“Las cárceles del interior sirven más de lo que se imaginan…”
En mi calidad de juez de Ejecución Penal del interior, desearía sumar respetuosamente alguna información a la editorial del día domingo próximo pasado, que habla de “nuestra región” y sólo se limita a mencionar una unidad situada en la capital. Con conocimiento de causa hago saber a los lectores que las Unidades de Detención que están bajo mi competencia, Nº 22 y 21 de Cutral Co, 31 y 32 de Zapala, 41 de Junín, la comisaría del Arenal de San Martín de los Andes, 51 de Chos Malal y la comisaría de Buta Ranquil, están dirigidas por jefes penitenciarios y un director para el interior, que trabajan exitosamente y de forma mancomunada con la Justicia, el CEPI, escuelas del medio libre, el Ejecutivo municipal y con miembros de la comunidad, procurando entre todos cumplir la manda constitucional de reinsertar condenados, con el solo objetivo de consolidar la paz social y disminuir el índice de reiterancia delictiva que tanto nos desvela.
Cada cárcel es un mundo en sí mismo, pero todas, absolutamente todas, tienen logros que esgrimir. No hay cárceles perfectas, pero todas las del interior han ido mejorando a paso sostenido, y merecen por ello nuestro reconocimiento. Todos trabajan con dedicación en cárceles pobres pero limpias. Sobrepobladas, pero sin hacinamiento, por ahora. A ello debemos sumar el arduo trabajo de los maestros en condiciones de encierro que capacitan a los condenados y ponen mucho de sí para que salgan con herramientas que les permitan vivir dignamente de su trabajo.
Qué decir de médicos que concurren desinteresadamente a las unidades y ayudan a los internos a sanar en cuerpo y espíritu, para que regresen con nosotros, inspirados en cumplir la ley. O la colaboración de ciudadanos y de una defensora particular que asisten a los presos con clases de mantras o reiki para que encuentren un camino más espiritual que aquel que los condujo tras las rejas, con activa participación de algunos funcionarios de la oficina judicial. O el trabajo fuera de horario de funcionarios fiscales que, a mi criterio, enorgullecen al Poder Judicial y dispensan una parte sustancial de su tiempo libre en impartir, por ejemplo, coaching a los presos. O la colaboración gratuita de antropólogos que van a la cárcel a jugar una partida de truco en tanto escuchan a los internos y nos ayudan desde su profesión a hallar soluciones. O la feria artesanal que se llevó a cabo a instancias de un Penitenciario, y que abrió las puertas de la unidad para que la comunidad ingresara sin riesgo a comprar artesanías fabricadas por los privados de libertad. O la ciudadana que recibió a un interno en su domicilio para enseñarle pintura y logró que el muchacho viva hoy de su talento. Y tantos, tantos otros que la brevedad impide mencionar… pero que saben lo mucho que les agradezco.
¿La cárcel sirve? Hay tantas respuestas y posiciones como personas con domicilio en la provincia. Desde mi humilde punto de vista, sólo sé que a las nuestras les sacamos el mayor provecho humanamente posible para consolidar seguridad ciudadana a través de brindar el mayor tratamiento penitenciario a cada interno. Es un genuino trabajo en equipo, integrado por gente comprometida respecto de lo que ocurre en las cárceles y con el sólo fin de mejorar el mundo en que vivimos.
¿Qué buscamos? Que el interno que egrese lo haga con conciencia del otro. Que se vuelva respetuoso de la ley en beneficio de la comunidad toda. Que no volvamos a verlo alojado en cárcel alguna por haber vuelto a las andadas. Que sea un ciudadano útil y productivo. ¿Estamos ante una ciencia exacta? No, podemos ver que a veces las cosas no salen como las planeamos, aún tomando todos los recaudos que exige la ley. Finalmente, lamento de corazón que se ponga a todos en una misma bolsa, flaco favor le hacen a las excepciones
–ciudadanos todos– que silenciosamente trabajan ante mis ojos, y hacen más de lo que les corresponde en procura del bien común.
Alicia Nelly Rodríguez
DNI 13.214.591
Alicia Nelly Rodríguez
DNI 13.214.591
En mi calidad de juez de Ejecución Penal del interior, desearía sumar respetuosamente alguna información a la editorial del día domingo próximo pasado, que habla de “nuestra región” y sólo se limita a mencionar una unidad situada en la capital. Con conocimiento de causa hago saber a los lectores que las Unidades de Detención que están bajo mi competencia, Nº 22 y 21 de Cutral Co, 31 y 32 de Zapala, 41 de Junín, la comisaría del Arenal de San Martín de los Andes, 51 de Chos Malal y la comisaría de Buta Ranquil, están dirigidas por jefes penitenciarios y un director para el interior, que trabajan exitosamente y de forma mancomunada con la Justicia, el CEPI, escuelas del medio libre, el Ejecutivo municipal y con miembros de la comunidad, procurando entre todos cumplir la manda constitucional de reinsertar condenados, con el solo objetivo de consolidar la paz social y disminuir el índice de reiterancia delictiva que tanto nos desvela.
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