La otra cara de Irán
EMILIO J. CÁRDENAS (*)
El presidente de Irán, Hassan Rohani, está tratando de consolidar el comienzo de conversaciones entre su país y los Estados Unidos con el propósito de resolver la delicada situación en la que se encuentra el programa nuclear iraní, que es considerado peligroso y por ello objeto de sanciones por parte de la comunidad internacional. A ese efecto, Hassan Rohani está mostrando una nueva imagen de moderación. Pero, como veremos, en su propia casa las cosas siguen evidenciando contradicciones. Como siempre. Esto es lo que sugieren las declaraciones públicas formuladas, en paralelo, por el poderoso mayor general Yahya Rahim-Safavi, un excomandante de la Guardia Revolucionaria y hoy asesor militar especial del líder supremo de Irán, el ayatollá Ali Khamenei. Un hombre de su riñón, entonces. Para el referido militar, Irán ha emergido ya como potencia mundial. Pero no por razones políticas, religiosas, culturales ni de otra índole similar. Por razones exclusivamente militares. Para el asesor de Khamenei, porque Irán tiene misiles de largo alcance, esto es, capaces de alcanzar blancos ubicados a dos mil kilómetros del lugar de su lanzamiento. Esas declaraciones se formularon con motivo de la llamada Semana Sagrada de la Defensa que, entre otras cosas, recuerda las consecuencias de la durísima guerra contra el Irak de Saddam Hussein, ocurrida en la década de los 80. Tratando infructuosamente de moderar el mensaje amenazador que sus dichos contienen, el general agregó que, si bien Irán tiene un enorme poder de disuasión, lo cierto es que su política es la de jamás iniciar una guerra. De la exportación del terrorismo a través de organizaciones como la propia Guardia Revolucionaria, Hezbollah o Hamas, ni señales. Como si ella perteneciera ya al pasado. Lo que ciertamente no es así. Para nada. Una de cal y otra de arena. Pero los dichos de Yahya Rahim-Safavi y los del presidente Rohani tienen –entre sí– bastante poco que ver. Están, más bien, en las antípodas. Pero ambos han resonado en un mundo en el que las noticias y la información se conocen, en todos los rincones, en tiempo real. Por esto es necesario ser realista frente a la imagen que ahora proyecta Rohani. No sólo por el ayer, también por el presente que, queda visto, aún contiene señales contradictorias, que no son nada coherentes entre sí. Lo que debe siempre tenerse en cuenta, por todo lo que significa respecto de la cuota de credibilidad que en cada momento se asigne a Irán. (*) Exembajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
EMILIO J. CÁRDENAS (*)
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $3000 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios