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Las insólitas afirmaciones del nuevo juez del caso Piedrabuena: lo recusaron

Mario Tommasi tomó hoy la causa y llenó de reproches a la fiscalía. También dijo que "no creo que esto sea importante para la gente".

«Ay, ay, ay», se escuchó suspirar al juez Mario Tommasi apenas terminó la audiencia esta mañana por el caso Piedrabuena. El magistrado tomó hoy el legajo por primera vez desde que comenzó el escándalo del supermercado hace seis meses, se permitió opinar sobre el trabajo de la fiscalía, le pidió explicaciones sobre su estrategia, y negó haber adelantado opinión a favor del imputado aunque utilizó una frase que tiene una historia muy pesada en Neuquén.

«Puede recordarse la frase de algún pícaro abogado cordobés: ‘estamos frente a un pelotón de fusilamiento'», dijo Tommasi, juez de Cutral Co.

La frase la pronunció el abogado Marcelo Inaudi durante el jurado de enjuiciamiento contra el ex fiscal Ricardo Mendaña, para referirse a un proceso plagado de irregularidades que montó el gobierno provincial para echarlo. Tiempo después, el fallo fue anulado. Piedrabuena también trata de convertirse en un perseguido político, aunque la acusación en su contra es por insultar al cajero de un supermercado y no por intentar llevar a juicio a un gobernador.

Juez Diego Piedrabuena, en la audiencia de hoy.

Hoy debía realizarse la audiencia de control de acusación, para definir si el caso va a juicio oral y con qué pruebas: testigos, videos, documentos, etcétera. Es en la causa penal, no en el Jurado de Enjuiciamiento que tiene su propio laberinto.

No ha sido fácil encontrar juez o jueza: los de Neuquén se excusaron por amistad, y Patricia Lupica Cristo, quien se encargó de las tediosas audiencias de formulación de cargos, está con parte de enferma. El siguiente en orden de subrogancia es Tommasi de Cutral Co, quien hoy tomó el caso.


Sermón desde Cutral Co


Apenas abrió la audiencia descargó una filípica contra la fiscalía. «Me llama la atención que se intente llegar a juicio por delitos menores, cuando el sistema acusatorio está diseñado para otra cosa»; «esto va a contramano de lo que ha propuesto el legislador neuquino»; «son hechos que no merecen mayor consideración jurídica»; «deberá explicar la fiscalía por qué vamos a juicio en causas menores, por qué no se aplicó una salida alternativa».

Añadió Tommasi: «Este proceso ha generado tensiones, enojos, enfrentamientos. Llega el momento de actuar como hombre de derecho y lo podemos llegar a solucionar. Somos seres emocionales que razonamos. Les pido la mayor racionalidad posible».

Criticó que «para este juicio la fiscalía solicita 57 testigos. Esto me asombra, va a contramano de lo que preconiza el sistema acusatorio en cuanto a principios de celeridad. La defensa ofrece 64. Es decir que un juicio con una pena máxima de 2 años va a llevar mínimo 3 semanas».

En su larga exposición, Tommasi soslayó un dato central: que Piedrabuena es juez en actividad, funcionario público, y que por eso no puede acceder a salidas alternativas al proceso.


Temor de parcialidad


El querellante Nahuel Urra fue el primero en recusar al juez por temor de parcialidad. «No conoce la causa, no se abrió el control de acusación, y dice que hay dispendio de pruebas», señaló.

La fiscal Silvia Moreira expresó su «sorpresa» porque «el juez dice conocer la causa, pero sin tener ningún dato de los pormenores».

Recordó que a Liliana Geldres, la esposa de Piedrabuena, se le ofreció una salida alternativa y no la aceptó.

«Es cierto, es un caso simple, sencillo, pero la cantidad de horas que se invirtieron en la audiencia de formulación de cargos (suspendida cinco veces) guarda relación con la cantidad de prueba. Recién el 5 de enero se pudo hacer la formulación de cargos, y allí el defensor Francisco Onetto quería reducir los plazos para ir a juicio, aunque después pidieron una ampliación».

El juez Piedrabuena, su defensor Onetto y el defensor oficial Gustavo Barroso (por Geldres) rechazaron el pedido de recusación. Argumentaron que hizo consideraciones generales sobre el proceso y no sobre la causa en particular. Es la primera vez que tratan de retener a un juez desde que comenzó esta historia, el 12 de diciembre de 2020.


La decisión final


Tommasi retomó la palabra. «Soy de pedir explicaciones, de intervenir y preguntar. A veces se ofenden, pero no son cuestiones personales, me manejo con toda la objetividad, no me interesa que Piedrabuena sea juez, he pedido una aclaración que me la hizo la fiscal, y no conformó a las partes».

«Objetivamente se debe conocer lo que sucedió en este proceso, sobre todo el juez que va a llevar adelante esta audiencia», agregó. «Al observar los escritos digo ‘qué pasó, acá hay falta de objetividad, arbitrariedad por parte de la fiscalía’. La fiscal me ha ilustrado, me lo respondió correctamente, Con eso me doy por satisfecho».

Rechazó la recusación, e informó que la Oficina Judicial designará a otro juez o jueza para que decida quién debe seguir al frente del caso.

Antes del suspiro del final, murmuró: «no creo que para el común de la gente esto sea importante».

«Un gusto haber tratado con ustedes», se despidió como quien sabe que no volverá.


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