Otra ciudad treinta años después

La curiosa historia de la calle Vélez Sarsfield de la ciudad de Neuquén comenzó con la llegada de la primera familia del barrio. Necesitaban los servicios, si bien consiguieron la gran mayoría sin tener un nombre de calle. El teléfono fijo les demandó una nomenclatura en la carretera. Una miembro de la familia, la Dra. Adriana Frutos, expresó: “Nosotros fuimos los primeros en llegar a la zona, en hacer la casa, abrimos la calle y trajimos los servicios, absolutamente todo”.

“Yo estaba pagando el servicio de teléfono fijo, en esa época estaba Megatel y no me llegaba nunca. La razón era porque la calle no tenía nombre. Entonces averigüé y me sugirieron que haga la gestión. Fui al Concejo Deliberante, ahí me dijeron que si yo proponía un nombre era más rápido”.

Y sumó: “En ese mismo momento le pregunté si tenía un papel y redacté una nota y sugerí el nombre Vélez Sarsfield”.

En esos tiempos no era algo muy simple conseguir la instalación del teléfono fijo, no era sólo pedirlo y esperar. Las ciudad no estaba en su totalidad cableada y los tiempos se dilataban. “Yo lo pedí porque lo necesitaba, estaba sola acá con los chicos muy chicos y tenía que estar comunicada”.

La familia de Frutos es pionera de la ciudad. “Soy de familia de Neuquén de toda la vida y sé que antiguamente había una calle Vélez Sarsfield pero se sacó tiempo después”. Por entonces la actual calle Ministro González figuraba con ese nombre. Pero esa no fue la razón de su elección. “Yo soy abogada y Vélez Sarsfield era y es como un ídolo para mí, por eso elegí ese nombre. No me costó mucho pensarlo”, aseguró. Dalmacio Vélez Sarsfield fue un abogado y político argentino, autor del Código Civil de Argentina.

Para fortuna de la familia, la propuesta no tardó mucho tiempo en ser aceptada y aprobada. “En total tardaron aproximadamente diez días en aprobarlo, algo rápido para la época”, expresó. “Me enteré de que el concejo se reunía esa semana, me apuré con los papeles y al poco tiempo pude tener finalmente mi Megatel”, dijo entre risas.

Como la familia de Frutos fue la primera en arribar a la zona y realizar las gestiones de los servicios, todos los vecinos que se sumaron a la zona luego de ellos se evitaron ese trabajo. Es por esto que son muy conocidos en la zona, destacó Adriana.

Pero no todo fue tan rápido para esa calle. Hubo una pelea que duró hasta hace muy poco: la del asfalto. “Lo que más demoró acá fue el asfalto. Ahí no pude hacer nada, intenté pero no hubo caso. Recién hace tres años que tenemos”, resaltó.

De los caballos y la crianza de animales, a las grandes construcciones. Así cambió la zona en pocos años, según la Dra. Adriana Frutos. “En el 80 esto estaba todo desolado, no había nada muy cerca. Ha cambiado mucho”, mencionó, y relató que, “donde está el colegio AMEN ahora, antes había un criadero de chanchos, en un cañadón cerca de ahí. Y venía el hombre borracho desde ese lugar. Cuando se bajaba del caballo, el animal venía para mi casa y se comía mi pasto”.

Hoy la realidad es otra. En los alrededores de la calle Vélez Sarsfield hay varios dúplex cuyos valores de alquiler alcanzan, por la zona, más de 15.000 pesos, algunos incluso cerca de 30.000. Y para la venta, 2 millones de pesos pareciera ser un precio característico. Un contexto muy lejano a la realidad de treinta años atrás y un ejemplo del constante crecimiento de la ciudad.

En sólo ocho días
salió la ordenanza