro policías fueron declarados culpable. Sosa, Quintrel y Carrizo fueron declarados culpables del delito más grave: torturas seguidas de muerte. O por la omisión funcional dolosa de evitar las torturas, que fue el delito por el que el jurado popular la declaró culpable a Henríquez.
En los próximos días se definirán las condenas. Aunque para el delito de tortura seguido de muerte la única condena posibles es la prisión perpetua.
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