Legítima defensa en el caso de la joven que mató al novio en Neuquén

La mujer presenta lesiones compatibles con el ejercicio de una defensa. No está detenida.

En el hospital Castro Rendón la habían recibido varias veces, la última de ellas en marzo con una puñalada en una pierna. Pero como en todas las ocasiones anteriores, ella de 23 años se negó a que la atendieran y volvió a la casa donde convivía con el novio de 25 y autor de las lesiones. Era un «código rojo», la habían calificado de «riesgo de femicidio alto». El domingo pasado, mientras se defendía de una nueva agresión, le clavó un arma blanca casera a su compañero y lo mató.

El homicidio, sobre el cual informó Río Negro, ocurrió en el barrio Mariano Moreno de Neuquén e involucró a una pareja en situación de extrema vulnerabilidad. Pese a todas las alertas y a las numerosas intervenciones de diferentes organismos, nadie fue capaz de evitar el desenlace.

La investigación que dirige la fiscal del caso María Eugenia Titanti apunta a que se trató de un caso de legítima defensa. La joven está en libertad, en la casa de su madre, y no se le formularán cargos.

Se recupera de la traumática situación que atravesó, en diversos sentidos: se enteró de que su compañero estaba muerto varias horas después, y los médicos descubrieron tardíamente que tenía una fractura en la mandíbula producto de una trompada.

De acuerdo con la información conocida hasta el momento, la pareja se había formado alrededor de cinco años atrás. Ya desde entonces hay registros de violencia e intervenciones de la línea 148 y de juzgados de Familia.


Prohibición de acercamiento


Fuentes de la fiscalía de Homicidios indicaron que hubo una prohibición de acercamiento que se venció y no fue renovada. «Ella se negó a abandonar la convivencia. Hubo un momento en que el personal de la línea 148 no la podía ubicar y le pidió a la Policía que la rastreara, y la encontró en la casa con el novio. En noviembre del año pasado volvieron a vivir juntos», indicó la fuente.

Ambos tenían problemas con el consumo de alcohol y drogas. Sin hijos en común (ella es mamá de una niña que vive con los abuelos paternos) las frecuentes peleas en la casa eran violentas y sin testigos.

El domingo pasado a la madrugada durante una nueva pelea en el dormitorio, ella tomó una especie de hierro afilado, con empuñadura de cinta aisladora, que hay en la casa, y se lo clavó del tórax al abdomen. Le seccionó la vena cava, lo que le causó un shock hipovolémico y la muerte inmediata.

Esa misma madrugada la policía intentó llevarla a un refugio, pero ella se negó. Habló largamente con una operadora del 148, que no pudo convencerla.


La fractura


Al mediodía, cuando tomó intervención la fiscalía, la llevaron al hospital y los médicos que la revisaron descubrieron que tenía una fractura en la mandíbula producto de un golpe brutal. Más tarde, una psicóloga le informó que su compañero estaba muerto. Hasta ese momento lo ignoraba.

Hoy la joven se encuentra en libertad, reponiéndose del drama vivido y de las heridas sufridas. La fiscal Titanti espera el resultado definitivo de la autopsia y de las pericias médicas realizadas a la mujer, también reunirá algunos testimonios más en el legajo, antes de encuadrar el caso como legítima defensa y disponer el sobreseimiento.


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