La acusada de matar a Eduardo Honores de un disparo podría quedar en libertad

Culminó este miércoles la audiencia de control de acusación en el juicio por el crimen de Eduardo Honores, ocurrido en mayo de 2017 en Cipolletti. La fiscalía sostiene que la acusada ultimó al hombre con un arma de fuego, mientras que la defensa sostiene que no se investigaron algunos aspectos y que la mujer no es autora del crimen. El juez otorgó la posibilidad de prisión domiciliaria, pero la fiscalía presentó un recurso. En la próxima audiencia se conocerá en que termina esa opción.

En una audiencia que se realizó en diciembre, el fiscal Martín Pezzetta presentó su teoría sobre el caso y la evidencia que pretendía ingresar al juicio. En tanto que la exposición de la defensa oficial, que está a cargo de Juan Pablo Piombo, fue postergada para realizarse este mes.

Mientras que la Fiscalía intentará probar que la acusada mató a Honores en el baño de la vivienda, mediante el disparo de un arma de fuego, la defensa abogará por sostener que hubo distintas líneas de investigación sobre las cuales no se profundizó, y que en consecuencia, la imputada no es autora del crimen.

Honores fue encontrado muerto, con un disparo en el corazón, en el baño de su casa. El hecho ocurrió el 6 de mayo de 2017, cerca de las 14, en la vivienda del hombre, ubicada sobre calle Villegas al 900 del barrio Almirante Brown. La casa estaba completamente revuelta y faltaban varios elementos. La investigación derivó en que la acusada, tras haber estado con Honores lo mató y luego robó algunas de sus pertenencias.

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Las principales evidencias fueron centradas en las pericias realizadas sobre rastros de huellas dactilares, rastros de calzados y comparaciones de rastros genéticos que fueron hallados en el lugar y que vincularían a la acusada con el crimen.

También ofrecieron testimonios de los técnicos del Departamento de Reconstrucción Virtual, que trabajaron en el caso, igual que los de la Oficina de Investigación en Telecomunicaciones, que reseñará sobre las interacciones mantenidas entre la víctima y el imputado durante los días previos y la noche del crimen.

Desde la defensa ofrecieron el testimonio de la perito a cargo de un cotejo de ADN, que fue realizado sobre muestras extraídas de un preservativo que secuestraron de un cajón en el dormitorio de la víctima. La prueba arrojó resultado negativo en relación a la acusada, pero confirmó la presencia de material genético de dos mujeres.

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En la primer audiencia la Fiscalía sostuvo que esa evidencia no modificaba su teoría del caso porque, las pericias que incriminan a la mujer fueron realizadas en base a elementos recolectados de lugares muy próximos a la escena del crimen, como el baño de la casa o el interior de la misma, mientras que el preservativo se hallaba en un cajón en el dormitorio de Honores.

Prisión preventiva

Durante la audiencia, Piombo pidió que la imputada sea liberada o que se modifique la cautelar por una «menos gravosa» para la acusada.

También aseguró que cuenta con informes socioambientales que avalan la posibilidad de que la mujer cumpla con el encarcelamiento preventivo mediante la modalidad domiciliaria.

Tanto Fiscalía como querella se opusieron a esa posibilidad y sostuvieron que aún persistían riesgos procesales que originaron en principio que se dicte la preventiva. Alegaron que la mujer había sido declarada en rebeldía en otro proceso penal y que eso permitía deducir que si recupera la libertad no cumpliría con las pautas de conducta.

El juez de juicio, Julio Sueldo hizo lugar al pedido de prisión domiciliario que realizó la defensa, pero fiscalía planteó un recurso de revisión, que deberá ser resuelto por otro magistrado en una nueva audiencia. Sueldo indicó además, que el recurso tiene efecto suspensivo, por lo que la domiciliaria será efectiva luego de la próxima audiencia, y en caso de que el requerimiento fiscal sea rechazado.