La cruzada ideológica de Bolsonaro golpea a la educación

Paula Ramón

La cruzada contra el “marxismo cultural” emprendida por el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro está golpeando de lleno a la educación en Brasil.


Bloqueos presupuestarios para las universidades, guerras intestinas y purgas en el seno del ministerio, anuncios controvertidos y desmentidos al día siguiente, la dimisión del ministro tras tres meses de gestión desastrosa: la educación en Brasil, que tiene desafíos enormes, vive horas turbias.


El congelamiento de 30% del presupuesto de las instituciones federales recientemente anunciado por el Ministerio de Educación lanzó a las calles a la comunidad académica, que intentó boicotear el lunes un acto de Bolsonaro en un colegio militar de Rio.


Para este viernes, el exministro de Educación y rival de Bolsonaro en las presidenciales de octubre, el izquierdista Fernando Haddad, convocó una nueva protesta en la capital carioca.


“La derecha tiene alergia a la educación”, dijo el jueves.
El Ministerio argumenta que la medida no responde a criterios ideológicos, sino a restricciones presupuestarias y a la situación económica del país.
Sin embargo, el bloqueo de fondos fue anunciado inicialmente como un ajuste contra tres universidades que alojaron debates con figuras de izquierda y que fueron señaladas por el nuevo ministro de Educación, Abraham Weintraub, de “sembrar el desorden”.


Weintraub, que en diciembre en un seminario de cuño conservador resaltó la importancia de expulsar el “marxismo cultural” de las universidades, ya había calentado los ánimos poco antes al sugerir reducir la inversión para las ciencias humanas en detrimento de las prácticas como veterinaria, medicina o ingeniería “que generan más retorno”.


El secretario de Educación Superior del despacho, Arnaldo Barbosa de Lima, aseguró a la AFP que el bloqueo de fondos no amenaza la funcionalidad de las instituciones y que debe ser revaluado si la economía brasileña registra crecimiento. Barbosa de Lima relativizó anuncios previos y enfatizó que no hay criterios ideológicos guiando el despacho.

El congelamiento de 30% del presupuesto fue anunciado inicialmente como un ajuste contra tres universidades que alojaron debates con figuras de izquierda y críticos del gobierno.


Rectores universitarios reclaman que estas retenciones pueden comprometer el cumplimiento de contratos y el pago de servicios y proveedores en áreas esenciales para el funcionamiento de las instituciones federales como limpieza, seguridad y cocina, amenazando con una paralización de actividades.


La rectora de la Universidad Federal de Minas Gerais, Sandra Goulart Almeida, explica que al amenazar algo tan básico como el pago del servicio eléctrico, arriesgan apagar equipos de laboratorio como refrigeradores y perder años de investigaciones de punta. “Estos bloqueos de recursos ocurren desde hace tiempo, pero no como fue anunciado ahora”, dice Gregorio Grisa, doctor en Educación de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRS).


Más de mil académicos de universidades internacionales cuestionaron en un comunicado la propuesta que incluso desencadenó fuego amigo de un académico de derecha que calificó el enunciado como un “equívoco, incluso estratégico”.


“Aún es pronto para un análisis mayor, pero el Ministerio de Educación está siendo escenario de discusiones que no interesan a la educación (…) Vemos improvisación, y una mezcla de elementos ideológicos y de desconocimiento del sistema educativo”, explica Grisa.

Más inversión
A pesar de que Brasil dedica casi 6% del PIB a educación, está atrás de otros países de la región como Chile, Colombia o Uruguay en la prueba Pisa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Especialistas afirman que las características demográficas y socioeconómicas del desigual Brasil exigen mayor inversión y que los criterios técnicos y científicos deben primar sobre los ideológicos.
En sus pronunciamientos, Bolsonaro, electo por una base conservadora, ha cuestionado la educación sexual en las escuelas y ha promovido que los alumnos filmen a los profesores en las aulas para vigilar los contenidos impartidos, para evitar un supuesto adoctrinamiento de izquierda.


Weintraub, en un tono más moderado que en días previos, dijo ante el Senado que tiene entre sus metas realizar una gestión técnica orientada a entregar resultados, construir un sistema educativo orientado por el mérito, el respeto a la libertad y diversidad de pensamiento, y la inversión en capital humano para aumentar la competitividad de la economía.


“No exorcicé mi temor de quedarnos en la guerra ideológica, que es pésima consejera en un país con tanta desigualdad, pero por primera vez el ministro habló de los desafíos con una base más técnica”, dijo la profesora Claudia Costin, directora del Centro de Innovación en Políticas Educacionales de la Fundación Getúlio Vargas.


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