La austeridad marca el regreso de la Liga Argentina y el Torneo Federal

El retorno de la actividad para los clubes de la región tiene diferencias y similitudes entre los conjuntos de Río Negro y Neuquén. Luego del parate que complicó sus economías, la apuesta será tener planteles con muchos jugadores zonales.

Luego de casi un año de inactividad por la pandemia once meses para ser más precisos, los clubes de la región tendrán la posibilidad de volver a la actividad en las competencias nacionales de ascenso.

Claro que el regreso, pautado para fines de febrero tanto en la Liga Argentina como en el Torneo Federal, quedó supeditado a la compleja situación económica que atraviesa cada institución.

Ante esta realidad, cuando la Confederación Argentina de Básquet (CAB) y la Asociación de Clubes (AdC) dieron a conocer las fechas de retorno, los dirigentes regionales se encontraron ante una difícil decisión: se mantenían inactivos y aguardaban hasta octubre a la espera de alguna mejora o apostaban por la vuelta.

De los doce conjuntos de la zona que participaban de los torneos a nivel nacional solo siete confirmaron su participación en las distintas ligas.

Mientras que Atenas de Patagones, Deportivo Viedma y Del Progreso ratificaron su continuidad en la Liga Argentina; Independiente, Centenario, Pérfora y Petrolero se anotaron para ser parte del Federal.

Independiente y Pérfora confirmaron su participación en el Torneo Federal.

La presencia exclusiva de los rionegrinos en la segunda división y de los neuquinos en la tercera categoría del básquet nacional no es casualidad.

El aporte estatal para los clubes de la región es muy importante y, en la mayoría de los casos, resulta un ingreso fundamental a la hora del armado de los equipos.

La pandemia agarró mal parados a los conjuntos de Neuquén, donde el 70% de sus presupuestos dependían de la provincia, ya que al momento de la suspensión solo habían cobrado una pequeña parte de lo prometido para la temporada pasada.

Ante esta coyuntura, los clubes que pudieron sanear sus deudas se animaron a dar el paso adelante para que los jugadores puedan mantenerse en la competencia y así también continuar con sus proyectos deportivos.

Aún así, todavía hay clubes (Petrolero es uno de ellos) que están saldando sus obligaciones anteriores y mantienen reuniones con los municipios para resolver el tema económico.

Para los rionegrinos, en tanto, la situación también estuvo complicada pero no fue tan dramática. Los pagos estaban al día , lograron mantener el apoyo de entidades privados y además contaron a lo largo de la cuarentena con el aporte de los socios, que según indicaron sus dirigentes no dejaron de pagar su cuota societaria.

A pesar de las diferencias de un lado y del otro del río, la austeridad a la hora del armado de los planteles es un factor común para todos.

Los equipos tendrán mayoría de jugadores de la zona, muchos mantuvieron la base de la temporada anterior y los juveniles tendrán un rol fundamental.

La necesidad de mantener vivo al básquet de la región y que muchos chicos se mantengan expectantes es también otra de las claves por las que los clubes decidieron participar.

La nueva normalidad ya está acá y las instituciones de la región, de a poco, se van acomodando.


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