Rompió la domiciliaria y lo atraparon con un arma tumbera en Neuquén: fue condenado a prisión efectiva

Un hombre violó la prisión domiciliaria que pesaba sobre él, huyó en moto con un arma tumbera y terminó condenado a tres años de prisión efectiva en Neuquén.

La madrugada del 7 de julio, las calles del barrio Confluencia fueron el escenario de una escena propia de una película de persecución. Nelson Omar Nordenstrom, quien debía cumplir prisión domiciliaria, fue detectado por la policía mientras circulaba a contramano en una moto. El intento de fuga encendió las alarmas. Lo que siguió fue una secuencia de luces, sirenas, caídas y una tumbera escondida en el asiento.

Ayer, todo ese historial llegó a su punto final —o al menos, a un nuevo capítulo— cuando fue condenado a tres años de prisión efectiva. El juez Cristian Piana validó el acuerdo entre la fiscalía y la defensa, unificando varias causas en una sola sentencia. La cárcel será, por ahora, su nuevo destino.


La persecución en moto y el hallazgo del arma


Eran cerca de las 5 de la madrugada cuando personal policial observó a Nordenstrom circulando en moto a contramano por calle Tronador. Las señales de luces y sirenas no detuvieron su marcha. El acusado, junto a un acompañante, huyó acelerando por el barrio Confluencia. La persecución se extendió hasta las calles Paimún y América, donde perdieron el control del vehículo y cayeron.

Intentaron seguir a pie, pero fueron rápidamente alcanzados por los efectivos. En el compartimiento del asiento de la moto, los agentes encontraron una tumbera de fabricación casera, luego peritada y confirmada como apta para disparar. Ese solo hallazgo bastó para que la fiscalía ampliara la imputación.


Un prontuario que no terminaba


Nordenstrom no era un nombre nuevo en los registros del Ministerio Público Fiscal. Ya había sido condenado por un intento de hurto agravado en 2019, con una pena condicional. Pero su historial más reciente lo complicaba aún más: estaba siendo investigado en tres causas por amenazas con armas a vecinos del barrio, además de tenencia de armas en su domicilio.

Ante ese panorama, la fiscal Paula González y el asistente letrado Emilio Briguglio propusieron la unificación de todas las causas. El resultado fue una condena única de tres años de prisión efectiva. Nordenstrom aceptó el acuerdo y reconoció su responsabilidad.


Fin de la domiciliaria, inicio de la prisión efectiva


Con la nueva condena, el juez dispuso dejar sin efecto la prisión domiciliaria que el acusado venía cumpliendo. A partir de ahora, deberá pasar al menos un mes en prisión preventiva hasta que se formalice el inicio de su pena. La medida fue argumentada por el alto riesgo de fuga, el peligro de entorpecer futuras investigaciones y, sobre todo, por la gravedad de los delitos.

«Este acuerdo de pena incrementa el riesgo de fuga», sostuvo Briguglio durante la audiencia. No fue necesario explayarse más. El historial, la persecución en moto, el arma tumbera y la reincidencia hablaron por sí solos.

Con esta condena, se cierra —por ahora— una etapa judicial. Pero quedan abiertas las preguntas sobre las condiciones de control de quienes acceden a beneficios como la prisión domiciliaria, y el peligro que representa su incumplimiento.


Exit mobile version