La baja de Gigantes, otra decisión producto de la crisis

Ruca Che lleno, Gigantes-Bolívar. Recuerdos que no volvéran en el corto plazo.

Cuando Gigantes del Sur ascendió y llegó a la Liga Argentina de vóley en 2005, las redes sociales no tenían la implicancia que tienen hoy en la vida cotidiana. Facebook había sido creado el año anterior, pero tardaría varios más en difundirse. Twitter (2006) no había nacido y mucho menos Instagram (2010), que es furor por estos tiempos.

Justamente ésta última aplicación fue utilizada por el Ministro de Deportes de Neuquén, Luis Sánchez, para comunicar que tras 15 años el Dino dejará de participar de la elite de la disciplina a nivel nacional.

La entidad neuquina ya traía deudas de la última campaña, para la que armó un equipo de alto nivel y de la cual le quedan compromisos económicos por cumplir. La pandemia dio el golpe de gracia.

No quedan dudas que hubo aciertos y errores en estos años en los que Gigantes jugó Liga. El financiamiento netamente estatal y las deudas son algunos de ellos. Pero está claro que con la convocatoria que tuvo el Dino estos años, jugando a cancha llena en el Ruca Che, Picún Leufú o el Parque Central, constituyó un hecho deportivo que quedará en la memoria pase lo que pase. Gigantes implicó que Neuquén y la región pudieran disfrutar del mejor vóley durante 15 años y eso no es poca cosa.

La palabra del capitán

*por Javier »Mono» Sánchez

La primera sensación es de dolor. Gigantes es una franquicia, es un club, un nombre propio en la Patagonia. A nivel deportivo, que se caiga no está bueno. Genera un dolor no darle continuidad porque es uno de los históricos de la Liga.

Saque del símbolo de Gigantes en los últimos años. Fotos: Juan Thomes

De todas formas, las razones son entendibles. La pandemia ha llevado al límite circunstancias deportivas, económicas, de negocios y empresas a nivel provincial, nacional y mundial, que implican tomar decisiones que muchas veces no son agradables.

Creo acertada la decisión del ministro de garantizar los compromisos de la temporada pasada. Al cumplir lo establecido, no da mucho margen para la continuidad de la Liga que no sé si va a jugar o en qué condiciones.
Entiendo las circunstancias y el razonamiento, me parece acertado poder parar la pelota, barajar y dar de nuevo, organizarse de una mejor manera y plantear una reestructuración.

En el aspecto financiero se venía mejorando mucho pero es necesario volver a darle a Gigantes una organización de club, es lo que se merece después de tantos años.

En este contexto de pandemia, con crisis sanitaria, ojalá que esto sea un hasta luego y no un adiós. Ojalá que esto sea un impulso para comenzar la siguiente con mayor fuerza, más organizados y más prolijos. Gigantes, Neuquén, y el Alto Valle se lo merecen.

Bruno Lima fue una de las figuras del último torneo. Foto: Oscar Livera

Contexto complicado y futuro incierto para todos

El contexto crítico de la economía argentina, que se agravó sensiblemente por la pandemia, fue una de las razones que había llevado a la baja de Bolívar, de la provincia de Buenos Aires. El club más importante del vóley y uno de los que hizo historia se había bajado de la Liga tras 18 años. En ese caso la otra razón fue la apuesta por el fútbol, ya que se dispone a jugar el Regional Amateur.

De la mano de Marcelo Tinelli, Bolívar se transformó en el más poderoso de la primera división y ganó varios títulos.
Al anunciarlo, el club habló de una “reestructuración de la institución y sus estrategias deportivas”. “Trabajaremos con más fuerza para volver”, aseguraron. Aunque puedan regresar en el futuro, su ausencia se sentirá.

Las Águilas son el equipo más ganador de la liga, con ocho títulos. Además cuentan con un campeonato sudamericano, una Libertadores y tres participaciones en el Mundial de Clubes. La reestructuración no es solo de Bolívar. La Liga Aclav necesitará más equipos, luego de que el último torneo tuviera solo nueve.

Gigantes pone fin a esta etapa después de haber llegado a tres finales de la Copa de Plata, el segundo torneo en importancia de la primera división, de las cuales ganó una. ‘‘La temporada pasada teníamos el objetivo de llegar a semifinales y lo logramos. Teníamos una enorme expectativa cuando la temporada se dio por finalizada. Lo hablamos con Camilo (Soto) y con Javier Sánchez, el capitán. Decidimos reestructurar el proyecto para el año entrante e involucraremos a la Federación’’, dijo Luis Sánchez a Río Negro.

Camilo Soto, que se fue a dirigir a Qatar, es uno de los históricos como jugador y DT del Dino.

Más allá de que el DT hoy esté en Qatar, sigue en diálogo con la dirigencia. ‘‘Queremos fortalecer el proyecto y la situación de pandemia nos condiciona. Seguir en la liga implicaba salir a contratar un cuerpo técnico y jugadores en este contexto con deudas del proceso anterior’’. Sánchez explicó que teniendo en cuenta la baja de Bolívar, ‘‘los dos históricos de la Liga decidieron no jugarla’’, cerró el ministro.

La liga pasada tuvo entre sus equipos a Ateneo de Catamarca, que tuvo serios problemas económicos y llegó a perder puntos por no presentarse. En forma de protesta los jugadores decidieron no viajar para jugar precisamente contra Gigantes en Neuquén.

El pedido del plantel fue para la Secretaría de Deportes de aquella provincia, que manejaba los hilos de la institución que había llegado a primera la temporada anterior tras ganar 15 partidos consecutivos.
Pero más allá de que fue el único que no se presentó por falta de pago, hubo otros equipos cuyos jugadores elevaron su protesta.

Los profesionales de Gigantes también habían hecho pública su frágil situación a partir de la falta de pago. Una y otra vez se presentaron sin estar al día y el último año lo hicieron de gran forma, ya que la calidad del equipo fue de primer nivel y llegaron hasta semifinales.

La última baja de Bolívar, sumada a la de Gigantes y al papelón de Ateneo dejaría al día de hoy apenas 6 equipos para la Liga, de los cuales dos serían nuevos. El futuro es una incógnita y la elite de la disciplina puede verse seriamente afectada.

Uno de los puntos a tener en cuenta es que la mayoría de los equipos son bancados por los gobiernos, que le hacen frente a la pandemia como pueden y para los cuales el deporte no será una prioridad, al menos en el corto o mediano plazo.

Si no estuvieron al día, salvo excepciones, antes del coronavirus, ¿qué nos puede hacer pensar que eso cambiará?
El vóley no es ajeno a la realidad del país, pero es uno de los que venía en crisis como deporte profesional antes de marzo. Será momento de un replanteo, sobre todo entre los dirigentes, para que no desaparezca como espectáculo deportivo. Sería saludable pensar en otras formas de financiamiento para no depender tanto del Estado.


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