La crisis sanitaria ya impacta en la política local

Los errores en el manejo de la pandemia afectaron fuertemente la imagen de la gobernadora Carreras y de los intendentes, según encuestas. Aunque la mayoría cree que la responsabilidad del contagio es personal, demanda acciones de la dirigencia.

Los errores de gestión en el manejo de la pandemia del coronavirus están afectando fuertemente la imagen del gobierno rionegrino, lo que podría tener consecuencias importantes si se piensa en que quizás en algún momento se debieran adoptar medidas más restrictivas para frenar los contagios de covid-19. Así como en marzo y abril el respaldo al presidente, gobernadores e intendentes había llegado a niveles del 60-70% , en septiembre la mayoría de las mediciones muestra un fuerte desgaste, de la mano del aumento de casos y las muertes durante un prolongado periodo de tiempo, y sobre todo ante la evidencia del colapso de los sistemas de salud.

Un trabajo reciente del estudio Par Consultores, que relevó las percepciones de los rionegrinos en toda la provincia, señala que la gobernadora Arabela Carreras, que en junio pasado tenía una imagen positiva del 64% y un apoyo a las medidas tomadas para manejar la pandemia cercanas al 70%, a fines de septiembre fue evaluada negativamente por casi el 55% de los encuestados y un 62% desaprobó las medidas sanitarias adoptadas para contener la enfermedad.

La cifra es consistente con otros estudios como el de CB consultora (que mide la imagen de todos los gobernadores del país) que muestran que en mayo Carreras estaba considerada entre los mandatarios de escala media de aprobación yen septiembre pasó a estar en el lugar 21 de los 24 distritos del país en la consideración de los mandatarios.

Sin embargo, no está sola ante las críticas. También el presidente Alberto Fernández tenía en junio un consenso de cerca del 80% de los rionegrinos y en septiembre solo un 53% calificó positivamente su actuación. Entre los intendentes, en junio el manejo de la pandemia a nivel local tenía un respaldo promedio del 67% mientras que en septiembre esa cifra bajó al 47%.

El sondeo muestra que en los circuitos electorales del Alto Valle centro y la zona Andina, donde los contagios han aumentando sostenidamente al igual que la cantidad de fallecidos, el malestar con los tres niveles del Estado es mayor. Sin embargo, cuando se les pregunta a los encuestados quién es el principal responsable del aumento de casos, el 60% señala que “es la gente” y apenas un 17% culpa al gobierno nacional.

Para analizar estos números, Debates dialogó con Rodolfo Lasse Paniceres, politólogo y director de la consultora, quien señaló que la ciudadanía está juzgando cada vez más duramente el fracaso de las estrategias políticas y sanitarias para contener el avance del virus y sus consecuencias. “Había una estrategia general que planteaba que si hacíamos lo que el gobierno pedía (quedarse en casa, tomar las medidas de prevención) íbamos a controlar la pandemia y nos iba a ir bien, pero el diagnóstico estaba errado, llegamos a septiembre haciendo todo para no enfrentar un escenario calamitoso y ahora estamos en ese escenario. Prometieron un horizonte que nunca se cumplió”, explica Paniceres.

El juzgamiento es hacia los tres niveles de gobierno, y aunque la mayoría sabe que los contagios se multiplican por acciones poco responsables de los individuos, espera alguna respuesta de los gobernantes. “La gente dice: yo los voto a ustedes cada dos años para que administren la cosa pública y no lo están haciendo. Sabemos que no es toda la responsabilidad del gobierno, pero hagan algo”, explica el consultor.

Estrategias

Para ello estima que los distintos niveles de gobiernos debieran cambiar su estrategia política y la forma de comunicarlas a la población.

El mensaje de “quédense en sus casas, usen barbijo, mantengan la distancia” ya no estaría funcionando tan efectivamente como en los primeros meses de la pandemia. “José Pablo Feimann dice que el ser humano tiene avidez de novedad: entonces los distintos niveles de gobierno debieran cambiar la lógica comunicativa, porque cambió el contexto”, explica.

