La utilización del tiempo por parte de los norteamericanos

El Departamento del Trabajo de Estados Unidos lleva minuciosamente la cuenta de cómo utilizan su tiempo los norteamericanos. Todos ellos, empleados y desempleados sumados, por igual. Hombres y mujeres. Y todos los años, desde el 2003 en adelante, ha publicado sistemáticamente la información recopilada. De modo de permitir así observar la evolución del referido tema. Las cifras del 2012 acaban de ser analizadas y dadas a conocer públicamente por el gobierno del país del norte. Desde las columnas de la edición europea del “Wall Street Journal”, Neil Shah recientemente ha revelado datos que creemos son interesantes y vale la pena difundir. El americano “promedio” de más de 15 años dedica, todos los días (incluyendo sábados y domingos), unas tres horas y 32 minutos a actividades que tienen que ver con su trabajo. Dos minutos menos que en el 2011. Lo que es consecuencia de una situación recesiva de la que ahora se sale trabajosamente, en momentos en que la tasa de desempleo es aún alta, del 7,6%. Como consecuencia de esa situación económica, aún débil, no sorprende entonces que en el 2012 el número de trabajadores norteamericanos “part-time” haya superado al del 2011. Ni que el porcentaje de esa población que trabaja o busca empleo haya sido del 63,6%, guarismo que está por debajo de lo sucedido en el 2011, cuando esa cifra fue del 64%. Las tendencias muestran, además, que cada vez hay más mujeres en el circuito laboral, pero también que ellas aún trabajan menos horas que los hombres. Se evidencia también un moderado crecimiento de la llamada economía “informal” acaecido en el 2012. Con menos horas dedicadas a trabajar, los norteamericanos han podido aumentar las horas (cinco horas y 22 minutos) dedicadas diariamente por ellos a atender otros menesteres, incluyendo el de ver televisión. Cada día los habitantes del país del norte dedican unas tres horas (en rigor, dos horas y 50 minutos) a mirar la pantalla chica. Además, duermen –siempre en promedio– unas ocho horas y 44 minutos, guarismo que, en comparación con el similar del año pasado, representa un aumento diario de cuatro minutos por habitante. No es poco. A falta de trabajo, más tiempo dedicado al sueño, obviamente. Pero, curiosamente, el tiempo dedicado a la cocina y a las tareas voluntarias disminuyó. La preferencia mayoritaria está, claramente, en el ámbito de las sábanas. (*) Analista del Grupo Agenda Internacional

GUSTAVO CHOPITEA (*)


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