“La causa de los pueblos preexistentes”

Al darse en Bariloche la sentencia para que Jones Huala, hijo de un granjero inglés y una militante de la causa mapuche, sea extraditado a Chile para ser juzgado por un supuesto incendio y portación de arma y pasar la frontera de forma ilegal –todo a comprobarse en un supuesto juicio que un Estado como el chileno, que tiene graves conflictos con el pueblo mapuche/araucano desde hace 180 años, dentro de los cuales está la matanza de esta comunidad en lo que luego se llamó Chile, quiere llevar adelante– me he estado preguntando muchas cosas.

Trato de comprender qué causa tanto odio en un ser humano hacia otro… El no escucharse, el creerse dueños de una verdad tan infame que ya no puede con su propia mentira…

Los mapuches habitan esta tierra y la chilena desde hace 12.000 años, y todavía los queremos discutir. Los wichis, onas, tehuelches, todas son culturas preexistentes. Trato de entender qué es eso de ponerse contentos con estos fallos y sobre hechos de los que desconocemos su verdad.

Porque han sido nuestros antepasados o los conquistadores quienes impusieron leyes que jamás incluyeron a los pueblos que habitaban estas tierras. Migajas, muerte, mentiras, masacres, violaciones… eso es lo que han tenido que pasar estos pueblos de norte a sur, de este a oeste, aquí, en Chile, en todo el continente ¡y en el mundo entero!

Nos brota un racismo y una xenofobia que nos han ido metiendo durante toda la vida. Tal vez no seamos conscientes de lo que decimos o hacemos, pero es así.

Siempre doy el ejemplo de la estatua de Mac Williams, el general de Estados Unidos que conquistó la Patagonia y luego toda la Argentina, que se erigió en el Centro Cívico y todas las plazas de nuestra ex República Argentina y 200 años después unos “nativos argentinos” la pintan y hacen desmanes recordando que asesinó a su gente (o sea, nosotros y nuestras familias).

No pretendo justificar ningún acto de violencia, sólo me pregunto quién tiró la primera piedra, quién mató, quién masacró y también cómo nos sentiríamos desde la tumba si un Jones Huala argentino quisiera reivindicar 200 años después lo que han hecho con cada uno de nosotros…

Se trata de ponerse en el lugar del otro, no de justificar una piedra, un palo o una bala de goma o plomo.

Por eso, pido que no nos sigamos subiendo al caballo del odio que nos inculcaron desde que nacimos. Seamos más humanos que aquellos que nos quieren ver enfrentados con el otro.

Jorge L. Fernández Avello

DNI 12.862.056

“Se trata de ponerse

en el lugar del otro, no de justificar una

piedra, un palo

o una bala de goma o plomo. Seamos más humanos”.

Jorge L. Fernández Avello

DNI 12.862.056

Datos

“Se trata de ponerse
en el lugar del otro, no de justificar una
piedra, un palo
o una bala de goma o plomo. Seamos más humanos”.

Al darse en Bariloche la sentencia para que Jones Huala, hijo de un granjero inglés y una militante de la causa mapuche, sea extraditado a Chile para ser juzgado por un supuesto incendio y portación de arma y pasar la frontera de forma ilegal –todo a comprobarse en un supuesto juicio que un Estado como el chileno, que tiene graves conflictos con el pueblo mapuche/araucano desde hace 180 años, dentro de los cuales está la matanza de esta comunidad en lo que luego se llamó Chile, quiere llevar adelante– me he estado preguntando muchas cosas.

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