“La sociedad neuquina tiene una doble conducta”

Candidato por la Concertación Cívica-ARI, sostiene que el MPN desvirtuó el ejercicio de la democracia mediante un uso del aparato de Estado que alienta el clientelismo y la dependencia de un gran sector social.

Redacción

Por Redacción

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

– ¿Gana las elecciones?

– Neuquén se merece esa oportunidad. Merece que la política demuestre todo su potencial creador, para que cumpla con su rol: trabajar a favor de la sociedad con procedimientos y decisiones cristalinos. Merecemos salir de la encerrona que nos tiende un sistema político asfixiado por el MPN y su cultura política: la trenza, el clientelismo, la primacía de los intereses individuales de los dirigentes del MPN por sobre los intereses del conjunto.

– Sin embargo, y hablando desde la historia, la sociedad neuquina opta por el MPN. Desde la oposición, ante cada elección por la gobernación, a igual que en Río Negro, la oposición vertebra mucho de su discurso desde “la sociedad busca algo nuevo”. Pero la realidad dice que queda lo que está. ¿Cómo reflexiona usted a la sociedad neuquina en relación a su conducta electoral?

– La sociedad neuquina tiene una doble conducta, un doble juego.

– Va a perder votos…

– Yo no voy a callarme lo que pienso. Pagaré los costos que tenga que pagar. Soy muy crítico de los términos en que muchos neuquinos se relacionan con lo público, a pesar de que esto no parezca muy apropiado para un candidato a gobernador. Mire, en cualquier lugar en que se hable de política, siempre son más los que cuestionan cómo está la provincia, cómo gobierna la familia Sapag: “Esto no puede seguir así”, y etc, etc. Pero cuando llegan las elecciones, votan lo que cuestionan. Es lamentable, pero es real. Se trata de una doble moral.

– ¿A qué acredita esa subordinación?

– A que el sistema político montado por el MPN no alienta la práctica democrática. Hay, por caso, una sociedad sometida por el clientelismo, no en su fase de generar sólo dependencia al poder por parte de los sectores más humildes -subsidio, chapa, garrafa- sino incluso de generar esa dependencia en todos los planos de la sociedad neuquina: en el centro de la orgullosa clase media y alta neuquina, donde el empresario conversa con uno estos temas, siempre atajándose: “Yo no hablé con vos”, “tengo una licitación en juego” o “dependo de un contrato”…

– Siguiendo ese razonamiento, se infiere que duda de la voluntad de cambio de al menos esos planos de la vida neuquina. ¿Es así?

– Es así. Pero esto no implica que le demos batalla a esta deformación del ejercicio del poder que es el MPN. No estoy entre quienes aceptan lo consagrado como verdad excluyente, final. Yo peleo y pelearé. Esta es mi provincia, la quiero y la quiero mejor. ¿Sabe lo que es enfrentar al MPN en una elección teniendo, en términos de recursos, la nada?, ¿enfrentar a la oligarquía neuquina, que no está en los campos de precordillera, sino en los despachos oficiales y el mundo de los negocios de que se nutre?

– Tiempo atrás, en el marco de una cátedra de la Di Tella, se habló largo sobre el MPN. Hubo acuerdo en que, si bien es cierto que es un sistema político en sí mismo en tanto que resuelve todo el trámite político, en tanto germinó de una familia, nunca tuvo sin embargo ni siquiera atisbos de nepotismo como sucedió con otros sistemas -en el norte-, con igual raíz. ¿Qué define al MPN desde lo ideológico?

– Es conservador. Profundamente conservador.

– ¿Conservador popular al estilo del bonaerense de mediados de los ´30 y comienzos de los ´40? Porque el MPN también ha sido modernización.

– Es un sistema con mucho de aquel conservadurismo en cuanto a cómo se relaciona con la sociedad, o sea facilitando negocios, favoritismos, generando decisiones sin generarse ninguna tensión en cuanto a lo ético. A diferencia de aquel conservadurismo, en todo caso el MPN ejerce un control social más sutil, pero la esencia de los métodos no varió. Y si bien es cierto que no hay nepotismo, en esencia los métodos de control social son aquí primos hermanos de los regímenes nepotistas del norte argentino que ya son historia…

– ¿Enfrentar al MPN es enfrentar al kirchnerismo?

– Efectivamente. En Neuquén es su socio. Leal, firme, mucho más que otros socios del kirchnerismo incluso de matriz peronista.

– ¿Qué es desde lo ideológico el kirchnerismo?

– Se dice de izquierda, pero hay dos cosas que la izquierda no hace: no roba ni usa a los pobres.

– ¿Cuál es la medida -“nuclear”, dicen ahora los politólogos en cuanto a decisión inevitable a adoptar- que tomará si llega a gobernador?

– Atacar con mucha decisión, con cuero duro, las estructuras del Estado. Es una estructura que produce y reproduce intereses muy negativos para el ejercicio de la libertad… 75.000 empleados públicos, 90.000 subsidios, cientos de militantes políticos empleados sólo para reproducir los intereses del poder… Hay miles de personas que no trabajan pero cobran: miles de ñoquis.

– ¿Qué hará con ellos?

– Si no vienen a trabajar, los hecho.

– ¿Y con la deuda pública? Ha crecido significativamente…

– Honrarla. Podemos investigar cómo se llegó a una deuda de 4.000 millones de pesos, pero fue asumida por gobiernos con legitimidad de poder: hay que honrarla. Trabajaremos sobre plazos, recursos, pero honrarla. En este marco hay que hacer del Presupuesto una herramienta que obligue, no un instrumento para engañar.

– Precisamente, entre las ausencias que hay en el discurso del grueso de la dirigencia política, está la universidad, el sistema científico, la defensa nacional, el número o la cantidad como fenómenos que desafía cada vez más a la política, y el Presupuesto en términos de lo que el economista Juan Llach define como “organizador de decisiones”. ¿Qué debe ser para un gobernador el Presupuesto?

– Lo que no es hoy en Neuquén: un documento de previsibilidad. El MPN lo vació de ese valor. Sus presupuestos siempre son de cifras acotadas, lo cual al final de cada período le permite manejar recursos y partidas discrecionalmente. Creo que con 2.000 millones de dólares como tenemos de Presupuesto alcanza para honrar la deuda, reorientar la inversión en obra pública… abandonar proyectos faraónicos.

– ¿Cuál, por caso?

– El que se plantea ahora el gobernador Jorge Sapag de construir una nueva gobernación a modo de emblema de su gestión, mientras tanto nos faltan 50.000 viviendas.

– ¿La convergencia Coalición Cívica-ARI que usted lidera resume lo más diferencial que en materia de oposición enfrentará el sapagismo?

– No, debo ser honesto. Hay otra opción: la que lidera Paula Sancho, que tiene el respaldo de Pino Solanas. Buena gente, honesta, militantes de firme entrega a las buenas causas.

– ¿Por qué no se aliaron? ¿“La mayonesa no cuajó”, dicen en la política francesa?

– Sí… lamento, pero no cuajó. Pero sí, ellos y nosotros somos la oposición, porque el sector que lidera Farizano… bueno…

– ¿Bueno qué?

– Pobre, hace tanto esfuerzo por ser opositor al sapagismo -cosa que nunca fue-, que tendría que revisar en respeto a su propia personalidad. Es más kirchnerista que el kirchnerismo mismo.

Ricardo Villar, candidato a gobernador del Neuquén


CARLOS TORRENGO

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