Un dato preocupante es que, según la encuesta, casi un 20% de los rionegrinos consultados consideró que el uso del barbijo y el distanciamiento “no sirven” para contener el virus o que directamente éste “no existe”, cifra que trepa al 27% entre los menores de 29 años, justo el segmento donde, según las cifras de la provincia, se produce la mayor cantidad de contagios. Entre los mayores de 60, esta subestimación del virus baja a apenas un 7%.

“Estos datos indican que se está errando la estrategia para llegar a distintos sectores. Lo más jóvenes no están confiando en las normas básicas de prevención, no se logra interpelarlos. Con ellos no sirve una campaña tradicional de televisión en horario prime time. Eso era en tiempos de Alfonsín, o en los 90. En tiempos de convergencia digital hay que adaptar el mensaje al medio y segmentar mejor los mensajes. Por ejemplo, a un menor de 25 no lo conmueve lo que dice la gobernadora o el presidente, para ellos somos unos viejos. Sería más efectivo un youtuber, un traper, un influencer o un deportista que admiren, quien les hable, y buscar un canal que ellos sigan, como Tik Tok, Netflix o Youtube. Hay que buscar referentes que ellos sigan y puedan comunicarles el riesgo”, señala.

Errores que se suman

Otro error de los gobiernos fue haber tenido un mensaje demasiado optimista ante los primeros buenos resultados de la política sanitaria. “Muchos cayeron en la tentación de contar noticias lindas para parecer simpáticos. El mensaje fue ‘Vamos a salir’, ‘Los vamos a lograr’, cuando en realidad debiera centrarse en ‘Todavía falta mucho’, centrar las expectativas de la población en una vacuna que podría estar recién a mediados del año que viene es riesgoso”, explica el politólogo.

Uno de los factores que habría influenciado en la mayor caída de la imagen del gobierno provincial respecto al nacional o los intendentes es que hubo escasa concertación con líderes locales o de la oposición a la hora de implementar medidas.

“Una diferencia de Alberto Fernández con Arabela fue que ella intentó capitalizar los éxitos de la estrategia, no compartió o no supo compartir con intendentes como Soria, Gennuso o Martínez (Huergo), de distinto signo político. Se hubiera compartido el éxito pero también el costo si las cosas salían mal, como ocurrió. Eso falló y los intentos de articular llegaron a destiempo”, explicó Paniceres. “No hubo timing para entender que esto trascendía lo político-electoral”, añadió.

Aunque la mayoría de los profesionales de salud y distintos sectores en la zona reclaman un “botón rojo” para detener la circulación y la cantidad de casos, Paniceres ve difícil volver a esquemas similares a los manejados en marzo o abril. “Hicimos restricciones para no pagar el precio y ahora lo estamos pagando. Con las cuarentenas hoy pasa lo mismo que con el dólar: hoy tenés una cuarentena oficial, otra cuarentena blue, otra cuarentena contado con liqui, etc.”. En muchos lugares ante las fallas en las estrategias nacionales y provincial se comenzó a administrar la cuarentena con criterios propios. “Hay que apelar a la creatividad para cambiar la conducta de la sociedad. Al principio confiábamos en el que estaba arriba, pero el de arriba perdió el rumbo y los demás también.

Las condiciones socioeconómicas, ambientales, geográficas de cada Municipio son distintas. Se deberían haber generado estrategias propias al principio de la pandemia y ahora se deben armar sobre la marcha”, señala el analista político.

Uno de los problemas es que comienza el verano y, como se vio en Europa, esto podría generar cierto relajamiento de los comportamientos. “En esta avidez de novedades que señalo, la gente rutiniza su vida, comienza a normalizarla, y no en términos de la nueva normalidad que exige la pandemia, sino de la normalidad que conoce, la de siempre. Arranca le verano, me todo unos días, ese será un gran desafío para los gobiernos”.

El otro tiene que ver con el horizonte planteado por la posibilidad de una vacuna. “Se está instalando que habrá una vacuna pronto pero aún no sabemos cuándo será. Si llega en mayo, junio o a fines del año que viene. Es errado trabajar con ese horizonte desde la comunicación política”, concluye.


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