Las tres vallas que debe sortear la obra de Chihuido

Un reclamo jurídico, el financiamiento y pedidos respecto a la revaluación del precio son los escollos que Nación debe resolver en medio de un clima de baja confianza para invertir.

Con 12 años de sequía que tiene parangón en la histórica de 1999, las cuencas del Limay y Neuquén languidecen. En el Limay ingresan 100 metros cúbicos desde el Nahuel Huapi y otros 100 del Collón Curá, pero desde Arroyito se erogan 900 metros cúbicos. El Neuquén aporta 100 metros cúbicos más al Negro, pero tiene una sola represa para turbinar agua.

Nación necesita más energía y se da una situación de “tormenta perfecta” donde todas las variables son adversas y el sueño de Chihuido, que generaría una reserva extra de agua, después de 22 años aún no tiene expectativas de despertarse. No va a haber agua para producir más energía y Nación compró 50 mil metros cúbicos de gasoil para hacer funcionar las centrales térmicas.

Pasaron dos gobernadores y tres presidentes y pareciera que cuando se avanza un paso se retroceden dos.

Tras la adjudicación al grupo Helport encabezado por el empresario armenio Eduardo Eurnekián, las frustradas negociaciones con Rusia y China hasta la impugnación de PowerChina que quedó segunda en la licitación y dice que le cambiaron las reglas de juego, la construcción de Chihuido está en terapia intensiva. La negociación con el Fondo Monetario Internacional frena la obtención de otros préstamos internacionales, por un problema de confianza.

Hay una propuesta alemana que fue elevada a Economía “a los efectos de que la analice porque, en definitiva hay que dar garantías y hay que repagarla fundamentalmente por el 85 % del financiamiento. Si bien hay una propuesta para el otro 15% primero hay que analizar el 85%”, dijo el integrante de la Unidad Técnica Míxta que analiza la construcción de la represa, Elías Sapag.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, tiene en su área la proyección del uso del dinero y plantear cómo repagarlo y luego proponer a esa comisión si es viable o no.

El análisis está mediado por la negociación inconclusa con el FMI que tiene prioridad y cuyo resultado impactará sobre otros mecanismos de financiamiento internacional que tiene el país, se indicó desde el gobierno nacional.

A este problema de financiamiento se le agrega otro, de tinte jurídico y administrativo. La segunda empresa que salió en la licitación está cuestionando la adjudicación a Eurnekian. Le envió una nota al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en la que advierte que si se avanza con el adjudicatario se hará un reclamo judicial.

En tercer lugar hay, de fondo, una discusión económica sobre el precio de la obra, desde 2014 a la fecha, cuando se licitó y cómo se hace el ajuste de ese costo. Hay uno previsto en la licitación que es al que se limitan para evitar una nueva discusión con el consiguiente cambio de las reglas de juego, tanto desde Cammesa como del grupo adjudicatario.

Además de la atenuación de crecidas que hoy no están garantizadas en su totalidad con el complejo Cerros Colorados, Chihuido 1 tendría poco más de la mitad de la potencia de El Chocón que llega a abastecer el 5% de la necesidad energética nacional.

Un año antes de que comenzara en serio la gestión por Chihuido, en 2006, hubo una crecida del río Neuquén que estuvo a punto de colapsar Portezuelo y eso encendió las alarmas para buscar un fortalecimiento de la presa y también incentivar la búsqueda de otra represa aguas arriba para frenar el agua, y almacenarla para generar más energía. El pueblo de Quili Malal es el que tiene una pesadilla con la represa porque se lo va a reconstruir en otro lado, el lugar será expropiado y la nueva localidad tendrá lo que hoy no tienen: servicios y mecanismos de desarrollo sustentable.
Sus habitantes, mientras sueñan, deben vivir en una incertidumbre.

El punto elegido para emplazar la obra de Neuquén aprovecha la disposición de las montañas rocosas. (Foto: archivo)

El cambio de reglas de juego que impugnó Powerchina

Powerchina, Hidrochina, Rovella Carranza y Holdec inversora fue el segundo consorcio que quedó en la licitación de Chihuido I pero su propuesta fue desechada a favor de Helport del empresario armenio Eduardo Eurnekian. Ocho años después de observar las idas y vueltas, la ganadora impugnó el proceso.

Al fin y al cabo adujo que se le habían cambiado las reglas de juego en forma “sustancial” y que ellos, en cambio, mantienen el financiamiento ofrecido en los términos en que fue comprometido cuando se presentaron a la compulsa.

Expresaron que el consorcio formado por Helport, Panedile, Isolux, Eleprint, Chediak e Hidroeléctrica Ameghino, cometió un a “flagrante alteración de su propuesta” al reemplazar el financiamiento de capitales rusos.

El consorcio le envió una nota de casi 20 páginas al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, con copia al secretario de Energía, Darío Martínez y al secretario de Infraestructura y Política Hídrica, Carlos Rodríguez.

Al fracasar el financiamiento ruso porque el gobierno de Mauricio Macri había pedido una baja en la tasa de interés superior a la reducción que ya habían aceptado, el consorcio ganador presentó una propuesta de Alemania e Italia. El consorcio que impugnó la oferta advirtió que ésta se “podría tornar radicalmente más gravoso” para el costo de la obra que el oportunamente propuesto y evaluado, con plata rusa, cuando se le adjudicó la construcción. Es que la nueva propuesta amortiza la inestabilidad financiera del país.

Expuso que el financiamiento ofrecido por el consorcio encabezado por Powerchina “se mantiene en los términos que fue comprometido al formalizarse la oferta, y resulta, en relación con el que tardíamente presentara al oferente preseleccionado, económicamente más conveniente, por no permanecer asociado a la fluctuación de aquellas variables macroeconómicas a las que el nuevo financiamiento del oferente preseleccionado estaría sujeto”.

Doce años de sequías requieren otro taque

Se transita el 12° año de sequía por falta de lluvias y nieve que podría llegar a la gran sequía de 1999.

Hubo buena cantidad de nieve pero el Limay es pluvionival, es decir que depende más de la lluvia que de la nieve, y faltaron lluvias en abril y mayo.

Según la AIC, no se alcanzó a cubrir las napas freáticas, para que después el agua drene a los ríos y lagos, fundamentalmente Piedra del Águila y El Chocón.

En comparación con 2020, hay 4.000 hectómetros menos, 4.000 millones de litros metros.

El contrato de operación les da libertad a las represas para funcionar en la franja normal. Las represas tienen tres franjas, la de atenuación de crecidas que es la máxima para proteger que la represa no se rompa, la normal que es la que está hasta 1.200 metros cúbicos por segundo en el Limay y 600 en el Neuquén siempre que en el Negro no superen los 1.610, y por último el mínimo extraordinario.

El Chocón tiene 7 metros menos que es su máximo y Piedra del Águila a 10 metros de su máximo.
Hay diez pronósticos mundiales que se consultan y sólo uno da una previsión normal, el resto la da toda seca. Se trata de proyecciones matemáticas de otros lugares del mundo.

Como el Pacífico es el que domina los eventos de nieve y lluvia se le presta especial atención a los pronósticos de Chile y la corriente antártica , y no observan humedad y tampoco se prevén cambios rotundos.

Están entrando 100 metros cúbicos en el Limay, otros 100 del Collón Curá, y 60 en el Neuquén, y se están sacando entre 900 y 1.000 metros cúbicos entre el Limay y Neuquén 900 por Arroyito y 100 por El Chañar.


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