La crisis sanitaria castiga al fútbol regional

La mayoría de las ligas zonales de Neuquén y Río Negro no volverán a jugarse este año. La evolución de la pandemia de coronavirus y las dificultades económicas atentaron contra el deseo de volver al ruedo. Algunos clubes igual retomarían los entrenamientos.

La vuelta al fútbol en las ligas de la región es difícil de imaginar para lo que resta del año. Mientras algunas ya confirmaron que no jugarán y otras lo consideran, los casos de coronavirus no dejan de aumentar.

En un escenario complejo, con el sistema de salud colapsado en varias ciudades, muchos dirigentes han optado por suspender los torneos que habían quedado truncos y no pensar en fechas de regreso para lo que queda de 2020.

Salir a la cancha sin público es un gasto imposible de afrontar para las instituciones. El protocolo de AFA se ajusta a los equipos de Primera división y no a la realidad de los más pequeños.

En Lifune, los presidentes de los clubes resolvieron suspender definitivamente el Torneo Oficial que había sido frenado en marzo luego de disputar su primera fecha. La compleja situación sanitaria y financiera hizo que prefirieran dar por terminado el certamen.

Para volver a la competencia, una alternativa es jugar un torneo de verano, avalado por la liga pero no obligatorio. Además, las instituciones tendrán permitido abrir a partir del próximo lunes para entrenamientos funcionales. 

Los dirigentes seguirán con las reuniones e irán evaluando la evolución de la pandemia para cada decisión. Lo que está claro es que difícilmente vuelvan a jugar al fútbol este año.

Los números a tener en cuenta

21
clubes de la Liga Confluencia estuvieron de acuerdo en suspender el torneo. Solo San Sebastián votó por volver.
12
partidos tuvo Lifune este año, correspondientes a la primera fecha, la única disputada.

Algo similar ocurrió en la Liga Confluencia. El presidente, Antonio D’angelo, mantuvo reuniones con representantes de los clubes y la respuesta fue casi unánime. Acordaron suspender el certamen que había comenzado y no pensar otro torneo hasta el año que viene.

Solo San Sebastián manifestó su deseo de volver a la competencia pero su solitaria postura no pudo torcer las intenciones de la mayoría.

“A fines de preservar la salud de todos los actores que integran el fútbol en toda su disciplina, y considerando la real situación financiera que atraviesan las entidades deportivas, se determina que no están dada las condiciones para afrontar la vuelta a los entrenamientos, y mucho menos la práctica de fútbol sin público”, señalaron en el comunicado oficial.

En Río Colorado, la situación va por el mismo camino. A falta de la confirmación oficial, los clubes no ven con buenos ojos un regreso en el futuro cercano.

La Liga Rionegrina y Lifuba eran las más optimistas a la hora de un eventual regreso, pero la evolución de la pandemia atenta contra cualquier intención.

Bariloche es la ciudad rionegrina más afectada por el coronavirus. La idea de empezar los entrenamientos el 7 de septiembre sigue firme, aunque su ejecución es una incógnita. Lo que es casi seguro es que volverán a jugar de manera competitiva en 2021.

En Viedma, los casos volvieron a subir y resurgieron las dudas. Al igual que el resto, optarían por no arriesgarse. El fútbol está lejos de ser prioridad en estos tiempos.


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