La inseguridad para hacer política

Néstor Kirchner escucha seguido los consejos del ex ministro de seguridad de Duhalde, Juan José Alvarez, quien tomó distancia del armado en el peronismo disidente. Desde ese lugar debió también escuchar la palabra traición. “Juanjo” le acercó al ex presidente un plan de seguridad para aplicar en la provincia de Buenos Aires, muy golpeada desde el caso de Carolina Píparo, la joven embarazada que perdió su bebé en una salidera bancaria. Le aconsejó inundar la provincia de policías y volver a prestarle atención a los desarmaderos de autos. A la familia de la víctima Scioli le dijo que tiene las manos atadas, una frase que dio para un sinfín de interpretaciones. Finalmente el gobernador debió aclarar que se refería a la falta de apoyo de la justicia. Kirchner pagó el costo político de hacer levantar a sus diputados de la última sesión cuando se iba a abordar un proyecto de ley contra la inseguridad. Prefirió concentrar todas sus energías en su ofensiva contra Clarín. (H.C.)


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