La historia de superación constante de Santos Rueda

Descubrió el placer de correr en la cordillera, ya ganó una tradicional carrera y sus resultados le avizoran un futuro como runner de ultratrail.

Allá donde Salta se une con Bolivia, donde sólo el Bermejo separa los países y se lucha cada día por sobrevivir. Desde allí llegó Santos Gabriel Rueda a Bariloche. Su destino era el Instituto Balseiro y su objetivo ser ingeniero físico nuclear. Y lo logró. Un día, allá por 2012, descubrió lo que era correr en las montañas. Y corrió tanto que ganó carreras y descubrió este otro amor.

Esta es la historia de Santos, una vida de superación constante.

Santos nació en Aguas Blancas, un pequeño pueblo en Orán, Salta, en una familia con varios hermanos.

“Cualquiera que conozca Aguas Blancas sabe que el único motor del pueblo es el trabajo sacrificado que realizan sus habitantes. No hay grandes empresas, ni fábricas. Hay un colegio, una escuela y un pequeño centro de salud”, cuenta Rueda. Y agrega: “Un porcentaje menor depende del estado y el resto de las familias se dedica a hacer trabajos duros en el puerto (es la frontera con Bolivia), como cargar y transportar mercadería que sale para Bolivia; después otro gran porcentaje se dedica a contrabandear mercadería que ingresa al país de forma ilegal (en gran porcentaje ropa)”. “Al ser ilegal se ve que ganan muy bien, pero el trabajo que realizan es casi inhumano”, describe.

Las diferencias con Bariloche para él son claras. “Creo que no se necesita adaptación (para vivir en Bariloche), ya que acá hay muchas más cosas mejor desarrolladas, entonces no sentís tanto problema, salvo la lejanía con familiares. Creo que para alguien de Bariloche que se va a Aguas Blancas (al revés) ese si necesitaría una ‘adaptación”, afirma sonriente.

Con 25 años, Rueda está haciendo actualmente un posgrado en el Balseiro, en el que estudia técnicas nuevas para monitorear los equipos que miden la presión en distintos puntos de un reactor nuclear.

Ganador de la tradicional carrera de aventuras 4Refugios NON Stop de este año –más de 42 kilómetros con 3.500 metros de desnivel– y dos terceros puestos en los 50K de la North Face y los 70K de la Patagonia Run de San Martín de los Andes, Rueda sorprende por su juventud y rápida evolución, y ya avisora una vida como corredor de trail.

“Comencé a correr después del verano del 2012, cuando había aumentado varios kilos. Arranqué en el grupo de entrenamiento Ganate Acá en Bariloche, donde habían personas con distintos objetivos. Claramente en ese momento el mío no era correr carreras: veía como los más experimentados del grupo bajaban y subían senderos hasta de espalda y yo en cambio me arrastraba y daba pena”, rememora Rueda.

“Quizas el hecho de ver todo eso me haya motivado a que empiece a correr más con ganas. Es más, después de un mes de estar en ese grupo me mencionaron que había un cross country de unos 10km cerca del valle del Chalhuaco, así que esa fue mi primera carrera oficial”, agrega.

P- ¿Cuándo te diste cuenta que podías competir a este nivel? ¿Cuándo hiciste click? –le preguntó Río Negro.

R- Las ganas de competir en carreras, creo que la empecé a tener el día de mi primera carrera cuando hice un podio en la categoría, en ese cross de 10 km. Después de eso siempre participé en carreras locales cercanas a Bariloche, pero con poco entrenamiento y sin mucha presión de querer ganar la competencia, siempre disfrutando más que compitiendo”.

A principios de noviembre del 2015 Rueda empezó a entrenar de forma más planificada y sumando buenos kilómetros semanales. Un día se juntó a tomar mate con un gran amigo. “Debe ser uno de los mejores atletas que tuvo Bariloche (Raúl Mansilla), fue él quien me dijo: ‘si querés yo te entreno’. Y hasta el día de hoy seguimos juntándonos a correr juntos y a planificar entrenamientos en base a la carreras que decidimos participar”, señaló el Santos.

“Habrá transcurrido un mes de entrenar parejo cuando me presente a los 50 km de la North Face Challenge realizado el 6 de diciembre pasado, obtuve un gran tercer puesto, 15 minutos detrás del conocido Gustavo Reyes y su sobrino Franco. Fue ahí donde pensé que si seguía con este entrenamiento podía tal vez en algún momento estar peleando la punta de una gran carrera”, recuerda.

Su futuro en las actividades

que lo apasionan

P- ¿Cómo corredor a qué le apuntás? ¿Y cómo ingeniero nuclear?

R- Creo que apunto a muchas más cosas de las que voy mencionar. Siempre fui de hablar menos y actuar más, es más cuando me vine a presentar para estudiar al Balseiro no le quise avisar a nadie que me venía para acá, ni a mi familia. Pensé que cuando realmente aprobará el examen de admisión ahí recién les avisaría al resto. Bueno, en las carreras pasa lo mismo, siempre que comento mis expectativas de una carrera al resto van a ser un 80% de las que realmente tengo por dentro mi cabeza.

Después de haber hecho el paréntesis diría que como corredor apunto a estar en los puestos de vanguardia en las carreras de ultra trail de menos de 70 km, al menos por este año. Quisiera reforzar bien esas distancias. El 2017 voy a ver si puedo pasar a carrera de un poco más de 100 km.

Como ingeniero prefiero dejarlo en sorpresa…


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